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miércoles, 4 de mayo de 2011

Perú y la Batalla por Malvinas




Testimonios sobre la participación activa de nuestros hermanos peruanos en la Batalla por las Malvinas:


Malvinas, desde Perú


PeruNo hay guerra donde se tenga pueblos vencedores, no habrá nuevamente demostración mas grande de patriotismo en la argentina, todo un pueblo vestido de albiceleste, en demostración de valor ante un coloso, las aguas heladas eran el calor del pueblo, el viento congelante era la voz relampagueante que sonaba como el silbido de un batallón dispuesto a entregar sus vidas por la patria, 25 años y un solo recuerdo de hermandad, Fernando Belaunde Terry, presidente del Perú entregaba parte de su fuerza bélicas al hermano.
Una acción donde se demuestra al hermano como se debe de comportar un hermano cuando este es golpeado.
No dudo un instante en dar su apoyo, no dudo un instante en demostrar la ley que profesaba “la ley de la hermandad”. No dudo un instante en ser el principal aliado de Argentina contra el usurpador. Cuando Augusto Pinochet apoyó la invasión, Belaúnde se opuso y llamó a la integridad Sudamericana.
En nuestros oídos hoy retumba la frase “el Perú está listo para apoyar a la argentina con todos los recursos que necesite”,
Esto incluía aviones y pilotos de la fuerza aérea, barcos de la marina de guerra y médicos de la policía nacional del Perú.
El Perú representó los intereses diplomáticos de la argentina en el reino unido de gran bretaña e irlanda del norte. Así, los diplomáticos argentinos destacados en Londres, se convirtieron en diplomáticos peruanos de nacionalidad argentina. Durante el transcurso del conflicto bélico, el acoso del servicio de inteligencia británico a la embajada peruana en Londres y a sus funcionarios diplomáticos fue tal que originó como respuesta mensajes de distracción. El Perú sirvió de puente para enviar cohetes franceses exocet a argentina. Además organizó una campaña de ayuda a nivel nacional a este país.
Belaúnde sirvió de mediador en el conflicto y propuso soluciones sensatas y asequibles a ambos países. Sin embargo sus propuestas diplomáticas fracasaron cuando el gobierno británico de Margaret Thatcher ordenó hundir un viejo buque argentino que transportaba cientos de conscriptos de las islas Malvinas (o falklands) de regreso a la argentina.
2 de abril de 1982 quedara en el recuerdo de los pueblos americanos la demostración de hermandad brindada por un presidente y su pueblo, pero también quedara en el recuerdo como otro hermano se portaba como el Caín de América chile que brindo a manos abiertas sus bases aéreas a los invasores.
Hoy a nombre del pueblo peruano rindo homenaje al soldado, al héroe desconocido, al hombre que puso el pecho a la bala llena de odio.
A los pilotos, marinos y soldados peruanos que ofrendaron su vida en ayuda al hermano.
Desde Arequipa – Perú
TIERRA ANCESTRAL DE FERNANDO BELAUNDE TERRY.

Malvinas: el Perú envió 10 aviones a Argentina

Publicado el 04/Abril/2007 | 00:00
LIMA.- Perú apoyó de manera activa a Argentina durante la guerra de las Malvinas, enviándole armas y una decena de aviones Mirage, en un capítulo no reconocido oficialmente, que sus protagonistas mantuvieron en el más estricto secreto y sobre el cual ahora, 25 años después, revelan algunos detalles.

La participación militar de Lima en Las Malvinas probablemente nunca será reconocida pero a lo largo de los años varios documentos han intentado reconstruir esa parte de la historia en que las Fuerzas Militares peruanas se involucraron con aviones, un puñado de pilotos y armas en favor de Argentina.

"Que Perú participó militarmente en apoyo de Argentina, no hay ninguna duda. Y de hecho ya hay investigaciones que han establecido incluso los nombres de los pilotos peruanos que llevaron un número una decena de Mirages MP-5 desde Perú", dice a la AFP un ex diplomático peruano que pidió mantener su nombre en reserva.

"Una vez me encontré con un oficial argentino que estaba destacado en la Patagonia durante el conflicto y me dijo que había visto montones de cajas y pertrechos de las fuerzas armadas peruanas", indicó el funcionario.

Según el ex diplomático esto se facilitó porque "la simpatía popular y la simpatía de la oficialidad de las Fuerzas Armadas Peruanas era abrumadoramente favorable a Argentina".

La fuente recuerda que el entonces ministro de Guerra peruano, Luis Cisneros Vizquerra, era conocido como "El Gaucho" por haber hechos sus estudios de formación militar en Argentina.

El canciller peruano en la época, Javier Arias Stella, participó activamente de una negociación de paz (a la postre frustrada) liderada por el presidente Fernando Belaúnde Terry para poner fin al conflicto entre Argentina y Gran Bretaña.

Sobre el tema militar, Arias dijo a la AFP que muchos documentos y testimonios prueban esta participación pero que él tiene sobre el tema las mismas percepciones o conocimiento que cualquier otra persona puesto que no participó de ese hecho.

"Había muchas reservas con las Fuerzas Armadas. Hubo muchas conversaciones entre militares argentinos y peruanos pero no las pude saber, ni pregunté", indicó el ex canciller.

Este lunes, el diario El Comercio de Lima, reproduce algunos testimonios de oficiales que participaron de la operación para llevar los Mirages en secreto -eludiendo la vigilancia boliviana y la chilena- desde Arequipa (sur del Perú) hasta la base aérea de Tandil, al este de Buenos Aires.

Un oficial, ahora en retiro y que requirió anonimato, le dijo a El Comercio que en esa ocasión fue llamado por un superior que le dijo "hay que llevar aviones a la Argentina".

"Salimos de madrugada en vuelo silencioso y en formación. No nos preocupaba mucho Bolivia pero Chile sí era un peligro por su radares en Iquique y Antofagasta", indicó.

"Por eso previamente hicimos un análisis operativo para eludir radares", dijo.

Según otro oficial, los aviones -una decena en excelentes condiciones de operatividad- salieron en una madrugada de mayo de 1982 acompañados por un avión de carga con técnicos y equipo de mantenimiento para instruir a los argentinos en el manejo de esas aeronaves.

También uno de los oficiales reconoce el envío de misiles aire-tierra, obuses, bombas y municiones como parte del apoyo dado por Perú a Argentina.

Esos Mirages, no fueron regalados sino vendidos en unos cinco millones de dólares, un 25% de su valor comercial en la época, recuerda uno de los oficiales.

En lo que todos los consultados coinciden es que los aviones no alcanzaron a ser utilizados y que los pilotos que los llevaron a Argentina regresaron de inmediato a Lima.

En la historia oficial, sin embargo, nada de esto pasó, y la participación peruana se limita a los intentos infructuosos de su presidente por darle al conflicto de las Malvinas un final pacífico. (EFE)


sábado 3 de febrero de 2007


PARTICIPACIÓN PERUANA EN LA GUERRA DE LAS MALVINAS (1982)



Ayuda peruana a Argentina en la guerra de las Malvinas 

Diario La Republica.(articulo tomado del Foro Militar) 


Envíos de equipo y material bélico hasta hoy desconocidos en sus componentes y detalles, incluida una escuadrilla de por lo menos diez caza bombarderos Mirage V, artillados con misiles teledirigidos AS30, fueron despachados clandestinamente del Perú a Argentina, en abril y mayo de 1982. Fue una operación solidaria y no ningún negociado de armas. Un convenio informal de gobierno a gobierno y de fuerza armada a fuerza armada, mantenido en el más absoluto secreto hasta ahora. Argentina había tomado posesión de las Islas Malvinas, el 2 de abril de 1982. No había calculado bien la reacción de Margaret Thatcher. La Real Armada Invencible inglesa avanzaba por el Atlántico decidida al desalojo. Estados Unidos inclinaba sus preferencias hacia Inglaterra y la guerra había comenzado. Todo indicaba que se definiría por aire y mar. Pero, los Skyhawk y Mirage III, columna vertebral de la aviación de combate argentina, no poseían la necesaria autonomía de vuelo. Los caza bombarderos Mirage V, de fabricación israelí, modelo M5P, pertenecientes a la Fuerza Aérea del Perú (FAP), en cambio, podían despegar del extremo sur de Argentina, llegar a las Malvinas, volar hasta diez minutos sobre el objetivo, y volver al continente. Eran los indicados. ¿Cómo obtenerlos? Entró en acción la histórica hermandad peruano-argentina y los vínculos institucionales y amicales de los mandos castrenses y políticos de ambos países. De un día para otro, los caza bombarderos Mirage V de la FAP fueron sacados de sus hangares de Chiclayo, sede del Grupo Aéreo No. 6, en la costa norte, y llevados a la Base Aérea La Joya, en Arequipa, al sur del país. "Un sábado por la tarde, probablemente a fines de abril, aterrizó en La Joya un Hércules argentino con personal de ellos. Luego, llegaron los Mirage", recuerda un testigo presencial. En ese momento, la FAP era comandada por el general del aire Hernán Boluarte. Y la jefatura de la Base Aérea La Joya, la ejercía el mayor general FAP César Gonzalo Luza, anota uno de los informantes. En La Joya se cambió la insignia y matrícula de los Mirage. Los colores de la bandera argentina reemplazaron el blanco y rojo del Perú. Con la pintura aún fresca, pero convertidos ya en unidades de la Fuerza Aérea Argentina, alzaron vuelo en una madrugada de la segunda quincena de abril de 1982, hacia las cuatro de la mañana. Fue una travesía de cerca de tres mil kilómetros, de La Joya a Jujuy, y de allí hasta la base aérea de Río Gallegos, en el extremo meridional argentino. Desde la Joya, los Mirage V volaron hasta su destino piloteados por los mayores de la FAP Rubén Mimbela, César Gallo, Augusto Mengoni y Mario Nuñez del Arco, entre otros. Las flamantes naves argentinas atravesaron cielo boliviano arriba de los 25 mil pies de altura, en "vuelo silencioso (radios apagados) y no recto", para evadir los radares de tierra. Desde que salieron de Chiclayo, un Hercules de la FAP, originario del Grupo Aéreo No. 8 (con base en Lima) -piloteado por el coronel Dociteo Aliaga, con el mayor Silva Díaz como copiloto-, acompañó de cerca a la escuadrilla de guerra. Dentro del Hercules, unos 15 técnicos mecánicos y un reducido número de oficiales se apretujaron alrededor de un Mirage desarmado y de los contenedores con misilería. "Vaya si nos costó trabajo introducir el Mirage en el Hercules, pese a que le quitamos las alas" -comentó uno de los actores. La anécdota ocurrida en Chiclayo pone en cuestión el número exacto de Mirage V entregados por Perú a Argentina. La cantidad de diez aviones Mirage fue revelado la única vez que una fuente oficial, el teniente general Hernán Boluarte, ex comandante general de de la FAP, se vio obligado a tocar el asunto. Lo dijo ante la Comisión Investigadora del Senado peruano que indagó sobre el caso del BCCI y la reducción de la compra de aviones Mirage 2000, en la sesión reservada del 23 de setiembre de 1991. "En abril del 82, ...-declaró Boluarte- el Primer Ministro (Manuel Ulloa. Nota de redacción) me consultó si era posible entregarles unos aviones a los argentinos ". "Yo le manifesté que podíamos entregar hasta diez, siempre y cuando sean repuestos dentro de estas adquisiciones nuevas (de Mirage 2000. Nota de redacción) que se estaban haciendo. Entonces, me aceptó." Carlos Malpica en su última obra "Pájaros de alto vuelo", sacó a luz ese testimonio. Técnicos y oficiales que formaron parte de la tripulación del Hércules peruano, sin embargo, han insistido en que el verdadero número de Mirage V cedidos fue de catorce y no de diez. Es posible que el número de aviones se haya redondeado a la hora de la compensación pecuniaria, posterior al conflicto. Primero fue la entrega solidaria, y después que concluyó la guerra el comandante general de la Fuerza Aérea Argentina visitó el Perú para zanjar la cuestión económica. "Vendimos a 5 millones de dólares cada avión". O sea, se nos pagó 50 millones de dólares por una escuadrilla que quince años atrás había costado veinte millones, informó a la comisión del Senado el mismo Hernán Boluarte. La FAP reservó esa suma para pagar la cuota inicial de la flota de 26 Mirage 2000 que poco después se compraría a la Dassault francesa. Pero, la ayuda militar de Perú a Argentina en plena guerra de las Malvinas, antes que una operación comercial o negociado de armas, fue una acción solidaria de extraordinario valor militar. No sólo se dio en equipo sino en asistencia y adiestramiento de personal. Hubo más de un viaje, pero cuando en uno de los primeros, el personal portador de la escuadrilla de Mirage arribó a la base aérea de Río Gallegos, salieron a recibirlos dos compatriotas: Carlos Portillo, piloto FAP de aviones Sukoi, y Rubén Crovetto, piloto FAP de aviones Mirage. Ambos se habían adelantado y probablemente refiriéndose a ellos fue que el corresponsal de la agencia informativa local "Diario y Noticias" lanzó al mundo una noticia sensacionalista para ese momento. Informó que aparatos peruanos Mirage, de fabricación francesa, habían llegado a una base aérea del sur argentino el 12 de abril, entre las 5 y 8 de la noche. En realidad, la escuadrilla llegaría días después. Crovetto instruyó a pilotos argentinos en las peculiaridades del Mirage V, modelo M5P , de la FAP. Carlos Portillo ofició de asesor.
Transportó material bélico para Argentina desde Israel La cuota de la Armada Peruana 

Fernando Belaunde Terry
Igual de importante y decidido fue el aporte de la Armada Peruana para potenciar militarmente al país hermano de Argentina durante la guerra de las Malvinas. La Marina de Guerra del Perú colaboró nada menos que en el transporte de material bélico, desde Israel hasta Argentina, durante aquellos meses críticos de abril y mayo de 1982, que el país hermano se batía con la poderosa armada inglesa. El testimonio de este hecho fue confiado a "La República" por un almirante de la Marina de Guerra del Perú que ocupaba un alto puesto en el comando de ese instituto en aquellos días y que solicitó la reserva de su identidad. Dio fe del hecho. Ante una pregunta nuestra, explicó que "el transporte de material fue directo y sin triangulación de ningún tipo", pero se excusó de dar mayores precisiones. Recalcó que el apoyo a Argentina fue total, sin restricciones y sin condiciones, porque se consideró que el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) estaba vigente y debía defender a todos los países de América. "Desgraciadamente a la potencia más grande del TIAR le interesaron más sus buenas relaciones con sus ancestros ingleses que con sus vecinos de América Latina". Reconoció que el apoyo principal a Argentina por parte de Perú "corrió a cargo de la fuerza aérea, en un esfuerzo realmente extraordinario". Pero, la Armada puso su cuota. De cuan importante fue el aporte marino lo dice el hecho que un submarinista peruano, el capitán de navío Armada Peruana Luis Samanez del Risco, fuera condecorado por el gobierno argentino. La distinción, una de las más altas, fue devuelta cortésmente por el comandante Samanez cuando en 1995 fue evidente la participación oficial del gobierno de Buenos Aires en el tráfico de armas argentinas a Ecuador. Como se sabe, los misiles Exocet, fabricados por Francia y que posee la Marina de Guerra del Perú, fueron una de las armas decisivas en aquella guerra. Un Exocet hundió al portaviones inglés Sheffield. Según se hizo público en su oportunidad, un despacho de ocho misiles Exocet destinados a la Armada Peruana, y que debieron llegar a nuestro país en mayo de 1982, fueron retenidos sin causas convincentes por los proveedores, hasta después de la guerra. Una fuente naval explicó que los fabricantes se enteraron que Perú había resuelto desviar ese material a Argentina. Supieron -aseguró la fuente- debido a la indiscreción del agregado naval argentino en París, que se acercó a la fábrica a preguntar si ya estaban listos los Exocet para Perú. Otro rubro concreto de apoyo marino fue la dotación de 17 a 19 torpedos que aquellos días salieron de los arsenales de nuestra Armada para ir a potenciar las naves argentinas. Lamentablemente parte de estos torpedos peruanos naufragaron con el hundimiento de la nave argentina Santa Fé. La Marina de Guerra del Perú suministró también partes electrónicos para equipos vitales como los radares y sistemas de control de tiro.
Todo lo que se envió a Argentina en 1982 Esto se llama solidaridad
Equipo aéreo: · Escuadrilla de diez caza bombarderos Mirage V, modelo M5P. (Fuentes de aviación dicen que fueron catorce los Mirage cedidos) · Misiles teledirigidos AS30 (aire-aire y aire-tierra). Telecomandado desde cabina, contra blancos en tierra, con un alcance de 15 kilómetros. · Misiles antiaéreos Strella (tierra-aire). Fabricación rusa. Se activan desde el hombro y al dispararse buscan la radiación del avión para impactarlo. ·Simuladores de entrenamiento e instructores para adiestramiento en el manejo de misiles AS30 y Strella.
Material marino: · Transporte de material bélico de Israel a Argentina · Torpedos (17) · Misiles Exocet, ocho fueron retenidos por Francia. · Partes de equipos electrónicos (radar, sistemas de control de tiro y otros).
(comentario de un argentino sobre la ayuda del Peru a Argentina durante la guerra de las Malvinas)Muy bueno tu post. Siempre se ha sabido de la importante ayuda brindada por tu país al mío, y nosotros, los argentinos, no temos palabras para agredecerselos. Gloria al Perú, hermano incondicional del pueblo argentino.
Los detalles con los que cuentas la historia no hacen más que demostrar el desinterés de su ayuda, curiosamente puesto en duda por algún que otro forista chileno. Me permito agregar a tu relato, que como la FAA estaba corta de tanques suplementarios para sus delta, pues en la primera de cambio tenían que arrojarlos para agilizar su configuración, La FAP, suministró varios tanques de 1700 litros, son varias las fotos que muestran los M-III y Daggers estacionados en pleno conflicto, con tanques suplementarios, de otro color? Si del peruano. Debés saber que aún al día de la fecha siguen en activo, nosotros los denominamos MARA, por la liebre patagónica hasta donde yo se, sobreviven nueve de ellos pues uno se perdió en un accidente. Algún día se sabrá toda la historia, solo es cuestión de esperar, y ahí aquellos que obramos con valor honor y lealtad nos sentiremos tremendamente orgullosos y quienes así no lo hubieran hecho, contarán sus treinta monedas de plata y mirarán para otro lado. Cada uno sabe bien lo que ha hecho y aunque algunos se empeñen en defender su actitud, en el fondo bien saben que por lo menos fue desafortunada.




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