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martes, 14 de septiembre de 2010

EL IMPERIALISMO INTERNACIONAL DEL DINERO



EL IMPERIALISMO INTERNACIONAL DEL DINERO
28/03/2009
Alberto Buela∗
La fabulosa y enorme crisis de la economía usamericana y su
inusitada proyección mundial con la conmoción de todos los mercados
de valores nos obliga a la siguiente meditación.
Los hechos
A finales del 2008 la quiebra del banco de los hermanitos
Lehmann, uno de los grupos financieros que fundara el Banco de la
Reserva Federal de USA en 1913, le costó al tesoro norteamericano
700.000 millones de dólares y otro tanto a los gobiernos europeos en
el auxilio de sus bancos también afectados con la explosión de la
burbuja financiera.
∗ Filósofo (mejor arkagueuta). Centro de Estudios Estratégicos Suramericanos.
Federación del papel. Escuela de Gobierno Provincia. de Buenos Aires.
alberto.buela@gmail.com

Algunas sotovoces se dejaron oír en el sentido de averiguar
hacia que país fueron derivados parte de semejantes fondos
financieros computados como pérdidas, pero nadie lo firmaba. El
hecho que llamaba la atención es que de los Estados-nación
modernos organizados al estilo occidental y con peso relativo en el
orden internacional, el único que no tomó ninguna medida oficial de
auxilio a sus bancos fue el Estado de Israel.
El tema siguió en el más absoluto silencio, pero una vez más la
fuerza de la realidad se impuso sobre el simulacro o el disimulo.
Explotó el lunes 15 de diciembre, primero en los diarios de España
(había perdido el Banco Santander 2.500 millones de dólares), el
fraude por 50.000 mil millones de dólares realizado por Bernard L.
Madoff, un judío norteamericano a quien le confiaron sus ahorros
organizaciones judías y judíos enriquecidos como Steven Spielberg,
Elie Wiesel, Robert Lappin, Julian Levitt, Fred Wilpon, Norman
Braman, Erza Merkin, Carl Shapiro, Frank Lautenberg, Benbassat y
Reichmuth, entre tantos otros.
Hoy se sabe, en Argentina lo denunció antes que nadie Eduardo
Linares comentando en un estupendo artículo titulado Steven
Spielberg y “The Madoff’s list” by Tim Roth, que “Tan sólo Lehman
Brothers y Berni Madoff, expatriaron, nunca mejor usado el término,
400 mil y 100 mil millones de dólares a bancos del Estado de Israel
antes de declararse en bancarrota los primeros y ser apresado por
fraude el segundo”, esta es la razón profunda de por qué el Estado de
Israel fue el único estado de forma occidental que no se conmovió
para nada por la gran crisis financiera newyorkina.

La teoría
El imperialismo ha sido caracterizado por el marxismo desde
que Lenín escribió sobre el tema en 1916 en su folleto El imperialismo
la fase superior del capitalismo, donde afirma en el prólogo para
franceses y alemanes: “En esta obra hemos probado que la guerra
1914-1918 ha sido, de ambos lados beligerantes, una guerra
imperialista (esto es, una guerra de conquista, de bandidaje y de
robo), una guerra por el reparto del mundo. Me he apoyado
precisamente en estos datos generales irrefutables al describir el
reparto del mundo en 1876 y en 1914 (§ VI) y el reparto de los
ferrocarriles en todo el globo en 1890 y en 1913 (§ VII) … Este
"botín" se reparte entre dos o tres potencias rapaces de poderío
mundial, armadas hasta los dientes (Estados Unidos, Inglaterra,
Japón) que, por el reparto de su botín, arrastran a su guerra a todo el
mundo”. Y termina en el último párrafo afirmando: “La época del
capitalismo moderno nos muestra que entre los grupos capitalistas se
están estableciendo determinadas relaciones sobre le base del
reparto territorial del mundo”.
Y es a partir de Lenín que para el marxismo-leninismo el
imperialismo se limita a la dupla Estados Unidos-Inglaterra. No hay
en el marxismo, en general, ni una sola palabra acerca del
“imperialismo internacional del dinero”. Claro está, ello habría
significado poner en contradicción su propia revolución bolchevique
que como es sabido fue financiada por el imperialismo internacional
del dinero de las bancas judeo usamericanas como la Warburg, Khun,
Loeb y Cía, la Jacobo Schiff, etc. Ello lo corrobora el mismísimo León
Trotsky, apellidado Bronstein, quien criticó la exagerada y
desproporcionada intervención y preponderancia de los hebreos en la
revolución y el partido bolchevique.

Origen del concepto
Quien habla por primera vez del imperialismo internacional del
dinero fue el papa Pío XI en su encíclica Quadragesimo Anno en 1939
quien afirma tajantemente: Por lo que atañe a las naciones en sus
relaciones mutuas, de una misma fuente manan dos ríos diversos:
por un lado, el nacionalismo o imperialismo económico (el mundo
liberal); y del otro, el no menos funesto y execrable internacionalismo
o imperialismo internacional del dinero (las finanzas apátridas) para
el cual, donde está el bien, allí su patria (ubi bene, ibi patria est).” 1
Esta clara distinción ubica a la sana doctrina social católica como
término medio entre dos extremos opuestos: capitalismo y marxismo;
liberalismo y socialismo; nacionalismo e internacionalismo.
En nuestros días se debe a ese buen pensador nacional
Santiago Alonso el rescate de este tema tan actual, quien en el anexo
del libro de Alan Jones Cómo funciona el mundo presenta su
excelente trabajo El imperialismo internacional del dinero. Y así
afirma: “Llama la atención que se haya extendido un manto de
silencio o del olvido respecto de las enseñanzas sobre el imperialismo
internacional del dinero, así como la poca o ninguna apelación que se
hace de ella … tantas omisiones, olvidos e ignorancia nos hace
sospechar de la existencia de alguna voluntad oculta que
obstinadamente ignora o no quiere saber o no desea que se difunda
sobre la importancia ni el rol específico que tiene el citado
imperialismo en el destino de los pueblos”2.
1 Pío XI: Encíclica Quadragesimo anno, parágrafo 110
2 Alonso, Santiago: en Como funciona realmente el mundo, de Alan Jones, Buenos Aires, Ed.
Segunda Independencia, 2004, pp.330 y 331

En el orden político
Este imperialismo internacional del dinero tuvo su mejor
caracterización politológica en la idea de sinarquía lanzada y utilizada
por el General Perón allá por los años setenta.
El término sinarquía es una palabra griega compuesta por el
prefijo “syn” que significa con, lo que da idea de convergencia y
“arjé” que significa principio. El sentido etimológico menta la
convergencia de profunda de principios de poder, en apariencia
contrapuesto, que gobiernan el mundo3.
Con motivo de la entrevista que le realizara el coronel Cornicielli
como enviado del General Lanusse en España a Perón, éste respondió
sobre el tema afirmando: “El problema es liberar al país para seguir
libres. Es decir, que nosotros debemos enfrentar a la sinarquía
internacional manejada desde las Naciones Unidas, donde están el
comunismo, el capitalismo, la masonería, el judaísmo y la Iglesia
Católica –que también cuando la pagan entra–. Todas estas fuerzas
que tienen miles de colaterales en todo el mundo son las que
empiezan a actuar” (diario La Razón, 4/7/72).
En su momento esta idea de sinarquía dio mucha tela para
cortar. La izquierda marxista a través de sus múltiples voceros
siempre la catalogó como una idea trasnochada de Perón, quien en el
atardecer de su vida comenzaba a divagar. El mundo liberal la
cuestionó como una versión más de la idea del complot político típica
del mundo militar de donde provenía Perón. La Iglesia católica hizo
mutis por el foro sabiendo que cualquier cuestionamiento del
peronismo la ponía contra la gran masa del pueblo argentino. Y lo
más grave que dentro del universo peronista no fue tomada
seriamente en cuenta. Se bastardeó su uso y se abusó de un
concepto político poco desarrollado. Esto último lo hace notar el
historiador norteamericano, especialista en peronismo, Joseph Page
quien afirma: “El tema está tratado con humor en la revista
Cuestionario. Existe una descripción aparentemente seria de la
sinarquía en A. Buela”4.
No podemos olvidar acá que quien trabajó con mayor asiduidad
el tema desde el orden intelectual fue nuestro maestro José Luis
Torres (1901-1965), el fiscal de la década infame, y en ese sentido
tenemos que recordar su extraordinario trabajo Nos acechan desde
Bolivia (1952) donde denuncia, según sus palabras, las andanzas y
mutaciones de los “cuervos de las finanzas internacionales” y la
intervención de la ONU, como organismo clave de dominación
mundial, para invalidar las elecciones del 6 de mayo de 1951 que
3 Cfr. Buela, Alberto: La sinarquía y lo nacional. Buenos Aires: Marcos, 1983
4 Page, Joseph: Perón ( segunda parte). Buenos Aires: Javier Vergara, 1984, p. 327
otorgaron en Bolivia el triunfo al Movimiento Nacionalista
Revolucionario de Paz Estensoro.
Es interesante notar como en Iberoamérica luego del triunfo de
la revolución cubana, el marxismo se apodera del monopolio del
antiimperialismo al menos en su aspecto mediático y propagandístico,
mientras que el nacionalismo popular se refugia más bien en la
batalla por la restauración cultural de nuestros pueblos.
Triunfa así la versión marxista del imperialismo como etapa
superior del capitalismo, la del imperialismo como una categoría
universal plasmado en una sola nación: los Estados Unidos.
Se abandona, entonces, la idea del nacionalismo
hispanoamericano del imperialismo como un “internacionalismo
situado”, el imperialismo con pelos y señales, donde, si bien existe
una primacía indudable de la banca judía, convergen regímenes
comunistas, liberales y dictatoriales.
Esta primacía del marxismo sobre el nacionalismo
hispanoamericano, incluso a pesar que éste último se adelantó en el
tiempo con las denuncias pormenorizadas que realizaron Torres y
tantos otros autores, y a pesar de la firme, decidida y clara definición
de Perón del imperialismo como sinarquía. A pesar de todo ello el
peronismo o mejor aún los peronistas vergonzantes que hacen de
ideólogos, buscan en el movimiento radical de Forja el semental
ideológico del peronismo. Olvidando o peor aun desconociendo o
tergiversando la verdad indudable que el peronismo como
nacionalismo antiimperialista de carácter hispanoamericano tiene su
fuente en la profundidad de dicho nacionalismo.
Y así, y esto es significativo a tener en cuenta, mientras el
nacionalismo europeo se identifica con la idea de Estado-nación, el
nacionalismo popular hispanoamericano tiende a identificarse con la
idea de nación-pueblo., identificación que obedece a una doble
exigencia histórica: a) a la integración étnica y cultural en la
formación de nuestra identidad a través del mestizaje y b) el carácter
revolucionario de nuestros propios pueblos expresado en la movilidad
social y política que se da en Iberoamérica a diferencia de Europa.

Algunas conclusiones
Hoy asistimos luego de la debacle financiera internacional a una
avalancha inconmensurable de artículos y libros, publicaciones y
videos de todo tipo, pelo y señal que nos quieren explicar qué es lo
Quien más en profundidad ha trabajado esta idea en América ha sido uno de los padres de la
sociología indiana don Julio Ycaza Tigerino en su libro Perfil político y cultural de
Hispanoamérica, Madrid: Cultura Hispánica, 1971
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