Una nueva polémica y van... El escritor Gustavo Martínez Zuviría –conocido por su seudónimo de Hugo Wast– acaba de volver a ser el eje de un conflicto entre la comunidad judía y sectores católicos. Ahora, el disparador fue el hecho de que la sala de lectura y video de la XIII Exposición del Libro Católico que se realiza en La Plata lleve su nombre. La delegación platense de la AMIA le pidió por carta al director de la Feria, Manuel Outeda Blanco, que lo cambie porque Martínez Zuviría "es un nefasto personaje de la historia, caracterizado por su antisemitismo". Pero Outeda Blanco rechazó las acusaciones contra el escritor católico y reveló que no accederá al pedido.
El repudio a la actuación y la obra de Martínez Zuviría suscitó varios episodios. Por caso, en 1996, la policía Federal secuestró varias de sus novelas de una librería porteña. Más acá en el tiempo, el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, cambió el nombre de la hemeroteca que honraba al escritor católico. Incluso en 2002, al promediar otra edición de la Exposición del Libro Católico, los concejales platenses repudiaron la exhibición de su libro El Kahal-Oro . En aquel momento, el propio arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, salió a defender la trayectoria de Hugo Wast.
En la carta de esta semana a Outeda Blanco, el presidente y el secretario de la delegación platense de la AMIA, Ricardo Salomone y Diego Elías Lacki, manifiestan "su profunda preocupación" por el nombre de la sala de la feria. Lo consideran "un hecho indignante y que constituye una afrenta a todos aquellos que sostenemos ideales democráticos, practicamos el diálogo y luchamos contra los prejuicios". Señalan que Martínez Zuviría fue notable "por sus novelas y por su acción pública, y por su ferviente militancia religiosa, teñida de un fuerte carácter nacionalista y antisemita".
Mencionan su libro El Kahal-Oro , su colaboración, "en esa época, con la revista 'Clarinada', un órgano subtitulado 'Revista anticomunista y antijudía', publicado por Carlos M. Silveyra, que difundía informaciones sobre una supuesta conjura mundial judeo-comunista; la publicación de la revista mereció elogios 'Der Stürmer', el órgano de prensa del nazismo en Alemania. Escribió también -agregam- la novela 666 publicada unos años más tarde, desde una perspectiva apocalíptica, equiparando la expansión del comunismo y el judaísmo internacional con el advenimiento del Anticristo". Y que "fue descubierto realizando tareas de espionaje para el Eje".
A su vez, Outeda Blanco recordó ayer un artículo de monseñor Aguer publicado en el diario El Día de La Plata, cuando estalló la polémica en la feria de 2002. Allí Aguer decía: "Me permito sospechar que los 'vecinos' denunciantes y los ediles que impusieron el sambenito de antisemita a ' El Kahal-Oro ' no pasaron del prólogo. Esta novela en dos tomos debe interpretarse en realidad, como un elogio del auténtico judaísmo y expresa un conmovedor reconocimiento de la marca sagrada impresa por Dios en el pueblo que El eligió preparar la aparición del Mesías y la redención de la humanidad".
No hay comentarios:
Publicar un comentario