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martes, 3 de abril de 2012

Argentina, Islas Malvinas y Sudamérica: Una propuesta de defensa antimisiles


03 de abril 2012 | 12:13

Este 2 de abril se cumplen 30 años de la Guerra de las Malvinas, que inició cuando Argentina reclamó el archipiélago tras 150 años de ocupación ilegal inglesa.

Un día como hoy pero de 1982, el intento de ocupación argentina de las islas malvinenses terminó meses después con la victoria británica del 14 de junio, después que el Reino Unido desplegó su fuerza aeronaval para reconquistarlas.

Si bien la política del gobierno argentino se enfoca en recuperar las Islas Malvinas a través de la vía diplomática y la negociación, es a la vez fundamental que Argentina negocie desde una posición de fuerza. Esta posición ha de verse respaldada no sólo por un sólido apoyo diplomático por parte de la comunidad internacional en general y latinoamericana en particular, sino también por un sistema defensivo nacional y regional capaz de derrotar un ataque aéreo.

Después de la amenaza de la entonces primera ministra británica Margaret Thatcher de desencadenar un ataque nuclear estratégico contra la ciudad argentina de Córdoba sería recomendable que se estableciese un sistema de defensa antimisil (DAM) para defender a Argentina de un ataque de misiles balísticos. Por su excesivo costo y para hacerlo más efectivo en sus propósitos defensivos, este sistema de defensa antimisil se podría extender a la parte centroriental de Sudamérica, incluyendo a países como Brasil y a otros interesados, constituyéndose en un sistema de defensa antimisil sudamericano.

Este sistema de DAM sudamericano podría proteger además de un lanzamiento accidental de misil balístico, defender a la región de un misil balístico intercontinental cuya trayectoria se desviase accidentalmente por error de su sistema de navegación o que se desviase de su objetivo original de forma deliberada por efecto de contramedidas por parte de una potencia nuclear en guerra. El sistema de DAM sudamericano también podría proteger a las principales capitales y centros financieros de Sudamérica de un ataque con misiles balísticos armados con bombas de pulso electromagnético, cuyo propósito sería destruir todos los sistemas y aparatos con componentes microelectrónicos para paralizar los centros urbanos afectados.

El sistema de DAM sudamericano tendría como propósito hacer respetar el Tratado de Tlatelolco, que prohíbe a las principales potencias nucleares del mundo, incluyendo al Reino Unido, usar armas nucleares o amenazar con usarlas a los países latinoamericanos y caribeños miembros del tratado. En el sistema de DAM sudamericano existiría un medio defensivo que protegería no sólo a los argentinos sino a toda Sudamérica de un ataque nuclear. Debe de considerarse que de haber sido destruida la ciudad de Córdoba por una bomba nuclear inglesa de 800 kilotones durante la Guerra de las Malvinas, no sólo Argentina se hubiese visto afectada por la contaminación de una nube radiactiva sino también los países vecinos por el flujo de los vientos, incluyendo probablemente Paraguay, Uruguay y Brasil. La contaminación radiactiva no sólo hubiese a la larga matado con varios tipos de cáncer a la población, sino que hubiese causado mutaciones genéticas y deformidades en las nuevas generaciones, además de contaminar el medio ambiente, los animales domésticos, aves migratorias, etc.

Si el Reino Unido amenaza nuevamente con lanzar un ataque nuclear contra Argentina chantajeandola para que no vaya en contra, por ejemplo, de sus ambiciones colonialistas antárticas a costa de sus propios intereses en la Antártida y en el Atlántico Sur, podría hacerse efectiva con las fuerzas de misiles balísticos intercontinentales lanzados desde submarinos Trident II D-5, que tienen un alcance máximo de 12,000 km y llevan 3 ojivas nucleares estratégicas de 100 kilotones cada una y una precisión de 90 metros. Los 4 submarinos de propulsión nuclear ingleses de la clase Vanguard llevan 16 misiles balísticos Trident D-5 cada uno, portando normalmente 48 ojivas nucleares estratégicas. Empero, algunos de estos misiles van armados con una sola ojiva nuclear táctica de 10 kilotones para destruir objetivos “subestratégicos”. Dichos misiles Trident D-5 portando una ojiva de 10 kilotones podrían tener un alcance máximo de hasta 14,000 km y una mayor precisión, probablemente de 45-50 metros o menos.

El Trident D-5 armado para una función “subestratégica” podría ser utilizado contra objetivos militares argentinos en caso de una nueva guerra en que los ingleses sufriesen pérdidas considerables. Por su gran alcance, el misil Trident D-5 puede ser lanzado desde el Atlántico Norte siguiendo una trayectoria balística cuyas etapas pasarían por encima de Brasil en su ruta hacia Argentina. Hay que añadir que los submarinos de propulsión nuclear y ataque de la Marina Real británica podrían también lanzar misiles crucero Tactical Tomahawk Bloque IV armados con ojivas convencionales de un alcance de 1,500 km y una precisión de 10 metros contra elementos del sistema de defensa antimisil emplazados en Argentina para inutilizarlo y abrir así una ventana para un ataque nuclear. Los submarinos ingleses lanzarían sus misiles crucero desde el Atlántico Sur o inclusive desde el Océano Pacífico en un ataque sorpresa en que los Tactical Tomahawk, que probablemente pueden volar a una altura de 10,000 metros o más, sobrevolarían los Andes cuya altura promedio es de 4,000 metros rumbo a sus objetivos en suelo argentino.



Un sistema de defensa antimisil sudamericano podría utilizar elementos suministrados por Rusia, pues no sería confiable adquirir sistemas europeos en vista de la experiencia de la Guerra de las Malvinas, donde Francia y Alemania dieron al Reino Unido la información técnica de funcionamiento de los sistemas de armas adquiridos por Argentina a estos. Elemento clave del sistema de DAM junto a un avanzado radar de alerta temprana de gran alcance y muy alta frecuencia (VHF) es un sistema de misiles de defensa contra misiles balísticos. Un candidato es el futuro sistema ruso S-500 de defensa antiaérea y antimisil que podría estar en servicio para el 2020 y estar disponible para su exportación por tiempo después. Este tendría un alcance máximo de 600 km contra aviones y además capacidad para derribar misiles crucero, misiles superficie-aire del sistema S-500 y podrá interceptar vehículos de reentrada armados con ojivas nucleares desplegados por misiles balísticos intercontinentales a una altura máxima de 150 km, antes de cruzar la llamada Línea de Kármán, a 100 km de altura, que separa el espacio exterior de la atmósfera.

Como dijo un representante de la empresa estatal rusa exportadora de armamento, sin “un sistema fiable de defensa antiaérea y antimisil…resulta imposible hablar de garantías cabales para la seguridad nacional, especialmente en la actualidad”.

http://actualidad.rt.com/mas/blogs/dr_lajos_szaszdi/blog_38271.html?rc=1

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