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viernes, 27 de abril de 2012

El despliegue del Comando Sur en Chile y Argentina

El despliegue del Comando Sur: Base de Concón tendría una hermana en Argentina


Otro "centro para emergencias" del Comando Sur será instalado en el noreste argentino.

Esta semana recién pasada, Verdad Ahora dio a conocer la instalación de un "centro de entrenamiento" construido por el Comando Sur de Estados Unidos en dependencias del Fuerte Aguayo en Concón. A fines de marzo, sólo semanas antes de la inauguración del centro de entrenamiento para "operaciones humanitarias" en Chile, medios latinoamericanos dieron a conocer la existencia de una base de características similares en la provincia del Chaco, en el noreste argentino.

"El Comando Sur de Estados Unidos instalará un "centro de emergencias", dentro del área de "ayuda humanitaria" de esa institución en un edificio que se acaba de construir en el perímetro del aeropuerto de la ciudad de Resistencia", para colaborar en el Programa de Fortalecimiento del Sistema Provincial de Emergencias donde colaboran tanto el Comando Sur como la embajada estadounidense. "Solamente resta equipar con tecnología informática y amoblar el lugar para luego culminar con una capacitación del personal", dijo el comandante estadunidense Edwin Passmore, del Comando Sur, informó el rotativo mexicano, La Jornada

Las actividades del Comando Sur fueron, "autorizadas e implementadas desde 2006 por el Ministerio del Interior y supuestamente [estarían] destinadas a enfrentar diversas emergencias, desastres naturales e incluso "sociales"."

Pero, como apuntan organizaciones locales críticas de la instalación, la ayuda para el manejo de emergencias "puede ser brindada por el gobierno nacional y la Cruz Roja, "o el Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia)", y no por una organización vinculada con un ejército extranjero".

Jorge Capitanich, gobernador del Chaco, intentó bajar el perfil a la controversia y señaló que la instalación no se trata de una base y que es sólo una "donación" del Comando Sur, de forma similar a la instalación del Fuerte Aguayo en Concón, que fue construida gracias a 500 mil dólares entregados por el Comando Sur. Como apunta Walter Goobar, la "instalación subrepticia de una base militar con un fin inicial distinto al declarado, más que una excepción constituye la base del manual de procedimientos estadounidenses; tal es el caso de las bases de Comalapa, Aruba y Curazao, por ejemplo, que se clasificaban como FOL, es decir para lucha antidrogas, y luego fueron redefinidas como CSL (de Cooperación)."

Medios latinoamericanos especularon con que la instalación puede ser el primer paso para la creación de una base militar estadounidense en la zona. La Triple Frontera (Argentina-Brasil-Paraguay) es vista por el Pentágono como un punto clave en la estrategia de dominio continental. Tanto Estados Unidos como su aliado Israel han calificado al lugar como un agujero negro que permite la penetración del terrorismo islámico en Latinoamérica. Cada tanto surgen reportes sobre la presunta presencia de grupúsculos de Al Qaeda y sobretodo de Hezbolá, vinculando a estos últimos con los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA en Argentina de 1992 y 1994, respectivamente. Más probable, eso sí, es que el interés por asegurar la zona tenga que ver con el control del llamado "Acuífero Guaraní", una de las reservas de agua más importantes de la región.

Se puede concluir entonces que la excusa de la "ayuda humanitaria" y la asistencia en el "manejo de emergencias" no son más que el vehículo para renovar, profundizar y asegurar el posicionamiento estratégico de los militares estadounidenses en Latinoamérica.

Un ejemplo de ello lo da el acuerdo de cooperación firmado entre Chile y Estados Unidos en septiembre pasado, "que permite el despliegue de tropas estadounidenses en suelo chileno, ante la eventualidad de que el ejército nacional se vea "sobrepasado por alguna situación de emergencia" como el terremoto del 27 de febrero de 2010. Tratados similares incluyen el acuerdo suscrito entre el Ministerio del Interior y la Agencia Nacional para el Manejo de Emergencias (FEMA) de Estados Unidos, oficializado en marzo de 2010.", como señaló Matías Rojas.

El despliegue del Comando Sur

 
Escudo de USSOUTHCOM (Comando Sur de Estados Unidos).

En los últimos años, el Comando Sur y América Latina han ido adquiriendo cada vez más importancia geoestratégica dentro del despliegue global de Estados Unidos. Durante la segunda administración de George W. Bush comenzó un proceso de reforma que buscó profundizar los lazos del ejército estadounidense con sus pares latinoamericanos en términos de presencia y colaboración.

En 2008, fue reactivada la Cuarta Flota de la armada estadounidense, ahora bajo control directo del Comando Sur. La Cuarta Flota entró en receso tras el fin de la segunda guerra mundial al no existir amenazas militares para Estados Unidos en la región, en un contexto donde se comienza a ejercer el control a través de los propios ejércitos latinoamericanos gracias al adoctrinamiento y la asistencia militar estadounidense. La reactivación de la flota obedece a amedrentar a los regímenes contrahegmónicos (en particular la Venezuela de Chávez) que "por más que cualquier país latinoamericano esté en una carrera armamentista, no pueden compararse con el poderío militar estadounidense".

Durante el gobierno de Obama, el Comando Sur profundizó aún más su injerencia en la región. En octubre de 2009, se anunció la firma de un acuerdo entre Colombia y Estados Unidos que permite la utilización, por parte de Estados Unidos, de siete bases militares en suelo colombiano, así como el despliegue de "1.400 estadounidenses, específicamente 800 militares y 600 contratistas civiles". Aunque se pretende decir que solo se trata de asesores para luchar contra el terrorismo y el narcotráfico (una de las hipótesis de conflicto que justifican la presencia estadounidense en Latinoamérica), claramente se trata de un posicionamiento estratégico frente a Venezuela y Ecuador. En diciembre de 2010, Costa Rica autorizó el "despliegue de 46 buques estadounidenses de la Guardia Costera, 42 helicópteros armados, y hasta 4.000 marinos para combatir el tráfico de drogas".

Además del despliegue militar, Estados Unidos comenzó también una nueva ofensiva de golpes de Estado en la región contra los países del llamado "bloque bolivariano". El 2008 fue el turno de Bolivia con la insurrección "cívico-departamental" y el 2010 la "rebelión policial" contra Rafael Correa en Ecuador, terminando ambas en un fracaso para los intereses estadounidenses.

La única victoria golpista ocurrió en 2009, en Honduras, con el derrocamiento de Manuel Zelaya, en lo que constituyó el primer y único golpe exitoso de Obama en la región. En el golpe hondureño el Comando Sur tuvo participación directa. "Todo indica que el golpe fue planificado en la base militar de Palmerola, por el Comando Sur de Estados Unidos, y ejecutado torpemente por malos hondureños", dijo Zelaya a un año del golpe que instaló a Roberto Michelleti en el poder, y cuyo objetivo era sacar a Honduras de la órbita del "bloque bolivariano".

El masivo despliegue del Comando Sur obedece a una fase de renovado interés del Pentágono por asegurar el control de la región, y la estrategia de control se desarrolla en distintos niveles, desde las operaciones encubiertas y los golpes de Estado a los acuerdos de cooperación y los ejercicios conjuntos. La instalación de Concón y su gemela en el Chaco dan cuenta de ello.

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