Con radares propios, Argentina muestra un ejemplo de independencia tecnológica. El gerente general de INVAP, Héctor Otheguy no dudó en calificarlo como algo “revolucionario”.
radar
El gerente general de INVAP dijo que la concepción se inició en 2003 en tópicos que –como la ciencia y la tecnología- requieren de paciencia y tiempo y que, como en radarización, están dando sus frutos. Un ejemplo fue la inauguración, tiempo atrás, de un radar 3D –en la provincia de Santiago del Estero- destinado a combatir el narcotráfico y que integrará el llamado Escudo Norte, con participación de los ministerios de Defensa y de Seguridad, y de las Fuerzas Armadas. Otheguy elogió que nuestra tecnología se ponga “al servicio de la seguridad de todos los argentinos”. En este programa, también citamos conceptos que pronunció en 2004 el Dr. Mario Mariscotti. Fue al enterarse de la decisión local de construcción de radares. Esto –relató- contrasta con la idea de aquellos que ven como un error que el país compita en asuntos de alta tecnología. Esta concepción –añadió Mariscotti- tiene que ver no sólo con poderosos intereses sino también con “un problema cultural de nuestra dirigencia que parece estar cambiando”. Y es bueno que esto pase, sostenía entonces, porque la Argentina es “pionera en la institucionalización de la ciencia”. Y citó al CONICET, al INTI, al INTA y a la CNEA. También contó que eran muchos los integrantes de la comunidad científica que pugnaban por un modelo de país capaz de usar el conocimiento para competir en el escenario internacional. Hace siete años veía “señales alentadoras” en ese ámbito, las cuales no disminuyeron y, por el contrario, están dando frutos y auguran un mejor futuro, todavía.
Sabemos que los logros en ciencia y tecnología requieren de paciencia y tiempo. Estas son áreas donde el largo plazo va de la mano de políticas de Estado, y a partir de grados de independencia que –por caso- la Argentina no dudó en concretar a partir de 2003..”Creo que es revolucionario y todavía no alcanzamos por ahí a darle la dimensión que tiene esa decisión”.., dijo el Lic., Héctor Otheguy, Gerente General de INVAP, quien precisó..”Era impensable hace unos años que pudiera haber un Proyecto de Radarización como el que se está haciendo”. Otheguy habló del destinado a combatir el narcotráfico, que se inauguró en Santiago del Estero, en julio pasado, y al que se agregarán otros próximamente. Se trata del primer radar 3D fabricado por INVAP para el llamado Escudo Norte, operativo del que participan los Ministerios de Defensa y Seguridad, y las Fuerzas Armadas, hecho que la presidenta de la Nación sintetizó así: “en buena hora que la tecnología argentina esté al servicio de la seguridad de todos los argentinos”. En este caso.”Que tiene que ver con radarización. Con radioaplicaciones de las radiofrecuencias en detección de aviones, de cosas que vuelan. Que tiene que ver con seguridad en el espacio aéreo, eficiencia también en esas operaciones y, eventualmente, también con temas de defensa”. Decisiones como estas no son menores y merecen ser subrayadas. El propio Otheguy contó lo siguiente. ”Había intereses creados que trataban de tentar que la decisión del gobierno se volviera para atrás argumentando que no había experiencia en esa tecnología. Que iba a ser un fracaso, que era una pérdida de tiempo”.. Una opinión altamente valorada que coincidió con la decisión oficial fue la del Dr. Mario Mariscotti. ”Esta idea de que la Argentina no puede entrar en la alta tecnología es una cosa muy equivocada”. Y continuó diciendo durante una conferencia que pronunció en noviembre de 2004.
”Me ha impresionado muy bien, para mi es un cambio muy importante que la Argentina, el gobierno argentino, haya decidido que los radares para la Fuerza Aérea van a ser construidos en la Argentina”. Y añadió Mariscotti. ”Esto es algo que no encuentro antecedentes en mi vida conciente, en la Argentina. Ustedes saben que los radares en el 96 ya se había firmado un contrato para buscarlos en el exterior, como todas las cosas”. Ante un auditorio atento, continuó así.”Este es un problema cultural de nuestra dirigencia y parece que está cambiando”. Por cierto, y afortunadamente, contrario a otras épocas.”A mi me ha tocado hablar con gente que podríamos identificar como representantes de la dirigencia argentina”. Los cuales interpretaban como una suerte lo siguiente. ”Que otros países inviertan en ciencia y tecnología, en investigación y desarrollo, porque así no tenemos que hacerlo nosotros y con un gran ahorro”. Mariscotti se extrañaba de que eso ocurriera en un país como la Argentina, con premios Nobel, y ciertas ventajas en ciencia y tecnología. En una nación..”relativamente pionera en la institucionalización de la ciencia. Digamos, la creación de la Comisión de Energía Atómica es del año 50, el INTA, el INTI, el CONICET. En tal sentido la Argentina no se ha quedado atrás”. Por eso, afirmaba en 2004.”Dentro de la comunidad científica compartimos la idea en forma unánime de que el modelo de país que queremos es de un país que use el conocimiento y que sepa competir en el escenario internacional a través del uso de su inteligencia”. Mariscotti propugnaba, entonces. ”Que realmente logremos o apuntemos a un cambio sustantivo del perfil productivo de la Argentina”. Algo que no se logra de la noche a la mañana pero que para andar en ese rumbo requiere de una decisión política determinada. Esto sucede –explicó Mariscotti- en los países cuyos dirigentes le prestan a la ciencia y a la tecnología un valor estratégico. ”Valor estratégico es cuando un país adopta la cultura del conocimiento en función del crecimiento económico o de la defensa”. Ya en 2004 decía. ”Yo veo algunas señales alentadoras”. El tiempo pasó, y a siete años hay evidencias de una política de Estado en ciencia. Si este rumbo sigue, dijo Otheguy ”en un momento dado va a producir resultados muy grandes que nos van a sorprender”.
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El gerente general de INVAP dijo que la concepción se inició en 2003 en tópicos que –como la ciencia y la tecnología- requieren de paciencia y tiempo y que, como en radarización, están dando sus frutos. Un ejemplo fue la inauguración, tiempo atrás, de un radar 3D –en la provincia de Santiago del Estero- destinado a combatir el narcotráfico y que integrará el llamado Escudo Norte, con participación de los ministerios de Defensa y de Seguridad, y de las Fuerzas Armadas. Otheguy elogió que nuestra tecnología se ponga “al servicio de la seguridad de todos los argentinos”. En este programa, también citamos conceptos que pronunció en 2004 el Dr. Mario Mariscotti. Fue al enterarse de la decisión local de construcción de radares. Esto –relató- contrasta con la idea de aquellos que ven como un error que el país compita en asuntos de alta tecnología. Esta concepción –añadió Mariscotti- tiene que ver no sólo con poderosos intereses sino también con “un problema cultural de nuestra dirigencia que parece estar cambiando”. Y es bueno que esto pase, sostenía entonces, porque la Argentina es “pionera en la institucionalización de la ciencia”. Y citó al CONICET, al INTI, al INTA y a la CNEA. También contó que eran muchos los integrantes de la comunidad científica que pugnaban por un modelo de país capaz de usar el conocimiento para competir en el escenario internacional. Hace siete años veía “señales alentadoras” en ese ámbito, las cuales no disminuyeron y, por el contrario, están dando frutos y auguran un mejor futuro, todavía.
Sabemos que los logros en ciencia y tecnología requieren de paciencia y tiempo. Estas son áreas donde el largo plazo va de la mano de políticas de Estado, y a partir de grados de independencia que –por caso- la Argentina no dudó en concretar a partir de 2003..”Creo que es revolucionario y todavía no alcanzamos por ahí a darle la dimensión que tiene esa decisión”.., dijo el Lic., Héctor Otheguy, Gerente General de INVAP, quien precisó..”Era impensable hace unos años que pudiera haber un Proyecto de Radarización como el que se está haciendo”. Otheguy habló del destinado a combatir el narcotráfico, que se inauguró en Santiago del Estero, en julio pasado, y al que se agregarán otros próximamente. Se trata del primer radar 3D fabricado por INVAP para el llamado Escudo Norte, operativo del que participan los Ministerios de Defensa y Seguridad, y las Fuerzas Armadas, hecho que la presidenta de la Nación sintetizó así: “en buena hora que la tecnología argentina esté al servicio de la seguridad de todos los argentinos”. En este caso.”Que tiene que ver con radarización. Con radioaplicaciones de las radiofrecuencias en detección de aviones, de cosas que vuelan. Que tiene que ver con seguridad en el espacio aéreo, eficiencia también en esas operaciones y, eventualmente, también con temas de defensa”. Decisiones como estas no son menores y merecen ser subrayadas. El propio Otheguy contó lo siguiente. ”Había intereses creados que trataban de tentar que la decisión del gobierno se volviera para atrás argumentando que no había experiencia en esa tecnología. Que iba a ser un fracaso, que era una pérdida de tiempo”.. Una opinión altamente valorada que coincidió con la decisión oficial fue la del Dr. Mario Mariscotti. ”Esta idea de que la Argentina no puede entrar en la alta tecnología es una cosa muy equivocada”. Y continuó diciendo durante una conferencia que pronunció en noviembre de 2004.
”Me ha impresionado muy bien, para mi es un cambio muy importante que la Argentina, el gobierno argentino, haya decidido que los radares para la Fuerza Aérea van a ser construidos en la Argentina”. Y añadió Mariscotti. ”Esto es algo que no encuentro antecedentes en mi vida conciente, en la Argentina. Ustedes saben que los radares en el 96 ya se había firmado un contrato para buscarlos en el exterior, como todas las cosas”. Ante un auditorio atento, continuó así.”Este es un problema cultural de nuestra dirigencia y parece que está cambiando”. Por cierto, y afortunadamente, contrario a otras épocas.”A mi me ha tocado hablar con gente que podríamos identificar como representantes de la dirigencia argentina”. Los cuales interpretaban como una suerte lo siguiente. ”Que otros países inviertan en ciencia y tecnología, en investigación y desarrollo, porque así no tenemos que hacerlo nosotros y con un gran ahorro”. Mariscotti se extrañaba de que eso ocurriera en un país como la Argentina, con premios Nobel, y ciertas ventajas en ciencia y tecnología. En una nación..”relativamente pionera en la institucionalización de la ciencia. Digamos, la creación de la Comisión de Energía Atómica es del año 50, el INTA, el INTI, el CONICET. En tal sentido la Argentina no se ha quedado atrás”. Por eso, afirmaba en 2004.”Dentro de la comunidad científica compartimos la idea en forma unánime de que el modelo de país que queremos es de un país que use el conocimiento y que sepa competir en el escenario internacional a través del uso de su inteligencia”. Mariscotti propugnaba, entonces. ”Que realmente logremos o apuntemos a un cambio sustantivo del perfil productivo de la Argentina”. Algo que no se logra de la noche a la mañana pero que para andar en ese rumbo requiere de una decisión política determinada. Esto sucede –explicó Mariscotti- en los países cuyos dirigentes le prestan a la ciencia y a la tecnología un valor estratégico. ”Valor estratégico es cuando un país adopta la cultura del conocimiento en función del crecimiento económico o de la defensa”. Ya en 2004 decía. ”Yo veo algunas señales alentadoras”. El tiempo pasó, y a siete años hay evidencias de una política de Estado en ciencia. Si este rumbo sigue, dijo Otheguy ”en un momento dado va a producir resultados muy grandes que nos van a sorprender”.
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