El líder libio Muamar Al-Gadafi fue asesinado ayer en Sirte, fríamente y con las “reglas del debido” proceso que tanto arguyen los supuestos paladines de la libertad, entiéndase la civilizada Europa (dos guerras mundiales a causa de ella) y los EEUU, el país predador más criminal que haya conocido la historia humana.Junto a Gadafi, dejaron también sus vidas en combate, su hijo Moutassim, el ex ministro de defensa Abubakr Yunes Jaber y otros combatientes que fueron asesinados, ya sea por las bombas lanzadas por la OTAN, Francia y los EEUU reconocen haber disparado misiles contra el convoy, o por los enfrentamientos posteriores con los renegados de Bengazi. Lo que queda claro de los hechos acontecidos ayer, se trata de un hecho mayor indiscutiblemente, de una parte, quienes pretenden cantar victoria antes de tiempo, regocijándose incluso de la muerte del líder libio y de otra parte, los efectos posteriores a este asesinato.
Hace solo 48 horas Madmud Jibril, el traidor que pretende gobernar Libia desde hace 2 meses, señalaba en una entrevista, su temor de ver a Gadafi con un ejército de Tuaregs para reconquistar el poder. Le verdad es que esos temores son válidos, pero no por un movimiento de tropas de una etnia libia, quizás por el emplazamiento extraterritorial (Níger, Malí, Argelia, Mauritania) de esta etnia le hagan tener pesadillas a este monigote instalado en Trípoli por las fuerzas imperiales. Los Tuaregs ni siquiera son de origen libio, ellos llegaron a Libia luego de las infinitas maniobras coloniales de los países europeos que impusieron sus posturas criminales entre el siglo XIX y XX, lo mismo hicieron en el Kurdistán, implicando varios países, Siria, Turquía, Irán e Irak. Esa vez fue el imperio británico que creó la diáspora kurda. En el caso Tuaregs, más bien fue el colonialismo francés que jugó un rol decisivo.
¿Por qué el temor del Sr. Jibril?, la respuesta es simple, Gadafi creó lazos profundos e imperecederos con África, el temor mayor de la dirigencia traidora y vendida que actualmente han instalado en Trípoli las fuerzas genocidas e imperiales, es ver a todos aquellos a quienes el líder libio ayudó a su desarrollo como nación en busca de su soberanía e verdadera independencia, aporten su grano de arena a la noble causa de la resistencia libia. Los pueblos africanos nada tienen que ver con sus dirigentes, los pueblos africanos han sabido reconocer el aporte dado por Gadafi a sus liberaciones, eso lo saben y conocen perfectamente las marionetas instaladas en Trípoli.
No existe ni existirá incertidumbre sobre el curso de la resistencia libia, este duro golpe será un punto sin retorno para quienes desde la perspectiva de la dignidad nacional, de la justicia histórica de un pueblo que ha sabido luchar contra el colonialismo y el neo-colonialismo, sabrán cumplir con el deber más sagrado que tienen, librar a Libia del saqueo programado de sus recursos naturales por parte de una banda de islamistas tránsfugas y de tecnócratas sedientos de poder personal, que han sido capaces de venderse al mejor postor. Que nadie se llame a engaño, las condiciones históricas que impusieron la actual situación en Libia siguen intactas. Intervención militar extranjera, criminal y genocida. Confiscación de la soberanía nacional. Restablecimiento de los valores monárquicos, peor aún, islámicos radicales, sharia, etc.
Hoy es el tiempo de profundizar sobre los objetivos estratégicos de la resistencia, Gadafi se constituyó por sí mismo, en un guerrero más contra la agresión imperialista, sus hijos lo secundaron con valor e hidalguía, nadie podrá ubicarlo en la desalmada negociación para vivir un exilio dorado junto a los suyos, no, él dijo, moriré en mártir y así fue, nada sacarán los espurios títeres de Trípoli de querer rebajar la estatura de un hombre que demostró querer su patria y luchar por su pueblo y los pueblos del África. Los propietarios e instigadores de esta agresión, Sarkozy, Obama, Cameron, la OTAN, serán barridos por la historia, ya viven sus decadencias cada día más marcadas, seguramente creerán que han triunfado, pero se equivocan, la resistencia libia representa una justa causa, y terminará por imponerse. Y los lacayos vendepatria, serán sin duda alguna, puestos en el sitial que les corresponde. No serán los Tuaregs que lo harán, serán los libios, incluyendo a los Tuaregs, que darán al traste a toda esa ralea inmunda de políticos serviles y corruptos que han pretendido poner a Libia en el mercado internacional. Lo sentimos señores mercaderes, pero la Libia no está en venta, y la Resistencia Libia les hará saber cotidianamente cuál es el precio a pagar, ya sea por vender (CNT y sus cipayos), ya sea por defender la soberanía del país (la heroica resistencia libia).
Colectivo Editorial Resistencia Libia
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