La Corte dispuso investigar la pista israelí, pero la AMIA, la DAIA y la Embajada de Israel se opusieron tenazmente con el pretexto de que dicha investigación constituía un acto de antisemitismo, y amenazaron con pedir juicio político a la Corte. La pista israelí fue abandonada.
Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.
El señor Alberto Jacinto Kanoore Edul, su padre Alberto Kanoore Edul, y sus hermanas Alicia y Mabel me han otorgado poder judicial para defender su buen nombre y honor y sus legítimos intereses, grave e injustamente vulnerados por el juez que intervino en la investigación del atentado a la AMIA y por otras instituciones y personas nacionales y extranjeras.
Con motivo de ese atropello a sus derechos humanos, los señores Kanoore Edul han sufrido enormes daños materiales y morales. Kanoore Edul es descendiente de árabes (sirios) y de religión musulmana. Tenía pues el perfil exacto que sus calumniadores necesitaban para desviar la investigación. Hoy sabemos que todo fue producto de una verdadera confabulación. Los autores de tantos y tan inhumanos sufrimientos, soportados en silencio por la familia Kanoore Edul, deben hacerse cargo de su inmensa responsabilidad.
El Tribunal Oral ha desbaratado una maniobra, pero sugestivamente, se ha desatado una nueva y virulenta campaña para hacer creer que, aun así, existe la pista siria. Con ese objetivo inconfesable, el principal agente de la SIDE, señor Stiusso, señaló a Siria y a Kanoore Edul como sospechosos principales durante el juicio, y el propio Tribunal Oral y el resto de los atacantes de Edul se aventuraron a dar por segura la presencia de la "Trafic", a pesar de todas las evidencias en su contra. Están tratando de desviar nuevamente la atención pública de los verdaderos sospechosos, a quienes al parecer desean encubrir.
Los hechos concretos y las pruebas e indicios existentes en los atentados a la AMIA y a la Embajada de Israel obligan indispensable y objetivamente a dirigir la investigación hacia una posible pista israelí.
Hasta hoy, y por enormes presiones, tanto del gobierno de Israel como de la AMIA, la DAIA, sectores del gobierno argentino (la senadora Cristina Fernández de Kirchner y la SIDE especialmente), ciertos periodistas y medios de comunicación, y aun del gobierno de EEUU de Norteamérica (FBI y CIA), dicha pista ha sido intencionadamente bloqueada, según ha quedado demostrado. Es hora de reabrirla.
Las razones para solicitar que se investigue la pista israelí en ambos atentados son numerosas. Consigno las principales:
1.- En primer lugar está la pericia de los tres ingenieros de la Academia Nacional de Ingeniería, que determinó sin lugar a dudas que la explosión en la Embajada se produjo dentro del edificio.
2.- Ante ello, la Corte dispuso investigar la pista israelí, pero la AMIA, la DAIA y la Embajada de Israel se opusieron tenazmente con el pretexto de que dicha investigación constituía un acto de antisemitismo, y amenazaron con pedir juicio político a la Corte. La pista israelí fue abandonada.
3.- Uno de los tres ingenieros que realizaron la citada pericia en la Embajada me ha asegurado personalmente que, de acuerdo a las pruebas existentes, la explosión en la AMIA también se produjo adentro, y no con una Trafic (que nunca se vio).
4.- En el caso de la AMIA, los tres especialistas de la Universidad Nacional de Tucumán determinaron que la explosión fue adentro de su sede, y que no hubo Trafic o coche bomba alguno.
5.- La portera de ese edificio -que es de religión judía y por ello insospechable de parcialidad- declaró que vio explotar la sede desde adentro hacia afuera y que no había ninguna "Trafic". La ascensorista de la AMIA y el conductor de la camioneta de la ortopedia tampoco vieron la Trafic. Hay muchos otros testigos que lo corroboran.
6.- En todas las fotos de la AMIA tomadas inmediatamente después de la explosión, se observa un enorme boquete en la medianera que da hacia calle Tucumán, que sólo pudo producirla una explosión interna. En forma muy sospechosa, ese boquete fue tapado rápidamente, y nunca más se habló de él ni de la declaración de la portera de la AMIA.
7.- Tanto en la AMIA como en la Embajada, y por una decisión incalificable del gobierno argentino, los militares de Israel, la CIA norteamericana y la Mosad israelí tuvieron desde el primer momento libre y prioritario acceso a las ruinas de ambas explosiones. Peor aún, el general Balza (ex comandante en jefe del Ejército argetino) ha reconocido que nuestro Ejército tenía la misma preparación que los israelíes para actuar en esas emergencias, pero que el gobierno rechazó su ofrecimiento. Ahora sabemos que el motor de la "Trafic", principal "prueba" de la pista Siria-Edul, fue "encontrado" por un militar israelí sin la presencia de testigo alguno. Y otro militar israelí "demostró" cómo se habían colocado los explosivos en la "Trafic".
8.- La sospecha de que todos los complotados mencionados (gobiernos e instituciones privadas) apoyaron esa mentira para ocultar la pista israelí se torna legítima y, en este caso, insoslayable.
9.- Y lo más extraño de todo: el gobierno israelí no se ha constituido en querellante por el atentado que destruyó la sede de su Embajada en la Argentina, y mató funcionarios de ella. Nunca antes se había visto una pasividad y un silencio tan raros del Estado de Israel frente a un atentado similar, incluso de menor envergadura.
Por todo lo dicho, es indispensable impulsar la investigación de la pista israelí en ambos atentados, y es de esperar que en esa tarea se unan solidariamente los familiares de todas las víctimas de ellos, sean de religión judía, musulmana o católica. Está en juego la justicia hacia mujeres y hombres inocentes, y la seguridad de la Argentina, que es de todos.
Buenos Aires, 21 de setiembre de 2004.
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