Religioso aseguró que el atentado "afectó profundamente" la relación bilateral
Moshen Rabbani (Foto: gentileza Folha de San Pablo)
El clérigo iraní Moshen Rabbani, uno de los principales sospechosos del atentado a la AMIA de 1994, volvió a negar su participación en el ataque a la mutual judía que dejó 85 muertos y abogó por que el "diálogo" entre la Argentina e Irán "ayude a encontrar a los culpables".
Desde la ciudad iraní de Qom donde se refugia ante el pedido de captura internacional de Interpol, Rabbani concedió una entrevista al diario brasileñoFolha de San Pablo, donde confesó sus vínculos con el menemismo y se quejó de la intromisión de Estados Unidos en la investigación judicial.
Además, el exagregado cultural de la embajada iraní en el país deslizó que el ataque podría haber sido pergeñado por neonazis, extremistas judíos o mafias vinculadas al narcotráfico o el lavado de dinero. "Siempre dijimos entregaríamos al culpable si supiésemos quién es, incluso si se trata de alguien de nuestra familia, pero nadie está buscando los verdaderos autores", sostuvo.
"Como cada mañana, temprano recé en una mezquita de Buenos Aires y luego fui a mi oficina a eso de las 8:30. Estaba trabajando cuando vi en la televisión que había ocurrido una explosión en la ciudad", recordó sobre el 18 de julio de 1994. "Dicen que estaba hablando por teléfono en el momento de la explosión, pero ¿cuántas personas también estaban en el teléfono esa mañana en Buenos Aires?", se preguntó al desligarse de la acusación que lo ubica como autor intelectual del atentado. "Si me acusan de haber hablado con un hombre (vinculado al atentado) en el momento de la explosión, pero hasta ahora nadie ha demostrado una prueba", aseveró Rabbani.
En el reportaje, el religioso aseguró que el ataque "afectó profundamente" la relación entre la Argentina e Irán, "que iba muy bien", porque según contó, el país musulmán era "uno de los mayores compradores de trigo, arroz, carne, aceite de oliva argentinos. "Días antes de la explosión, los diputados y los ministros estaban dispuestos a embarcarse rumbo a Teherán. Yo tenía amigos en el gobierno", al admitir el acercamiento entre el gobierno iraní y el de Carlos Menem, aunque dijo que nunca se entrevistó personalmente con el expresidente.
"Teníamos amigos en común y nos comunicamos a través de personas cercanas a él. La mayor parte de la comunidad (iraní) votó por él porque creían que podría trabajar mejor en el tema AMIA", afirmó.
Rabbani negó conocer a Alberto Jacinto Kanoore Edul, el empresario sirio sospechado de haber instalado los explosivos en la camioneta Trafic blanca. "Nunca había oído hablar de este hombre antes de la explosión. Se acusa a Irán de no cooperar con la investigación, pero Irán siempre pidió permiso en su condición de demandado, para enviar expertos a la Argentina con el fin de investigar, como por ejemplo hizo Israel, que envió equipos, pero no nos dieron permiso".
Según consideró, "la pista (contra Irán) se basa en un falso testimonio de Manoucher Moatamer, un iraní que lanzó acusaciones sin pruebas para conseguir dinero de los estadounidenses y un visa de residencia, y que terminó arrestado por robar una joyería".
Una de las últimas entrevistas que dio Rabbani fue a un programa radial del dirigente Luis D'Elía, en mayo de 2011. Como en esa oportunidad, ahora también vinculó a algunos los medios de comunicación con los entorpecimientos a la pesquisa judicial posteriores."Dijeron que hasta mi madre había colocado la bomba, que nunca puso un pie en América Latina", señaló con ironía.
"La acusación es alimentada por el diario Clarín y el (entonces) Canal 9, notoriamente adversos a Irán. La mayoría de los argentinos saben que Irán no tiene nada que ver con el atentando. Muchos libros, como "Cortinas de humo" también dicen que todas las pistas se tuvieron en cuenta, menos la iraní. Estoy escribiendo un libro para explicar todo esto", reveló el líder espiritual iraní.
En otro pasaje, desestimó responsabilidades y lanzó supuestas hipótesis de quiénes podrían estar detrás. "Siempre dijimos entregaríamos al culpable si supiésemos quién es, incluso si se trataba de alguien de nuestra familia. Pero nadie está buscando los verdaderos autores. Pudo haber sido el trabajo de grupos neonazis, extremistas (judíos) como los que mataron (en 1995 al entonces ministro israelí) Yitzhak Rabin, que rechazan el diálogo con los palestinos y buscan perturbar la situación mundial. Hay grupos de narcotráfico, lavado de dinero, nadie investigó esto", expresó.
Rabbani también negó vínculos con la Jijad Islámica, miembro del Hezbollá, que se habría atribuido el atentado de 1992 a la embajada israelí. "No tengo ninguna relación con estos grupos. Quien los acusa debe presentar las pruebas. Desde el primer momento los sionistas y los estadounidenses acusaron a Irán. Después del atentado, Estados Unidos pasó a controlar todo en la Argentina, desde canales de TV a ministerios, y trataron de destruir nuestra relación con otros países de América Latina", manifestó.
El clérico árabe dijo que nunca fue integró la Guardia Revolucionaria iraní porque "nunca quiso ser juez o militar" y que su "mente" funciona sólo con temas culturales. "Empecé a trabajar como profesor y sigo siendo maestro, no me involucro en política", completó.
Rabbani se mostró optimista de los resultados que se puedan alcanzar tras la reanulación de las relaciones bilaterales entre Argentina e Irán, luego que la presidenteCristina de Kirchner autorizó retomar los contactos en el contexto de la Asamblea Anual de la ONU en Nueva York. "El diálogo es siempre el mejor camino para ayudar, si Dios quiere, a encontrar culpables", advirtió el líder religioso.
Sobre el final, comentó que desde 1998 no volvió a Brasil ni a ningún otro país de América Latina y explicó que durante sus últimos años, de los 14 que estuvo en la Argentina, "vivía rodeado por policías", pero que les decía que "no tenía miedo". Cuando le preguntaron si esa custodia permanente era para protegerlo o vigilarlo, respondió: "Las dos cosas".
http://chiwulltun.blogspot.com.ar/2012/10/amia-para-el-principal-sospechoso-el.html
Moshen Rabbani (Foto: gentileza Folha de San Pablo)
El clérigo iraní Moshen Rabbani, uno de los principales sospechosos del atentado a la AMIA de 1994, volvió a negar su participación en el ataque a la mutual judía que dejó 85 muertos y abogó por que el "diálogo" entre la Argentina e Irán "ayude a encontrar a los culpables".
Desde la ciudad iraní de Qom donde se refugia ante el pedido de captura internacional de Interpol, Rabbani concedió una entrevista al diario brasileñoFolha de San Pablo, donde confesó sus vínculos con el menemismo y se quejó de la intromisión de Estados Unidos en la investigación judicial.
Además, el exagregado cultural de la embajada iraní en el país deslizó que el ataque podría haber sido pergeñado por neonazis, extremistas judíos o mafias vinculadas al narcotráfico o el lavado de dinero. "Siempre dijimos entregaríamos al culpable si supiésemos quién es, incluso si se trata de alguien de nuestra familia, pero nadie está buscando los verdaderos autores", sostuvo.
"Como cada mañana, temprano recé en una mezquita de Buenos Aires y luego fui a mi oficina a eso de las 8:30. Estaba trabajando cuando vi en la televisión que había ocurrido una explosión en la ciudad", recordó sobre el 18 de julio de 1994. "Dicen que estaba hablando por teléfono en el momento de la explosión, pero ¿cuántas personas también estaban en el teléfono esa mañana en Buenos Aires?", se preguntó al desligarse de la acusación que lo ubica como autor intelectual del atentado. "Si me acusan de haber hablado con un hombre (vinculado al atentado) en el momento de la explosión, pero hasta ahora nadie ha demostrado una prueba", aseveró Rabbani.
En el reportaje, el religioso aseguró que el ataque "afectó profundamente" la relación entre la Argentina e Irán, "que iba muy bien", porque según contó, el país musulmán era "uno de los mayores compradores de trigo, arroz, carne, aceite de oliva argentinos. "Días antes de la explosión, los diputados y los ministros estaban dispuestos a embarcarse rumbo a Teherán. Yo tenía amigos en el gobierno", al admitir el acercamiento entre el gobierno iraní y el de Carlos Menem, aunque dijo que nunca se entrevistó personalmente con el expresidente.
"Teníamos amigos en común y nos comunicamos a través de personas cercanas a él. La mayor parte de la comunidad (iraní) votó por él porque creían que podría trabajar mejor en el tema AMIA", afirmó.
Rabbani negó conocer a Alberto Jacinto Kanoore Edul, el empresario sirio sospechado de haber instalado los explosivos en la camioneta Trafic blanca. "Nunca había oído hablar de este hombre antes de la explosión. Se acusa a Irán de no cooperar con la investigación, pero Irán siempre pidió permiso en su condición de demandado, para enviar expertos a la Argentina con el fin de investigar, como por ejemplo hizo Israel, que envió equipos, pero no nos dieron permiso".
Según consideró, "la pista (contra Irán) se basa en un falso testimonio de Manoucher Moatamer, un iraní que lanzó acusaciones sin pruebas para conseguir dinero de los estadounidenses y un visa de residencia, y que terminó arrestado por robar una joyería".
Una de las últimas entrevistas que dio Rabbani fue a un programa radial del dirigente Luis D'Elía, en mayo de 2011. Como en esa oportunidad, ahora también vinculó a algunos los medios de comunicación con los entorpecimientos a la pesquisa judicial posteriores."Dijeron que hasta mi madre había colocado la bomba, que nunca puso un pie en América Latina", señaló con ironía.
"La acusación es alimentada por el diario Clarín y el (entonces) Canal 9, notoriamente adversos a Irán. La mayoría de los argentinos saben que Irán no tiene nada que ver con el atentando. Muchos libros, como "Cortinas de humo" también dicen que todas las pistas se tuvieron en cuenta, menos la iraní. Estoy escribiendo un libro para explicar todo esto", reveló el líder espiritual iraní.
En otro pasaje, desestimó responsabilidades y lanzó supuestas hipótesis de quiénes podrían estar detrás. "Siempre dijimos entregaríamos al culpable si supiésemos quién es, incluso si se trataba de alguien de nuestra familia. Pero nadie está buscando los verdaderos autores. Pudo haber sido el trabajo de grupos neonazis, extremistas (judíos) como los que mataron (en 1995 al entonces ministro israelí) Yitzhak Rabin, que rechazan el diálogo con los palestinos y buscan perturbar la situación mundial. Hay grupos de narcotráfico, lavado de dinero, nadie investigó esto", expresó.
Rabbani también negó vínculos con la Jijad Islámica, miembro del Hezbollá, que se habría atribuido el atentado de 1992 a la embajada israelí. "No tengo ninguna relación con estos grupos. Quien los acusa debe presentar las pruebas. Desde el primer momento los sionistas y los estadounidenses acusaron a Irán. Después del atentado, Estados Unidos pasó a controlar todo en la Argentina, desde canales de TV a ministerios, y trataron de destruir nuestra relación con otros países de América Latina", manifestó.
El clérico árabe dijo que nunca fue integró la Guardia Revolucionaria iraní porque "nunca quiso ser juez o militar" y que su "mente" funciona sólo con temas culturales. "Empecé a trabajar como profesor y sigo siendo maestro, no me involucro en política", completó.
Rabbani se mostró optimista de los resultados que se puedan alcanzar tras la reanulación de las relaciones bilaterales entre Argentina e Irán, luego que la presidenteCristina de Kirchner autorizó retomar los contactos en el contexto de la Asamblea Anual de la ONU en Nueva York. "El diálogo es siempre el mejor camino para ayudar, si Dios quiere, a encontrar culpables", advirtió el líder religioso.
Sobre el final, comentó que desde 1998 no volvió a Brasil ni a ningún otro país de América Latina y explicó que durante sus últimos años, de los 14 que estuvo en la Argentina, "vivía rodeado por policías", pero que les decía que "no tenía miedo". Cuando le preguntaron si esa custodia permanente era para protegerlo o vigilarlo, respondió: "Las dos cosas".
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