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jueves, 17 de noviembre de 2011

Comienzan a construir la primera central nuclear 100% argentina


Por Daniel Arias para LA NACION

Más pequeña, representa un nuevo concepto en generación de energía nucleoeléctrica
En Lima, provincia de Buenos Aires, al lado de las centrales nucleoeléctricas Atucha I y II, ya se construyen los cimientos de una unidad mucho más pequeña pero conceptualmente mucho más avanzada: el prototipo de una minicentral nuclear llamada Carem 25. Se calcula que estará terminada en 2014 y podría entrar en línea en 2015.



Foto: Vista aérea del terreno donde ya comenzaron a construirse los cimientos de la minicentral. Foto: Emiliano Lasalvia

Carem es el acrónimo de "Central Argentina de Elementos Modulares". Es una unidad chica, capaz de acoplarse modularmente en conjuntos mayores que compartan servicios, como quien le suma pilas a una lamparita. Es una solución ideal para países con grandes territorios (la Argentina es el noveno del planeta) que necesitan "oasis eléctricos" en sitios alejados de las líneas de alta tensión, especialmente en desiertos o islas.

Por su seguridad "inherente", el Carem debería estar al menos 20 veces menos expuesto a accidentes del núcleo que sus equivalentes grandes de última generación, porque el núcleo se refrigera solo, sin bombas, por convección. Además, este primer prototipo tendrá un 70% de componentes nacionales y un 100% de ingeniería local. 


Entre los años 80 y 90, la Argentina se convirtió en un respetado exportador de pequeños reactores "de investigación", término genérico que incluye desde laboratorios de nuevos materiales hasta unidades escuela para formar ingenieros, químicos y físicos nucleares, y fábricas de radioisótopos de uso médico. Los reactores hacen de todo excepto generar electricidad. Pero si los reactores cuestan entre 200 y 300 millones de dólares, las centrales salen miles de millones por unidad. Hay 432 operando, se están construyendo 44, y Yukiya Amano, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, dice que en 2030 habrá entre 190 y 350 más.

El Carem sería una muy pequeña puerta de entrada a este Coliseo. Pero para un gladiador que "se las trae". Su construcción es un milagro de tercer grado, porque desde su presentación en congresos, en 1984, la idea debió soportar la indiferencia, la hostilidad y el escepticismo. 


A diferencia de las otras tres centrales, que pueden iluminar a casi 7 millones de argentinos, el pequeño Carem 25 abastecerá a sólo 100.000. No vino a resolver la crisis energética, sino que está pensado para ser el "showroom" de un concepto que se está poniendo de moda: las minicentrales nucleares con "seguridad inherente", que hoy están en el centro de interés. Rusia ya construyó una flotante, el barco Lermontov, de 100 megavatios, para dar potencia a costas remotas. Y planea otras once más.

Debido a su simplicidad minimalista, el Carem fue despertando fanatismos. En su tránsito de la CNEA a Invap, y de regreso a la CNEA, el proyecto fue reclutando una guardia pretoriana de ingenieros, físicos y decisores que, a lo largo de 27 años, contra viento y marea, apostaron y aportaron a esta idea no sólo miles de horas/hombre de diseños y rediseños, sino de construcción y testeo de modelos físicos de todos sus combustibles, sistemas y subsistemas.

Complejo Tecnológico Pilcaniyeu
 Hasta se construyó un prototipo del prototipo, un minúsculo reactor nuclear (el RA-8) en Pilcaniyeu, Río Negro, únicamente para ensayar los combustibles del futuro Carem.

Con la excavación de los cimientos y el presupuesto de 2012 ya aprobados, ahora los problemas son otros. Para la presidenta de la CNEA, la doctora Norma Boero, vienen de dos tipos: por una parte, hoy los elencos de la Comisión se componen de sexagenarios que saben mucho y de treintañeros brillantes, pero poco acostumbrados a trabajar en equipo.


Por otro lado, hay multinacionales que ofrecen fortunas por llevarse la tecnología del Carem a casa. (Entre otras, en 2001, la compañía Hitachi vino a ver si se llevaba el proyecto.) "Si afuera apostaron a que no lo hacíamos, no los culpo. Pero se van a dar una sorpresa", gruñe, feliz, Francisco Boado Magan, gerente de proyecto. En dos años, Boado pasó de dirigir 11 personas a 150 especialistas, a los que se suman otros 150 expertos de otras gerencias. Hoy se lo ve vigilante, en medio de la polvareda de obra, con sus enormes brazos en jarras, entre un ir y venir de camiones, topadoras y grúas.

El segundo Carem, a construirse en Formosa, tal vez llegue a los 150 megavatios (el consumo de 600.000 argentinos) y arroje luz sobre cuál será la potencia ideal para la fabricación en serie. La filosofía de seguridad pasiva (el núcleo se refrigera solo, sin bombas de agua) impone límites de tamaño que habrá que investigar.

El Carem no es una joya de la abuela: es de los nietos. Como dijo un prócer de la CNEA, Carlos Aráoz, "el negocio nuclear es de tecnología. No pasa por iluminar lamparitas, sino empresas y cerebros"...

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31 de Octubre de 2005
¿EL REACTOR BOLIVARIANO?
Pileta del RA-8 en Pilcaniyeu, Río Negro. Este reactor se hizo exclusivamente para probar los elementos combustibles de la futura central de potencia compacta CAREM


Por Horacio Dephi
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Finalmente se han confirmado los rumores que aseguraban, desde principios de año, que Venezuela estaba intentando encontrar un proveedor de tecnología para ingresar al mundo de la energía atómica. Chávez en una declaración radial aseguró que podría recibir ayuda de otros países como Brasil, Argentina, Corea del Norte o Irán para ejercer el derecho de desarrollar la energía atómica con fines pacíficos.

El primer país que se apartó de la idea fue Brasil, cuya cancillería aseguró no tener ningún convenio de cooperación nuclear que permitiera brindar ese tipo de asistencia a Venezuela.

El portavoz oficial del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Brasil señaló que "en vista de una participación de Irán -tal como el Presidente Chávez sugirió- tal sociedad podría ser temeraria" ya que "Brasil no está interesado en cooperar con países que no siguen tratados internacionales y cuyos programas nucleares no están monitoreados por autoridades competentes".

La idea también divide las aguas dentro de la administración de Néstor Kirchner que está tratando de eludir roces con el Gobierno de los EE.UU. sobre todo ante la cercanía de la IV Cumbre de las Américas. Washington ya hizo notar que considera la venta de tecnología nuclear a Venezuela un asunto de alta sensibilidad en atención a los vínculos de Chávez con el líder cubano Fidel Castro y el Presidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad.
Funcionarios del Departamento de Estado norteamericano consideran que las pretensiones venezolanas son un llamado de atención sobre sucesos en la región que se pensaban más distantes. Han interpuesto su opinión que todos los Estados deberían adherirse a las obligaciones del Tratado de No Proliferación Nuclear y que todas las instalaciones nucleares deberían contar con las salvaguardias necesarias.

Sin embargo, llamó la atención de los observadores el silencio de la cancillería argentina que pareció convalidar la existencia de negociaciones secretas que finalmente se confirmaron.

Fue el propio presidente venezolano Hugo Chávez quien confirmó abiertamente que está buscando un acuerdo de cooperación nuclear con la Argentina. El jefe del Estado reafirmó que "estamos interesados en cooperar con la generación de energía alternativa al petróleo, porque éste se va a acabar un día. Teníamos el equipo más avanzado de Suramérica. Ahora estamos activando un nuevo equipo y contactamos a los países sudamericanos para que nos ayuden", agregó.

Por su parte, el embajador de Venezuela en Buenos Aires, Roger Capella Mateo, reiteró la decisión del país de comprar un reactor nuclear a Argentina.
"¿Por qué diablos no podemos tener esa tecnología  si la tienen todos los países, incluido Estados Unidos?", se preguntó el embajador venezolano durante una entrevista. Además, insistió: "Nosotros tenemos la plata para comprarlo".

Pese a estas definiciones políticas, existen notorias diferencias entre los funcionarios  del gobierno venezolano respecto del tema en cuestión y, sobre todo, referido a dos aspectos fundamentales: primero, la necesidad de introducir centrales nucleares en un país como Venezuela poseedor de la mayor reserva de hidrocarburos en la región y; segundo, la capacidad actual de Argentina para suministrar una central nuclear de potencia, habida cuenta del prolongado período de inactividad de ese sector que ha sido prácticamente desmantelado y de las enormes dificultades que experimenta para finalizar su tercera usina atómica.
Los asesores científicos del gobierno venezolano objetan también la negociación sobre la base de un reactor experimental pequeño, ya que por ese camino demandaría décadas llegar a tener un reactor de potencia conectado a la red eléctrica. Muchos de ellos consideran que hubiera resultado más interesante un acercamiento con Rusia, Francia o Canadá para lograr

Venezuela es un país que casi no tiene desarrollo nuclear. El único reactor de investigación que dispone es el pequeño RV-1 (de 3 MW), comprado a General Electric en 1956. Comenzó a operar en julio de 1960 y fue cerrado oficialmente —pero no desmantelado— en 1994.

Según trascendió, la Comisión Nacional de Energía Atómica y la empresa estatal Invap SE estarían entonces procurando ofrecer un modelo del prototipo de reactor de potencia intermedia (25 MW) denominada Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM)  por un  costo de entre 300 millones y 400 millones de dólares, pero -dicen los asesores del gobierno venezolano- sería muy costoso, en términos de inversión por KW, y  extremadamente arriesgado, ya que ni siquiera Argentina ha construido una sola unidad del modelo ofrecido y no se conocen planes concretos para hacerlo.

El ministro de energía, Rafael Ramírez, afirmó categóricamente que no estaba entre los planes del ejecutivo adquirirlo, ya que el país está muy distante del eventual agotamiento de sus recursos petroleros y gasíferos. Dijo que con Argentina "sólo existen" acuerdos de intercambio de información y tecnología sobre la energía atómica. No hay planes para comprar un reactor nuclear. Estamos sólo en materia de estudio para decidir su ubicación, su localización", dijo el funcionario.

Desmintió que la idea de instalar un reactor nuclear tenga ninguna relación con actividades petroleras en la cuenca del Orinoco. Advirtió que en caso de que Venezuela algún día cristalice el proyecto de instalar una central nuclear "sería para la generación de energía eléctrica. Eso sería una buena idea para diversificar nuestras fuentes de energía primaria", señaló.

"No hay negociación; lo que hay son acuerdos para la cooperación científica; es decir, de intercambios de técnicos, desarrollo de estudios, pero no hay un acuerdo concreto para la adquisición de elemento alguno que tenga que ver con la generación de energía atómica", explicó. Por ahora, únicamente "el Gobierno venezolano ha establecido contactos con Argentina para comprar 80 bombas de cobalto para el tratamiento contra el cáncer".

Por otra parte, en Venezuela -dentro del movimiento "bolivariano"- existen grupos ecologistas que han participado de todos los movimientos anti-globalización que se oponen a toda forma de energía nuclear. Ya han enviado una carta al Presidente Chávez en la que manifiestan su discrepancia con el contenido de las declaraciones oficiales según las cuales la energía nuclear puede considerarse una alternativa “barata y segura”.

En la presentación, consideran "imprescindible abrir el debate en Venezuela acerca de la política energética y tecnológica que deberá adoptar el Proceso Revolucionario, si de verdad estamos dispuestos a construir un orden civilizatorio que nos permita superar la irracionalidad del casino global de la economía contemporánea".

"Nuestro propósito -sigue la presentación- es más bien llamar la atención acerca del riesgo de naufragio que correría cualquier proyecto socialista, al embarcarse en la aventura de copiar compulsivamente el modelo tecno-productivo de su adversario. Esa fue una de las principales razones del fracaso del socialismo del siglo XX o, más específicamente, del ensayo soviético: la competencia tecnológica y militar con las potencias capitalistas de Occidente asfixió, hasta hacerlo perecer, el impulso revolucionario inicial a favor de la democratización radical de las decisiones políticas y la gestión horizontal de las actividades económicas".
Por su parte, el tradicional partido socialcristiano COPEI, opositor al Presidente Chávez, consideró que la compra de un reactor a la Argentina es "una aberración" que va a "dilapidar el dinero del pueblo venezolano".


Sala de comandos del reactor RA-6 de Bariloche, el primero construido por INVAP

Vistas las complicaciones políticas y tecnológicas de la operación, muchos observadores consideran que la estrategia de Chávez con estos anuncios es llamar la atención de Washington y complicar la política estadounidense en la próxima Cumbre de las Américas. La interpretación del bolivariano ministro de la Defensa, Orlando Maniglia, con respecto al reactor nuclear es por demás sugestiva ya que se mostró dubitativo y señaló que "si quiere especulamos, soñamos si quiere, pero todavía faltan muchas cosas que hacer". 

 

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