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jueves, 31 de enero de 2013

Fortaleza suramericana

Fortaleza suramericana
ENTREVISTA: PABLO CELI DE LA TORRE
                        

Hace poco más de un año el ecuatoriano Pablo Celi de la Torre llegó a Buenos Aires, una ciudad en la que dice sentirse particularmente a gusto, para ocupar el cargo de subdirector del Centro de Estudios Estratégicos del Consejo de Defensa Suramericano. Una suma importante de títulos académicos –sociólogo, politólogo, doctor en Filosofía, doctor en Ciencias Políticas Internacionales, investigador y autor de estudios y publicaciones sobre relaciones internacionales, seguridad y políticas de defensa– y el ejercicio de la docencia en universidades e institutos de formación de fuerzas armadas revelan que Celi de la Torre es un experto en el tema de seguridad regional. Y su designación llegó cuando los países latinoamericanos comenzaron a pensar en diseñar políticas comunes que impidan llegar a instancias bélicas entre naciones hermanas, y eviten caer en la repetición de escenarios como los de los 70, cuando para los uniformados el principal enemigo estaba fronteras adentro. Regían entonces políticas pergeñadas desde la Escuela de las Américas a la medida de las necesidades estratégicas del Pentágono, que provocaron un divorcio entre las fuerzas armadas y los pueblos, muy difícil de revertir.

Lo primero que aclara el funcionario regional desde su despacho en la Casa Patria Grande Presidente Néstor Kirchner es que no hablará, por cuestiones inherentes a su cargo, de situaciones particulares de cada país ni de los gobiernos. Lo segundo, que no están sentando las bases para la creación de una OTAS, una Organización del Atlántico Sur, similar a la que Estados Unidos y Europa mantienen en el norte, pero sin participación de las potencias imperiales.

–¿Cuál es el principal objetivo del Consejo de Defensa?

–Partimos del aprovechamiento compartido de recursos donde hay asimetrías nacionales. Un caso importante, un proyecto que ya está aprobado por Unasur y en proceso de ejecución, es la construcción del primer avión de entrenamiento, que se va a realizar en Argentina con la participación de todos los países de la Unasur, lo que sería un primer ejemplo de cooperación en la industria militar. Sobre esto hay otro ejemplo que son los ejercicios Unasur. Ya no sólo se hacen ejercicios militares con EE.UU. como en el pasado, binacionales. Hoy hay un ejercicio militar conjunto de Unasur, con participación de todas las fuerzas armadas de la región a nivel de planificación estratégica. Esto nos da la medida de que en el corto tiempo de existencia del Consejo de Defensa se han tomado medidas muy realistas, muy verificables y que, de hecho, van creando también mucha confianza. En el pasado proclamábamos un discurso unitario del continente entero, pero todas las fuerzas armadas funcionaban con hipótesis de conflicto bilaterales, es decir, de uno con su vecino y viceversa. En este momento, el objetivo es que las fuerzas armadas tengan una planificación estratégica, una concepción doctrinaria, un sistema de capacitación, un sistema de relacionamiento en función de los principios políticos a los que los países están arribando.

–¿Cuál es la concepción doctrinaria?

–Es un concepto que incluye desde la determinación de cuáles son los intereses comunes de la región en el campo de la seguridad, cuáles son los escenarios en los que se inserta la región, hasta cómo definir, por ejemplo, qué entendemos por seguridad regional, un primer concepto básico. Y hasta dónde llega la región desde el punto de vista de la seguridad, cómo pensamos a Suramérica.

–¿Hasta dónde llega en términos físicos o en términos estratégicos?

–Las fronteras de una región dependen de cómo la región se inserta en los procesos mundiales. La idea es partir de un concepto estratégico de inserción global, superando lo que fue una reiterada visión de Suramérica privilegiadamente vinculada con Norteamérica, para llegar a una Suramérica inserta en el contexto de las relaciones globales desde el punto de vista productivo, desde el punto de vista comercial, tecnológico, con el tema de la seguridad y la defensa respondiendo a la misma lógica de inserción global. Lo que significa también que los países puedan aproximar sus visiones para tener actuaciones conjuntas con un libreto común en organismos como Naciones Unidas, en otras instancias en la región o en el hemisferio. Este es un primer concepto duro, el concepto de seguridad regional.

Un segundo concepto fundamental es cómo la defensa apoya la seguridad. La defensa no es autónoma. Las estructuras de defensa están ligadas con el uso y la organización del aparato militar. No pueden tener autonomía, deben estar subordinadas a una visión de la seguridad, a un concepto de la seguridad. Esto es, cómo las estructuras militares de estos países se insertan en una visión regional de Suramérica; todo esto ligado con que podamos determinar en conjunto cuáles son los riesgos, cuáles son las amenazas, cuáles son los espacios de oportunidad que nosotros encontramos en el plano de la seguridad internacional. Este es un tema muy importante, porque esta definición es la que va a marcar en última instancia la orientación de las políticas de seguridad. Aquí los países están haciendo un esfuerzo muy significativo para poder aproximar sus definiciones. Hasta hoy cada país define sus riesgos y sus amenazas. El objetivo es poder identificar cuáles son comunes y, por tanto, cuál puede ser la base para una acción compartida para esto que llamamos una seguridad cooperativa.

–¿Cómo se implementa la seguridad cooperativa?

–Unasur es un proceso que tiene sus fases, que van progresivamente de lo que constituye el acuerdo respecto de un conjunto de medidas de confianza hacia la construcción de una institucionalidad más sistémica de cooperación. La conformación del Consejo de Defensa Suramericano es la expresión institucional de un proceso de transformaciones muy profundas en las relaciones entre los países de la región. No existe una estructura institucional precedente; es más, había una ausencia de espacio institucional para estructurar una cooperación interestatal en estos ámbitos. La propia aparición del Consejo de Defensa Suramericano es una muestra de confianza, una muestra de que hemos avanzado en las relaciones interestatales. Los países ya no ven la seguridad regional desde la hipótesis de conflictos bilaterales, desde esa vieja noción de entenderla como requisitos de fuerza, proyecciones unilaterales de las fuerzas de los países, desde la hipótesis de amenaza o de la disuasión agresiva, sino más bien desde el principio de la cooperación.

–El hecho de cooperar implica en sí un cambio radical de la perspectiva de quién es el enemigo del que uno tiene que defenderse.

–El Consejo de Defensa Suramericano no es una alianza militar, no es un sistema de seguridad o de defensa de acción colectiva. La misión del Consejo de Defensa no es la predeterminación de enemigos, la predeterminación de conflictos, las hipótesis de guerra, las hipótesis de agresión; no es partir de esta hipótesis negativa sino partir de un acompañamiento positivo a los procesos de integración regional. ¿Qué significa esto? Que las estructuras de seguridad y defensa deben acompañar los procesos de consolidación de la cooperación en el campo económico, en el campo político, en el campo social y, por lo tanto, ¿de qué tienen que ocuparse la seguridad y la defensa? Del acompañamiento y el cuidado de los recursos sociales, naturales y estratégicos. El concepto, entonces, de seguridad y defensa va más allá del ámbito exclusivamente militar. Esto es lo que ha permitido que el Consejo de Defensa sea un espacio de diálogo, de intercomunicación de políticas de defensa nacionales. No existe hoy una política de defensa regional, existen políticas de defensa nacionales y un espacio de cooperación entre ellas. En esta perspectiva y con el objetivo de aproximar estas políticas, de encontrar sus puntos de acuerdo, el Consejo adoptó la decisión de crear un Centro de Estudios Estratégicos como un espacio donde los países puedan concurrir con representaciones oficiales para trabajar instrumentos analíticos, instrumentos metodológicos, propuestas conceptuales, propuestas doctrinarias, hacia lo que sería la configuración de un pensamiento estratégico compartido.

–¿Los integrantes del Centro de Estudios del Consejo de Defensa son militares, son civiles, forman parte de la burocracia en alguna de las áreas afines de los países?

–El Centro tiene una estructura de trabajo permanente integrada por delegados de cada país. Estos delegados pueden ser civiles o militares y están designados por el ministro de Defensa de cada nación. La intención es que, ya sean civiles o militares, tengan experiencia en seguridad, en defensa, en políticas de defensa, una formación académica o institucional que los familiarice con este tipo de temas. Estos delegados forman un equipo de trabajo permanente que ejecuta las demandas del Consejo de Defensa.

–¿Cómo funciona?

–Hay un manual de funcionamiento del Centro de Estudios Estratégicos con tres áreas de trabajo. La primera tiene que ver con definiciones de política y defensa, la segunda es el área que se refiere a la institucionalidad de la defensa, el Ministerio de Defensa, las Fuerzas Armadas, una tercer área son los estudios prospectivos. Por ejemplo, el Centro va a realizar estudios sobre Suramérica 2025, es decir, sobre la perspectiva de los recursos estratégicos de la región en ese horizonte. Además de estas tres áreas de trabajo, el Centro ha asumido algunas funciones adicionales; una de ellas es ser la instancia técnica para la ejecución del Registro Suramericano de Gastos en Defensa. La idea es no solamente tener un registro sino una lectura de esos datos desde la perspectiva de la integración. Un registro que, por ejemplo, toma el gasto militar en relación con el PIB, en relación con los presupuestos estatales, en relación con el número de efectivos de las fuerzas armadas, en relación con la población. Una serie de variables que van integrando una lectura del gasto en defensa que además va a formar parte de una base de datos regionales. Lo valioso es que se sustenta en el presupuesto oficial y ejecutable. Y que se basa en una metodología compartida, de tal manera que todos los países informan con las mismas categorías, lo cual hace que sea homologable y comparable la información. Es, sin duda, la primera y la mayor experiencia a nivel mundial de una región que presenta en conjunto la información de gasto militar.

Alberto López Girondo

Fotos: Horacio Paone

About Lic. Carlos A. Pereyra Mele

Licenciado en Ciencia Política , Analista Político, especialista en Geopolítica Suramericana, Prof. invitado Cátedra Libre del Pensamiento Nacional Unv. de la Patagonia; CEES, y CIVIS.
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Category(s): Sin categoría
Tags: Argentina, Carlos Pereyra Mele, CEED, Contexto Mundial, Defensa, Geopolitica, Latinoamerica, Poder militar;, UNASUR

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