La presidenta Cristina Fernández visitó esta tarde el Complejo Industrial Naval Argentino (Cinar), donde dio por finalizados los trabajos de reparación de media vida del submarino ARA San Juan y realizó la botadura del buque oceanográfico Bernardo Houssay. La jefa de Estado aseguró que “es un gran orgullo para todos los argentinos poner en marcha cosas que creíamos perdidas. Un astillero que estuvo a punto de fundirse, y lo hemos recuperado para todos los argentinos”.
La reparación de Media Vida del Submarino San Juan tiene como objetivo devolverle sus capacidades originales para que pueda estar al servicio de la Armada Argentina por 15 años más. El trabajo se realizó, por primera vez, íntegramente en el país y por técnicos argentinos.
Además, la presidenta Cristina Fernández realizó la botadura del buque “Bernardo Houssay”, al que se le realizó "una reparación mayor y a una modernización completa".
El velero, adquirido por la Argentina en 1966, fue remodelado con el fin de mejorar sus capacidades en la investigación oceanográfica.
Al finalizar el acto, la jefa de Estado aseguró que hoy es “un día muy especial para una actividad que durante mucho tiempo permaneció en el abandono y estuvo a punto de desaparecer, como es la industria naval argentina”.
Explicó que el motovelero botado hoy “demandó una inversión de 33 millones de pesos”. “Se llama Dr. Bernardo Houssay, porque fue él, cuando era presidente del Conicet, el que recibió esta nave, que es la que tiene más millas en toda la historia”, apuntó.
Indicó que en la década de 1980, la nave “quedó abandonada y estuvo a punto de naufragar”. Pero destacó que “vino un hombre en 2003, el presidente Kirchner, que recuperó Astilleros almirante Storni, que tuvo su origen como fábrica de submarinos, y que pudo mantenerse a flote por el esfuerzo de sus trabajadores”. “En el año 2007, el mismo Presidente decidió la recuperación de Tandanor, que había sido privatizado y objeto de vaciamiento. Y de allí en más se destinó al gran objetivo de reconstruir la industria naval argentina”, agregó.
Además, Cristina Fernández resaltó que se terminaron “las tareas mayores para el trabajo de media vida” del submarino ARA San Juan, el que estará funcionando en el mes de diciembre. “Es un gran orgullo, porque su gemelo el ARA Salta, no pudo tener esta reconstrucción en la República Argentina, porque se había desmantelado la industria naval. Se reconstruyó en 2001 en Brasil; hoy este lo estamos haciendo aquí”, remarcó.
La Presidenta comentó que “se facturaba en el Storni en 2002, poco más de 5 millones de dólares. Este año se repararon 140 barcos, por un monto de 100 millones de dólares”. “Esto ocupa a más de mil trabajadores argentinos, y más de 3 mil toneladas de acero argentino” se utilizan en la reparación de las naves, abundó.
Aseguró que “es un gran orgullo para todos los argentinos de poner en marcha cosas que creíamos perdidas. Un astillero que estuvo a punto de fundirse, y lo hemos recuperado para todos los argentinos”. Anticipó que, entre otras naves, también se están haciendo trabajos de reparación en el Rompehielos Almirante Irízar, y se comenzarán a realizar obras en el submarino ARA Santa Fe.
La Presidenta se manifestó “muy orgullosa” por el trabajo realizado por “los técnicos, los operarios, los científicos” que participaron en las tareas de refacción de ambas naves. Pidió “a todos que sigamos poniendo esfuerzos para que la Argentina pueda seguir agregando valor y recuperando cosas que habíamos perdido”. “En nuestro país todos debemos trabajar mancomunadamente, para que la máquina no se vuelva a parar”, subrayó.
Por último, la jefa de Estado recordó que cuando Néstor Kirchner planteó la recuperación de los astilleros “algunos pensaron que íbamos a fracasar, e iba a ser otro de los intentos fallidos del Estado; hoy estamos viendo los resultados, las reparaciones, el crecimiento, nuestro submarino San Juan arreglado por argentinos”. “En definitiva, la Argentina volviendo a cumplir el papel de un gran país: lo que siempre fuimos y nunca debimos dejar de ser”, concluyó
Cristina Fernández estuvo acompañada durante el acto por los ministros de Defensa, Arturo Puricelli, de Turismo, Enrique Meyer, de Seguridad, Nilda Garré, y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
Sobre el submarino San Juan
Después de casi 20 años, Argentina recuperó la capacidad para reparar submarinos, actividad que se abandonó en la década de 1990.
En el año 2003, comenzó a revertirse esa situación con la reactivación del Astillero Almirante Storni, que junto con Tandanor conforman el Complejo Industrial Naval Argentino (Cinar).
Señaló que actualmente, en las instalaciones de Cinar se realizan las tareas de reparaciones de media vida del submarino ARA San Juan, uno de los tres integrantes activos de la flota de de la Armada Argentina, junto con sus gemelos el Santa Cruz y el Salta.
El ARA San Juan fue botado en Junio de 1983, y "hace casi dos años, ingresó a los talleres para dar comienzo a las obras que demandaron más 250 mil horas hombres y un total de 429 tareas que se realizan en forma conjunta entre la Armada Argentina y los equipos de Cinar", indicó Defensa.
Explicó que "es una reparación clave, porque extiende la vida útil del navío por otros 30 años y es la única vez que el navío es cortado en dos, desarmado, arreglado y unido nuevamente mediante soldaduras que requieren de una precisión que no admite errores".
Debido a la situación en la que se encontraba el submarino, era necesario una intervención de esta magnitud para permitirá mejorar la calidad de navegación deteriorada por las emisiones de hidrógeno de sus baterías, que ponían en riesgo a la tripulación y al propio submarino.
El submarino se puso en seco en 2009, y hoy dos años más tarde, se está finalizando el mantenimiento.
Sobre el buque motovelero oceanográfico “Bernardo Houssay”
El Ministerio de Defensa destalló que es el primer buque oceanográfico de América y fue adquirido por la Prefectura Naval Argentina en 2001. Actualmente está siendo equipado con tecnología de última generación.
"Contará con un moderno laboratorio a bordo, que significará un aporte a la comunidad científica y será una plataforma para la investigación y formación de quienes tengan interés en las ciencias del mar", aseguró la cartera.
El motovelero Bernardo Houssay fue diseñado como buque de investigación oceanográfica y construido entre 1929 y 1930 en el astillero Wermeister & Wein de Copenhague en Dinamarca. Es el buque de investigación científica que más millas ha navegado en el mundo y que se encuentra a flote.
Durante más de 30 años, realizó cerca de 300 campañas oceanográficas por los mares del planeta.
En la década del 60 fue vendido a la República Argentina por una suma simbólica y el compromiso de ser utilizado para realizar investigaciones oceanográficas.
En enero de 1967, el Premio Nobel de Medicina (1947) y presidente del Conicet, Bernardo Houssay, lo recibió oficialmente en Buenos Aires, tras finalizar su traslado a nuestro país desde la ciudad estadounidense de Boston.
Luego de 40 años de prestar servicios al Conicet con el nombre de “El Austral”, en 2001 su dominio fue transferido a Prefectura, bautizándolo como “Bernardo Houssay”.
En ese contexto, Defensa señaló que fue necesaria la reconstrucción y rediseño del motovelero, debido "al gran desgaste que había sufrido" y "a la obsolescencia de la tecnología que poseía para la navegación e investigación científica".
La reparación de Media Vida del Submarino San Juan tiene como objetivo devolverle sus capacidades originales para que pueda estar al servicio de la Armada Argentina por 15 años más. El trabajo se realizó, por primera vez, íntegramente en el país y por técnicos argentinos.
Además, la presidenta Cristina Fernández realizó la botadura del buque “Bernardo Houssay”, al que se le realizó "una reparación mayor y a una modernización completa".
El velero, adquirido por la Argentina en 1966, fue remodelado con el fin de mejorar sus capacidades en la investigación oceanográfica.
Al finalizar el acto, la jefa de Estado aseguró que hoy es “un día muy especial para una actividad que durante mucho tiempo permaneció en el abandono y estuvo a punto de desaparecer, como es la industria naval argentina”.
Explicó que el motovelero botado hoy “demandó una inversión de 33 millones de pesos”. “Se llama Dr. Bernardo Houssay, porque fue él, cuando era presidente del Conicet, el que recibió esta nave, que es la que tiene más millas en toda la historia”, apuntó.
Indicó que en la década de 1980, la nave “quedó abandonada y estuvo a punto de naufragar”. Pero destacó que “vino un hombre en 2003, el presidente Kirchner, que recuperó Astilleros almirante Storni, que tuvo su origen como fábrica de submarinos, y que pudo mantenerse a flote por el esfuerzo de sus trabajadores”. “En el año 2007, el mismo Presidente decidió la recuperación de Tandanor, que había sido privatizado y objeto de vaciamiento. Y de allí en más se destinó al gran objetivo de reconstruir la industria naval argentina”, agregó.
Además, Cristina Fernández resaltó que se terminaron “las tareas mayores para el trabajo de media vida” del submarino ARA San Juan, el que estará funcionando en el mes de diciembre. “Es un gran orgullo, porque su gemelo el ARA Salta, no pudo tener esta reconstrucción en la República Argentina, porque se había desmantelado la industria naval. Se reconstruyó en 2001 en Brasil; hoy este lo estamos haciendo aquí”, remarcó.
La Presidenta comentó que “se facturaba en el Storni en 2002, poco más de 5 millones de dólares. Este año se repararon 140 barcos, por un monto de 100 millones de dólares”. “Esto ocupa a más de mil trabajadores argentinos, y más de 3 mil toneladas de acero argentino” se utilizan en la reparación de las naves, abundó.
Aseguró que “es un gran orgullo para todos los argentinos de poner en marcha cosas que creíamos perdidas. Un astillero que estuvo a punto de fundirse, y lo hemos recuperado para todos los argentinos”. Anticipó que, entre otras naves, también se están haciendo trabajos de reparación en el Rompehielos Almirante Irízar, y se comenzarán a realizar obras en el submarino ARA Santa Fe.
La Presidenta se manifestó “muy orgullosa” por el trabajo realizado por “los técnicos, los operarios, los científicos” que participaron en las tareas de refacción de ambas naves. Pidió “a todos que sigamos poniendo esfuerzos para que la Argentina pueda seguir agregando valor y recuperando cosas que habíamos perdido”. “En nuestro país todos debemos trabajar mancomunadamente, para que la máquina no se vuelva a parar”, subrayó.
Por último, la jefa de Estado recordó que cuando Néstor Kirchner planteó la recuperación de los astilleros “algunos pensaron que íbamos a fracasar, e iba a ser otro de los intentos fallidos del Estado; hoy estamos viendo los resultados, las reparaciones, el crecimiento, nuestro submarino San Juan arreglado por argentinos”. “En definitiva, la Argentina volviendo a cumplir el papel de un gran país: lo que siempre fuimos y nunca debimos dejar de ser”, concluyó
Cristina Fernández estuvo acompañada durante el acto por los ministros de Defensa, Arturo Puricelli, de Turismo, Enrique Meyer, de Seguridad, Nilda Garré, y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
Sobre el submarino San Juan
Después de casi 20 años, Argentina recuperó la capacidad para reparar submarinos, actividad que se abandonó en la década de 1990.
En el año 2003, comenzó a revertirse esa situación con la reactivación del Astillero Almirante Storni, que junto con Tandanor conforman el Complejo Industrial Naval Argentino (Cinar).
Señaló que actualmente, en las instalaciones de Cinar se realizan las tareas de reparaciones de media vida del submarino ARA San Juan, uno de los tres integrantes activos de la flota de de la Armada Argentina, junto con sus gemelos el Santa Cruz y el Salta.
El ARA San Juan fue botado en Junio de 1983, y "hace casi dos años, ingresó a los talleres para dar comienzo a las obras que demandaron más 250 mil horas hombres y un total de 429 tareas que se realizan en forma conjunta entre la Armada Argentina y los equipos de Cinar", indicó Defensa.
Explicó que "es una reparación clave, porque extiende la vida útil del navío por otros 30 años y es la única vez que el navío es cortado en dos, desarmado, arreglado y unido nuevamente mediante soldaduras que requieren de una precisión que no admite errores".
Debido a la situación en la que se encontraba el submarino, era necesario una intervención de esta magnitud para permitirá mejorar la calidad de navegación deteriorada por las emisiones de hidrógeno de sus baterías, que ponían en riesgo a la tripulación y al propio submarino.
El submarino se puso en seco en 2009, y hoy dos años más tarde, se está finalizando el mantenimiento.
Sobre el buque motovelero oceanográfico “Bernardo Houssay”
El Ministerio de Defensa destalló que es el primer buque oceanográfico de América y fue adquirido por la Prefectura Naval Argentina en 2001. Actualmente está siendo equipado con tecnología de última generación.
"Contará con un moderno laboratorio a bordo, que significará un aporte a la comunidad científica y será una plataforma para la investigación y formación de quienes tengan interés en las ciencias del mar", aseguró la cartera.
El motovelero Bernardo Houssay fue diseñado como buque de investigación oceanográfica y construido entre 1929 y 1930 en el astillero Wermeister & Wein de Copenhague en Dinamarca. Es el buque de investigación científica que más millas ha navegado en el mundo y que se encuentra a flote.
Durante más de 30 años, realizó cerca de 300 campañas oceanográficas por los mares del planeta.
En la década del 60 fue vendido a la República Argentina por una suma simbólica y el compromiso de ser utilizado para realizar investigaciones oceanográficas.
En enero de 1967, el Premio Nobel de Medicina (1947) y presidente del Conicet, Bernardo Houssay, lo recibió oficialmente en Buenos Aires, tras finalizar su traslado a nuestro país desde la ciudad estadounidense de Boston.
Luego de 40 años de prestar servicios al Conicet con el nombre de “El Austral”, en 2001 su dominio fue transferido a Prefectura, bautizándolo como “Bernardo Houssay”.
En ese contexto, Defensa señaló que fue necesaria la reconstrucción y rediseño del motovelero, debido "al gran desgaste que había sufrido" y "a la obsolescencia de la tecnología que poseía para la navegación e investigación científica".
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