EEUU activa otro siniestro
Plan Cóndor en Latinoamérica
por Vicky Peláez
Justamente cuando las marchas multitudinarias en Argentina
conmemorando el 40 aniversario del golpe cívico-militar de Estado con clamores
de “no perdón ni olvido” a los terribles crímenes de la dictadura, el
presidente de Ecuador Rafael Correa alerta al mundo la puesta en marcha de un
nuevo Plan Cóndor para América Latina.
Se puede ver parte de la verdad y no reconocerla, pero es
imposible contemplar el mal y no reconocerlo— Manuel Vásquez Montalván, 1939-2003
El presidente Correa se refiere al programa internacional
bajo el nombre de Plan u Operación Cóndor elaborado por los globalizadores
norteamericanos al comienzo de 1970 y que convirtió a Latinoamérica en un
laboratorio sangriento con el propósito de aplicar la política económica
monetarista en los años 1970 a 1980.
En su denuncia sobre la existencia de un "nuevo Plan
Cóndor" para América Latina, Rafael Correa afirmó que esta operación está
"dirigida contra los gobiernos progresistas. Ya no necesitan dictaduras
militares, se necesitan jueces sumisos, se necesita una prensa corrupta para
desestabilizar los gobiernos latinoamericanos" que no siguen al pie de la
letra las instrucciones de Washington. También el año pasado en la cumbre del
bloque político y económico Mercosur (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay,
Uruguay y Venezuela) todos los oradores expresaron por su preocupación por la
intensificación de la labor de los servicios de inteligencia norteamericanos en
América Latina dirigida a organizar el derrocamiento de los presidentes
democráticamente elegidos. Se referían a Nicolás Maduro de Venezuela, Evo
Morales de Bolivia, Dilma Rousseff de Brasil y Rafael Correa de Ecuador.
Frecuentemente, la autoría de la Operación Cóndor es
atribuida al ex jefe del servicio secreto de Chile (DINA) Manuel Contreras
quien en una reunión con los líderes de los servicios de inteligencia militar
de Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay celebrada en Santiago de Chile 25 de
noviembre de 1975, los convenció en la necesidad de poner en marcha un plan
bautizado como Plan Cóndor para terminar con la subversión, terrorismo
comunista y todos los grupos izquierdistas en América Latina y Centroamérica. Sin
embargo, la realidad es diferente. Ya se sabe que este plan fue diseñado por la
Liga Anticomunista Mundial (WACL) que tuvo su auge durante la presidencia de
Richard Nixon (1969-1974) asesorado por el consejero de la Seguridad Nacional,
Henry Kissinger.
La WACL, creada en Taiwan en 1966 por los servicios de
inteligencia de Taiwan y Corea del Sur con participación de criminales de
guerra nazis, japoneses y con el auspicio del reverendo Moon, fue orientada
para eliminar todas las manifestaciones del comunismo, socialismo y populismo
en Asia, posteriormente extendió sus garras hacia el mundo entero. Por
supuesto, Washington en plena Guerra Fría se adhirió a la organización poniendo
a su disposición el Centro de Guerra Sicológica en Fort Bragg (Psychological
Warfare Center) y la Escuela de las Américas en su base militar en Panamá,
recibiendo al mismo tiempo el asesoramiento de la Warfare Cadres Academy
(Academia de Guerra para Cuadros Superiores) de Taiwan. El general
norteamericano John K. Singlaub, especialista en la guerra no convencional y en
operaciones encubiertas, se convirtió en los años 1970 en el presidente de la
WACL.
El general Singlaub, uno de los autores del Programa Fénix,
a cuyo cargo estaba el jefe de la CIA en Laos, Ted Shackley y su "equipo
secreto", envuelto de paso en el tráfico de opio, lograron identificar y
"neutralizar" a 81,470 insurgentes del Frente Nacional de Liberación
de Vietnam. En América Latina, el general Hugo Banzer, presidente de Bolivia
entre 1971 y 1978 era el líder principal de la Liga Anticomunista Mundial. A
tal extremo llegaron los miembros latinoamericanos de la organización que en la
reunión de la WACL en 1977 en Paraguay fue aprobada, con el auspicio de
Washington, la moción de la delegación paraguaya sobre la necesidad de
exterminar en Latinoamérica a sacerdotes y religiosos adeptos a la Teología de
la Liberación la cual rezaba que no había que esperar el paraíso en el cielo
después de la muerte, sino crear el paraíso en la Tierra durante la vida.
La WACL tuvo su ramificación específica en Argentina bajo el
nombre la Triple A o la Alianza Anticomunista Americana (AAA) después que en
1973 el agente de la CIA Robert Hill fue trasladado a Buenos Aires. Un año
después surge la Triple A. La AAA apareció también en Colombia en 1978. La idea
de la Operación Cóndor para el cono sur surgió en el seno de la WACL. Lo que
hay que siempre tener en cuenta que la Liga Anticomunista Mundial fue creada no
solamente como una organización ideológica para poner fin al comunismo sino su
meta principal era geoeconómica. Las transnacionales necesitaban expansión,
acceso a nuevos recursos naturales, gobiernos dóciles y para eso había que
acabar con toda la resistencia popular en América Latina, África, Asia e
inclusive Europa, como la que mostraba el régimen de Salvador Allende en Chile.
La WACL era un mero instrumento de los globalizadores al servicio de las
corporaciones transnacionales.
Al comienzo de los años 1970 los "cerebros" de la
WACL asesorados por los especialistas en contrainsurgencia franceses, de la CIA
y de la Inteligencia Militar Norteamericana (DIA) dieron pautas para la
Operación Cóndor inspirada en el Programa Fénix. Con este propósito trasladaron
al principal ejecutor del Programa Fénix, Ted Shackley y sus colaboradores
David Sánchez y Félix Rodríguez a Latinoamérica para asesorar a los militares
de Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay y de paso a los de Perú y Venezuela
en los detalles de la pronta Operación Cóndor.
Venezuela y Perú cooperaron con
las "caravanas de la muerte" del Plan Cóndor. Las instalaciones de la
DIA norteamericana en Panamá fueron utilizados para coordinar información entre
los países involucrados en la operación.
El Plan Cóndor fue una operación tan secreta que
prácticamente nadie supo su real dimensión hasta que una de sus víctimas en
Paraguay Martín Almada, que estuvo en el campo de concentración denominado
Emboscada de 1974 a 1984, después de una larga investigación se dirigió el 22
de noviembre de 1992 junto con el juez paraguayo José Agustín Fernández a la
sede del Departamento de Investigaciones de la policía de Lambaré y allí en una
oficina de la sección "Política y Afines" descubrieron un descomunal
archivo de cinco toneladas. Toda esta documentación fue denominada el
"Archivo del Terror" que cuenta 50,000 asesinados, 30,000
desaparecidos y 400,000 encarcelados.
Esta columnista en sus años de estudiante de periodismo
presenció cómo en una calle de Lima, Perú fue perseguida y capturada una mujer
por un grupo de rubios y corpulentos agentes con claro acento argentino. Cuando
varias personas trataron de ayudarla, los policías peruanos lo impidieron con
amenazas de arresto. Un tiempo después, el cuerpo de la mujer detenida en Lima
fue encontrado en un hotel de Madrid. Así operaba el Plan Cóndor cuya primera
víctima fue el general chileno y ministro del gobierno de Salvador Allende,
Carlos Prats y su esposa que fueron asesinados en Buenos Aires donde buscaron
inocentemente asilo político tras el golpe de Pinochet.
En el "Archivo del Terror", Martín Almada encontró
documentos comprometedores para la CIA y entre ellos uno que titulaba
"Cómo Mantener Vivos a los Torturados". La carpeta con estos
documentos guardada en la Corte Suprema desapareció un tiempo después, justo
cuando Almada quiso iniciar una acción contra la CIA fue secuestrado junto con
su esposa Celestina Pérez por miembros de aquella organización de inteligencia
norteamericana. Su esposa posteriormente murió al ser liberada, sin embargo
durante el cautiverio hicieron escuchar los gritos de la mujer a Martín Almada
y le dijeron que podía recoger su cadáver.
Así operaba la Operación Cóndor y sus "Caravanas de la
Muerte" como parte de la estrategia de la Liga Anticomunista Mundial
(WACL). El escándalo de Irán Contragate fue parte de su lucha para abrir campo
a los globalizadores, se sabe también que Osama Ben Laden fue uno de los
títeres de la WACL en Afganistán. El mismo papel cumplieron el presidente de
Guatemala el general Romeo Lucas García, el jefe del Estado Mayor de Honduras,
general Gustavo Álvarez Martínez y el jefe de los escuadrones de la muerte en
Salvador Roberto d'Aubuisson formado en la escuela militar de Taiwan y
responsable en la organización del asesinato del arzobispo Óscar Arnulfo
Romero. Recién en 1987, después del estallido del escándalo "Irán
Contragate" la WACL fue desmantelada aparentemente.
Sin embargo, de acuerdo a la investigación del estudioso
Hugo Turner ("Operation Condor") la Operación Cóndor nunca ha
terminado y los asesinatos, golpes e intentos de golpes siguen avanzando en
Latinoamérica. Lo mismo sustenta el libro de J. Patrice McSherry,
"Predatory States" teniendo en cuenta que asesinatos, torturas,
desapariciones siguen aterrorizando América Latina. Solamente en Honduras 15
activistas de derechos humanos fueron asesinados en el curso de este año. En
México durante la presidencia de Felipe Calderón (2006-2012) 121,683 personas
perdieron la vida al salir el ejército a las calles como parte de la
"guerra contra el narcotráfico".
Cada parte cíclica de la Operación Cóndor tiene su propósito
geoeconómico. En América Latina, primero limpió el camino para la política
monetarista de Milton Fiedman y Arnold Harberger de Chicago University en
1970-1980. Después en los años 1990-2000 creó condiciones para el proyecto
neoliberal Consenso de Washington elaborado por el Banco Mundial, Fondo
Monetario Internacional y el Departamento de Tesoro de EE.UU. Ahora el Plan
Cóndor se realiza a través de una persistente guerra mediática para
desprestigiar a los líderes progresistas populares, desinformar la opinión
pública, el uso más sofisticado de los servicios de inteligencia
norteamericanos en coordinación con los locales, incremento de las presiones
económicas y financiamiento de la oposición radical. Todo está enfocado para
limpiar el terreno para el dominio definitivo de Latinoamérica por las
transnacionales empeñosas en sacar del poder a Nicolás Maduro, Evo Morales,
Rafael Correa, Dilma Rousseff y Lula da Silva — los últimos obstáculos en
su camino hacia el dominio absoluto de los abundantes recursos energéticos en
América Latina.
Como afirmó recientemente Rafael Correa, "la derecha
tiene sed de venganza porque hace diez años que no ha podido como antes tomar
el teléfono y ordenar a un presidente hacer tal o cual cosa. Esa sed de
venganza no solo viene a derrumbar lo logrado, sino a tratar de perseguir,
masacrar a los que osaron desafiar su poder. Usted cree que todo lo que está
pasando es casualidad, este es el nuevo Plan Cóndor. Ya no se necesitan
dictaduras militares", recalcó Correa.
Falta saber si los ciudadanos latinoamericanos podrán
entender las sutilezas y el engaño del nuevo Plan Cóndor. Los venezolanos,
argentinos y bolivianos no se dieron cuenta del juego sucio de la derecha.
Ahora les toca el turno a los ecuatorianos a seguir con el plan de Buen Vivir o
optar por el Cambio que por supuesto sería de orientación neoliberal como lo
hicieron los argentinos, los cuales ya están pagando las consecuencias con el
encarcelamiento de dirigentes, despidos masivos, cierre de espacios de
comunicación y duras medidas económicas.
Vicky Peláez
Virginia Peláez
Ocampo (Cusco 1956
- ) Es una periodista y columnista peruana. Actualmente escribe en el
medio digital de la agencia estatal de noticias del gobierno ruso RIA
Novosti, desde posiciones ideológicas afines al bolivarianismo y críticas
con la política exterior de Estados
Unidos.
FUENTE:
Lea más en http://mundo.sputniknews.com/firmas/20160330/1058215068/eeuu-otro-plan-condor.html#ixzz497bKzTLR
http://mundo.sputniknews.com/firmas/20160330/1058215068/eeuu-otro-plan-condor.html#ixzz46K7DKioF
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