Biografía de Alberto Bárcena Pérez
Alberto Bárcena Pérez nació en Madrid, España en 1955
Alberto de la Bárcena Pérez (1955, Madrid) es profesor, desde 2001, de la Universidad CEU San Pablo donde se doctoró con la tesis La redención de penas en el Valle de los Caídos.
Imparte las asignaturas Historia y Sociedad y Doctrina Social de la Iglesia, además de las de Historia de las Civilizaciones e Historia de España, de la que fue coordinador. Dentro de la misma Universidad ha sido profesor de Historia Contemporánea Universal, en el master de liderazgo de la Escuela de Negocios.
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‘Los masones están en un proceso de normalización y aspiran a blindar la honorabilidad de la masonería’
Lola González
26 Febrero, 2017
InfoVaticana entrevista a Alberto Bárcena, autor del libro “Iglesia y masonería: Las dos ciudades”, que desgrana cuáles son las características y objetivos de la masonería, y cómo la victoria de Donald Trump ha supuesto un duro revés a su estrategia globalista.
“Estamos promoviendo la honorabilidad de la masonería a nivel de todas las instituciones”. Con estas palabras, un miembro de la Gran Logia de España explicaba hace apenas unos días al diario El Confidencial la decisión de invitar a Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat de Cataluña a la cena de gala de la masonería española.
En los últimos meses, instituciones como el Parlamento de las Islas Baleares o el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria han aprobado declaraciones institucionales en favor de la “honorabilidad” de la masonería, contribuyendo al objetivo marcado por esta organización.
Ante este apoyo institucional que está recibiendo la masonería en España, Alberto Bárcena, autor del libro “Iglesia y masonería: Las dos ciudades” y uno de los grandes expertos sobre masonería habla en una entrevista con InfoVaticana de esta organización, de sus objetivos y ritos, de su relación con el proceso de ingeniería social y con el establishment y de las condenas pontificias de los tres últimos siglos.
¿En qué situación se encuentra la masonería en España y cuáles son ahora sus aspiraciones?
Están en un proceso de normalización, de “salir del armario” como ellos mismos dicen. Aspiran a blindar a la masonería, blindar la honorabilidad de la masonería. Han acuñado ya la palabra “masófobo”. Cuidado, que cuando acuñan la palabra tipifican la conducta. “Masófobo” es el que denuncia las políticas de la masonería. Y “masófobo” es el equivalente al “homófobo”, que esa palabra hace poco no existía siquiera y ahora, no solo existe, sino que puedes llevarlo a la ley, se tipifica como una conducta punible.
Los pontífices de la Iglesia católica han condenado la masonería durante los tres últimos siglos. ¿Puede haber ahora un acercamiento entre la Iglesia y la masonería?
No, a no ser que la masonería cambiara de tal forma que llegara incluso a desvirtuarse por completo. Como digo en el libro que he publicado sobre el tema, ya hubo un diálogo de seis años entre la Conferencia Episcopal alemana y la Gran Logia de Alemania, y detrás estaba Doctrina de la Fe, que pretendía averiguar si en el siglo XX había habido algún cambio, al menos en algunas logias, que permitiese la doble pertenencia, que el católico fuera también masón. Y después de unas conversaciones que van de 1974 a 1980, los obispos alemanes publican un documento en el que se dice que la masonería no había cambiado y que la doble pertenencia es imposible.
¿Cuándo empezaron las condenas pontificias a la masonería?
La primera es de 1738, In Eminenti de Clemente XII. La masonería había nacido muy poco antes, en 1717, y ya en 1738 hay una condena con excomunión por parte de la Iglesia. Y su sucesor, en su condena Providas, de 1751, dice que quedan excomulgados quienes ingresen en la masonería o colaboren con ella y da dos argumentos fundamentales: el peligro que representan los masones para la seguridad de los estados y la salvación de las almas. En el siglo XIX hay muchísimas más. Las últimas condenas son del siglo XX, la última de Juan Pablo II, de 1983, que dice claramente: “El masón está en pecado grave y no puede recibir la Santa Comunión”.
¿Por qué no es posible la doble pertenencia, ser católico y masón?
Los masones han trabajado contra la Iglesia e incluso la han infiltrado al comprobar que desde fuera era más complicado atacarla que desde dentro. Son incompatibles con cualquier iglesia cristiana, no solo por los rituales, sino también por su relativismo absoluto, relativismo que se ha impuesto en Occidente, y con cuya imposición ellos han tenido mucho que ver. Luego hay rituales en los que expresamente hay consagración al demonio. ¿Cómo va a pertenecer a la Iglesia católica una persona que en algunos grados tiene que pisar un crucifijo y consagrarse a una encarnación luciferina llamada Baphomet? Y eso se sigue haciendo. Por ejemplo, en el rito escocés, uno de los ritos mayoritarios que hay en el mundo, en España también.
¿Existe, por tanto, una vinculación entre masonería y satanismo?
En algunos rituales la masonería es claramente satánica. Nunca hablan de Satanás, le llaman Lucifer, que es otra criatura, le consideran “el portador de la luz”. Hay rituales en los que expresamente hay consagración al demonio. Aunque algunos no son conscientes, porque le llaman Baphomet, que es una figura que tiene cuernos y alas, al que se le presta sumisión y se arrodillan ante él después de haber pisado un crucifijo y piden que la luz de Baphomet brille.
¿De qué manera ha influido la masonería en el pensamiento occidental de los últimos siglos y en el proceso de ingeniería social?
A la vez que el relativismo han impuesto un proyecto de ingeniería social anticristiano, no sólo anticatólico. Yo ido rastreando la ingeniería social desde el siglo XVIII hasta ahora, que tiene como línea fuerte de actuación lo que llaman reforma de la familia. En el XIX pedían el divorcio, desacralizar el vínculo, y a medida que ha avanzado el proceso hemos llegado a las leyes del aborto, las leyes contra la vida en las que han tenido un protagonismo grande. No han ido solos en todo este proceso, pero si se busca a los que impulsaban el proyecto de esta ingeniería, son masones.
¿Dentro de esa reforma de la familia se incluye la ideología de género?
Por supuesto que sí. Eso es el punto final. El concepto de familia basado en un núcleo formado por padre, madre, hijos, eso había que dinamitarlo cuanto antes. Y ahora se le llama familia a casi cualquier asociación de personas, del mismo o de distinto sexo. La ideología de género la han impulsado, el aborto lo han impulsado.
¿Por qué ese empeño en dinamitar la familia?
Porque para crear un hombre nuevo, con creencias y valores distintos, es necesario dinamitar la familia. Mientras la familia resista, es muy difícil, porque es ahí donde se transmiten creencias y valores, lo que recibe el individuo en ese núcleo es difícil arrebatárselo. La familia es el pilar fundamental de cualquier sociedad. Si controlas la enseñanza y deshaces la familia, todo lo demás está hecho. Y esa batalla la llevan dando con tenacidad durante siglos. Ahora parece que tocan el final del proyecto, pero esto no es nuevo y quieren imponer una religión nueva.
Usted señala que la masonería quiere imponer una religión nueva. Pero, ¿en qué cree la masonería?
En mi libro explico en el primer capítulo las creencias de la masonería. Hay un fuerte componente panteísta, de ahí que hayamos presenciado esa curiosa evolución del ecologismo mal entendido, hasta convertirlo en una religión de la tierra, “la diosa tierra”, “la madre tierra”. Hay otros elementos gnósticos y la gnosis es la más perversa de las herejías, porque está diseñada antes de empezar a propagarla, con documentos falsos si es necesario. En el caso de la masonería, en el siglo XVIII, redactan el primer reglamento masónico que es absolutamente gnóstico, y se inventan que son depositarios de un saber oculto que se les ha venido transmitiendo desde Caín.
¿Ha ayudado el globalismo a los objetivos de la masonería?
Ha ido en paralelo, porque además el globalismo es otro objetivo masónico. Es una concentración de poder como no se había conocido, eso del gobierno mundial único o el mínimo de gobiernos en el mundo, a poder ser uno solo, que podría ser Naciones Unidas como gobierno mundial. Eso está en el proyecto masónico desde muy antiguo. Quieren un gobierno mundial controlado por ellos, porque será la manera de imponer sus creencias, la gnosis, al mundo entero, y de paso beneficiarse de un poder sin límites.
¿Qué relación existe entre el proyecto mundialista y la ingeniería social?
El proyecto de ingeniería social sirve al proyecto mundialista porque una sociedad desestructurada, sin firmes creencias, con valores relativizados, es mucho más fácil de manipular, es mucho más fácil que no se resista a perder la soberanía de su país, es mucho más fácil que no defienda la patria, que no defienda la familia. Has creado un individuo indefenso, has creado sociedades indefensas que se convierten en verdaderos rebaños que pueden pastorear desde el poder sin la menor dificultad. Si a eso le sumas el asentamiento del dogma relativista, el “todo vale” y que la ley natural no existe, tienes un poder sin límites.
El establishment está totalmente metido en estas políticas mundialistas, en esta ingeniería social. Es muy curioso lo que ha pasado con la derrota de la Sra. Clinton. Trump, con todos sus fallos, errores y políticas descabelladas en ocasiones, ha hecho algo que hay que subrayar: cuando anuncia que elimina las subvenciones a las organizaciones que practican abortos.
¿Cómo valora la victoria de Donald Trump en Estados Unidos?
Trump, no sé cómo evolucionará o qué significará su mandato, pero de momento ha chocado contra ese establishment, le están cargando encima cosas que ya habían hecho los anteriores sin que nadie protestara, como es el famoso muro. Millones de personas fueron expulsadas de Estados Unidos con Obama, pero como él era un mundialista preclaro, que imponía todas estas políticas de ingeniería social, era intocable.
¿La victoria de Hillary Clinton habría supuesto un triunfo para la masonería?
Absolutamente. Primero, porque son una familia, tanto ella como su marido, que le deben muchísimo a la masonería. Bill Clinton ha estado en la trama masónica más fuerte desde antes de ser presidente, y se ha mantenido en ella. Las políticas que él impulsó son las propias de sus logias, las políticas de su mujer son las mismas. Se ha lamentado la derrota de Hillary Clinton como algo personal por parte de todos los medios. La prensa internacional y europea se ha rasgado las vestiduras por la victoria de Trump unánimemente, cuando la victoria de Hillary Clinton suponía ya casi el final de un proceso de descomposición de la sociedad occidental a corto-medio plazo y no decían nada de ella. Eso es masonería.
FUENTE:
ttps://infovaticana.com/2017/02/26/alberto-barcena-rituales-la-masoneria-claramente-satanica/
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