El milagro que supuso la Argentina de Perón
-Soberanía financiera como requisito previo para la soberanía política y la regeneración culturalLa tradición y la usura: el perenne conflicto
27.05.2016
por Kerry Bolton
"La más aborrecida de todas las formas de obtener dinero y con justa razón, es la usura, porque en ella, la ganancia procede del dinero mismo y no de los objetos naturales. El dinero estaba destinado al uso de intercambio, y no para incrementarse por medio del interés. El termino interés que significa la creación de dinero a partir del dinero se le aplica también a su multiplicación. De todos los modos posibles de obtener riquezas este es el mas contrario a la naturaleza" [1], Aristóteles (384-322 a.C).
El milagro que supuso la Argentina de
Perón
El milagro que supuso
la Argentina de Perón fue alcanzado, en gran medida, por la comprensión
peronista de que la soberanía nacional no puede lograrse sin soberanía
económica. Esto es, a su vez, un pre-requisito primario para lograr el objetivo
peronista de la justicia social como factor unificador para cualquier nación
genuina. Perón dijo: “en el sistema capitalista, el dinero es un fin y no un
medio, y su valor absoluto todo lo subordina, incluido el hombre” [12]. El Dr. Arturo Sampay, redactor de la Constitución peronista de 1949,
un académico legal y constitucional de renombre internacional, explicó
sucintamente a raíz de la destitución de Perón:
“La forma moderna en
la que un país desarrolla la economía no es a través de la anexión pura y
simple del territorio, como era el método durante los siglos XVIII y XIX, sino
por la gestión de su propio crédito y de la moneda. De hecho, el desarrollo de
un país es a través de la política de inversión. Quien da las órdenes sobre el
crédito y sobre la expansión o la contracción de la oferta monetaria, controla
el desarrollo del país” [13].
El asesor económico
de Perón, Arturo Jauretche, hizo un relato detallado de la importancia del
crédito estatal, incluyendo su relación con la soberanía nacional, declarando
que la nacionalización de los bancos es “fundamental para la puesta en práctica
de una política nacional”.
Quien administra el
crédito controla algo más que la emisión de moneda. Mediante el control del
crédito también se controla el comercio de exportación e importación. El
control del crédito puede fomentar determinadas formas de producción y
debilitar otras; determinar lo que debe ser producido y lo que no, lo que puede
y lo que no puede llegar a los mercados, y en consecuencia las ventas y el
consumo también son controlados [14].
Jauretche explicó con
exactitud el carácter orgánico del crédito, como nada más que un medio de
intercambio, un método conveniente de permutación de bienes y servicios:
“El secreto de la prosperidad
o de la decadencia, del desarrollo o del atraso, está en los bancos. Las leyes
y las organizaciones empresariales son sólo la anatomía de la sociedad
económica. Pero el dinero es la fisiología del comercio de una sociedad. El
dinero es la sangre que circula en el interior y el precio del dinero, su
abundancia o escasez, es determinado por el sistema bancario” [15].
Sin embargo, el
crédito y la moneda se han convertido en materias primas en sí mismos,
compradas y vendidas con lucro (usura). Sin comprender esta premisa, todo lo
demás es una locura en términos de política, economía e incluso en el arte y la
moral. La cuestión es la subordinación del papel de la moneda, casi
literalmente destronar la adoración a Mammón.
Jauretche también
explicó cómo los bancos crean el crédito cuando afirmó: “Los bancos crean
dinero a través del crédito porque el crédito es convertido a partir de
depósitos múltiples veces, y la abundancia o escasez de dinero en efectivo en
circulación es un reflejo del número de veces que un banco multiplica su
capacidad de prestar”. Esto se conoce como “banco de reserva fraccionaria” y ha
sido el método de creación de crédito durante siglos, permitiendo a los bancos
privados crear crédito sostenido sólo por una fracción de la cantidad de las
reservas reales que los bancos tienen en sus manos. Siempre que se hace un
depósito por un cliente del banco, el banco es capaz de crear y dar crédito
muchas más veces que la cantidad depositada. El banco entonces cobra el interés
(la usura) sobre aquel crédito. Por lo tanto, el prestatario debe pagar con
riqueza real – creada con su propio trabajo – no sólo el valor del préstamo que
fue creado de la nada mediante un registro en un libro de cuentas (o en un
ordenador), sino también el interés añadido. Así es como funciona el sistema
bancario internacional. Cuando una nación se vuelve tan endeudada que no puede
incluso seguir pagando los intereses de los préstamos, debe, o bien obtener más
préstamos para pagar los intereses de los préstamos pasados, o bien empezar a
vender los activos y recursos del Estado en un proceso que a menudo se denomina
“privatización”, y adoptar “medidas de austeridad” que causan trastornos
sociales, el estancamiento económico, y que pueden ser un medio mediante el
cual las finanzas internacionales derriban gobiernos inconvenientes a través de
las bien planificadas y financiadas “revoluciones espontáneas”. Hemos visto
ocurrir esto durante décadas en todo el mundo occidental, y desde la implosión
del bloque soviético en los antiguos estados soviéticos. El resultado es la
“globalización” y la creciente concentración de la riqueza en manos de oligarcas
y plutócratas. Aquellos estados que se resisten al proceso a menudo son
bombardeados hasta su sumisión, y sus jefes de Estado son demonizados,
encarcelados o linchados en el nombre de la “democracia” y de los “derechos
humanos”.
LA TRADICIÓN Y LA USURA: EL PERENNE CONFLICTO by Ramón Rodolfo Copa
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