Geraldine Juárez
12 de enero, 2012, 00:03
El video anterior muestra que la Presidente Cristina Fernández de Argentina se maravilló cuando se enteró de lo que se podía hacer con biometría y por tanto se “empecinó” en hacerlo — raro que no recordará del nombre del desafortunado proyecto al presentarlo — ya que lo considera “un salto cualitativo” y “absolutamente novedoso” que va a permitir, en sus palabras, “conocer en tiempo real quién es la persona que se encuentra enfrente de un personal de seguridad, o en cualquier otro lado, y sí es esa persona es o no esa persona”.Fernández además, considera aSIBIOS un gran paso para los derechos de la gente (!) por lo que se trasladará a “todos los recién nacidos en todos los hospitales del país” a partir del primero de enero de este año.
Desgraciadamente la paranoía, la ignorancia de quienes gobiernan y el incremento de las tecnologías de vigilancia masiva disponibles, han dado paso a que los gobiernos vulneren la privacidad de forma masiva con el argumento de la “seguridad nacional”y los “delitos”.
La Fundación Vía Libre de Argentina ha lanzado en conjunto con Electronic Frontier Foundation(EFF) una campaña de información acerca de la peligrosa (y vergonzosa en un país que sufrió una dictadura) vigilancia como política de estado que impulsa la Presidente Fernández por medio de la identificación biométrica mandatoria.
A pesar de las alabanzas que hace al sistema de identificación biométrica la Presidente Fernández, EFF señala en su comunicado que el Reino Unido desmanteló su sistema de identidad nacional hace dos años debido a la intrusión a los derechos de privacidad de sus ciudadanos. Pero al parecer, la característica más grande de quienes tienen poder, es hacer lo que no deben— y aún más, tienen una memoria histórica muy corta. El Documento de Identidad Nacional en Argentina surgió durante la dictadura militar, un hecho histórico imposible de ignorar cuando se trata de dar poderes a agencias de seguridad para cruzar referencias de información con datos biométricos. Según el post de EFF:
Ahora, el gobierno planea redimensionar esa base de datos para facilitar “acceso fácil” al integrar esos datos en un nuevo sistema integrado orientado a la seguridad. Esto aumenta el grado de vigilancia generalizada, ya que las agencias de seguridad de Argentina tendrán acceso a repositorios masivos de información de ciudadanos, y serán capaces de mejorar las capacidades de hacer reconocimiento facial y por huellas digitales con tecnologías que permitan identificar a cualquier ciudadano en cualquier lugar.En los últimos días de 2011, la Presidente Argentina, Cristina Fernández, emitió un Decreto del Poder Ejecutivo ordenando la creación del Sistema Federal de Identificación Biométrica (SIBIOS), un nuevo servicio de identificación biométrica centralizado, con cobertura nacional, que permitirá a las agencias de seguridad hacer “referencias cruzadas” de información con datos biométricos y otros datos inicialmente recogidos con el fin de mantener la operatoria del Registro Nacional de DNI.El SIBIOS estará completamente integrado con las bases de datos de identificación, que además de los identificadores biométricos, incluyen imagen digital, estado civil, grupo sanguíneo y otras informaciones básicas que se recolectan desde el nacimiento y a través de la vida de las personas. Además, no sólo la Policía Federal tendrá acceso a este sistema integrado. SIBIOS fue diseñado para el uso de otras fuerzas de seguridad y organismos, incluyendo la Dirección de Migraciones, la Policía Aeroportuaria y la Gendarmería Nacional, incluso estará disponible a las fuerzas policiales y entidades provinciales, a través de un Acuerdo con el Estado Nacional. Sin embargo, no ha habido discusión pública sobre las condiciones bajo las cuales los oficiales públicos tendrán acceso a los datos. Los promotores de SIBIOS argumentan que el programa facilitará la aplicación de la ley y el acceso en tiempo real a los datos de los individuos, sin embargo las precauciones mínimas usadas para prevenir la vigilancia masiva por parte del estado siguen siendo una incógnita.
Beatriz Busaniche, de la Fundación Vía Libre, alerta del peligro de abuso por parte del gobierno que el SIBIOS puede representar para el disenso político:
En nombre de la seguridad pública, Argentina ha impulsado políticas de vigilancia masiva incluyendo un monitoreo generalizado de los espacios públicos. La privacidad es particularmente esencial en un país que a lo largo de su historia ha tenido importantes movimientos sociales y políticos que han ganado las calles para hacer oir su voz. Es de enorme importancia que los activistas puedan permanecer anónimos en las manifestaciones públicas, en particular cuando están en desacuerdo con el gobierno. De esta manera, SIBIOS no sólo amenaza la privacidad de los ciudadanos y el derecho a la protección de sus datos personales, sino que también involucra una seria amenaza a los derechos civiles y políticos.
Lo siguiente ya lo había escrito antes en referencia a una pésima idea similar que el gobierno mexicano intentó imponer hace dos años, llamada RENAUT. Lo repito nuevamente: los datos son frágiles por la facilidad con la que pueden ser copiados. Los datos son personales, importan demasiado y los biométricos, simplemente no deberían de ser recolectados por nadie. La información esta compuesta por datos que tienen un valor para los mercados que dependen de ellos, pero también determinan integridad personal, por lo tanto su protección es fundamental. Este valor es precisamente lo que el mercado legítimo e ilegítimo utiliza para controlar, extorsionar ovigilar a la gente. También aplica a los gobiernos.
Conectados o no, todos somos afectados por la forma en la que la información se colecta, maneja, almacena y transmiten datos. Por esta razón, claro que son muy necesarias las legislaciones al respecto, pero ¿las leyes son un instrumento para oprimir, vulnerar y controlar? O, ¿un instrumento para proteger los derechos de la gente y garantizar, sobre todo, su integridad personal? Una base de datos biométricos puede ser abusada con fines políticos, puede ser hackeada con fines comerciales, puede fallar y cruzar mal los datos resultando en identificaciones erróneas con sin fin de consecuencias, por mencionar algunas. No hay sistema infalible, la identificación biométrica no es la panacea.
Privacy International se refiere a la identificación biométrica como una tecnología lejana de haberse probado segura y garante en su estudio titulado “TOUCHING BIG BROTHER: cómo la biometría fusionará la piel y las máquinas”:
…se requieren grandes cambios organizacionales para poder ser manejados (los datos biométricos). Hay muchos problemas prácticos involucrados en sus complejas y automatizadas rutinas, y al enfrentarse con excepciones, bajas de los sistemas y errores de la base de datos. La imposición de procedimientos intrusivos de identificación cambia la naturaleza de las relaciones y transacciones entre clientes y organizaciones. Por lo menos existe la percepción, y probablemente es cierto, de que incrementan el poder de las organizaciones sobre los individuos. Los datos biométricos, mucho más que otros modelos de identificación, ponen en peligro la sensación de individualidad.
EFF no podría ser más acertado al llamar irracional a la recolección de información biométrica a esta escala. La vigilancia sistemática como política de Estado es una característica de las dictaduras. Argentina ya pasó por eso y dijeron “nunca más”. La vigilancia masiva va en sentido contrario.
El texto íntegro de “Biometría en Argentina: la vigilancia masiva como política de estado” esta disponible en Fundación Vía Libre y en EFF.
Imágen vía leechypics
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