Las Malvinas
Estas islas constituyen un archipiélago situado en el océano Atlántico en la plataforma continental de América del Sur. Se hallan rodeadas por el mar epicontinental llamado mar Argentino, a una distancia mínima de 480 de la , a 772 km al noreste del cabo de Hornos, 1.080 km al oeste de las islas Georgias del Sur y a 940 km al de la isla Elefante en la .
La palabra Malvinas es una derivación de Malouines, nombre dado por el navegante francés Louis Antoine de Bougainville en 1764 en recuerdo del puerto de Saint-Malo en Francia. La denominación islas Malvinas, tradicional en español, es la denominación usada en la documentación oficial de todos los países de habla hispana y en Brasil (Ilhas Malvinas). Es también la denominación usada en la declaración conjunta de los presidentes de los miembros de Mercosur, Bolivia y Chile en 1996, la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), la usada por la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) en su declaración sobre la cuestión (2008), y la usada en la Cumbre Iberoamericana de 2007. Para la Organización de Estados Americanos (OEA) la denominación usada oficialmente en español es "Islas Malvinas" y en inglés "Malvinas Islands". En las Naciones Unidas, desde el 18 de marzo de 1966 la denominación usada en español es "Islas Malvinas (Falklands)" y en inglés "Falkland Islands (Malvinas)".
El archipiélago de las Malvinas está formado por algo más de doscientas islas, donde se destacan dos islas principales: la isla Gran Malvina al oeste, con una superficie de 4.377 km²; y la isla Soledad al este, con 6.353 km². Existen gran cantidad de pequeñas islas e islotes satélites, la más aislada es la pequeña isla Beauchene a unos 55 kilómetros al sur de la punta del Toro o de la Marsopa en el extremo meridional de la isla Soledad, en total el territorio suma 12.173 km². Algunos de esos grupos satélites conforman verdaderos archipiélagos, tales como los de las islas Sebaldes o Sebaldinas al noroeste de la isla Gran Malvina. Al sur de las Malvinas se encuentra a poca profundidad el banco Burdwood o Namuncurá, en el cual las prospecciones indican la existencia de un rico conjunto de yacimientos mineros, incluyendo los de hidrocarburos.
Rodeadas por las frías aguas del océano Atlántico Sur, las islas Malvinas tienen un clima marítimo subantártico muy influenciado por el océano al tener una temperatura anual de rango estrecho. La temperatura máxima promedio en enero es de 12,8 °C, mientras que en julio es de cerca de 3,9 °C. Más de la mitad del año los días son lluviosos, la precipitación media anual es de 574 mm, pero la isla Soledad es generalmente más húmeda que la Gran Malvina. La humedad y los vientos son constantemente altos y el cielo permanece frecuentemente nublado. La nieve es rara y no se acumula, pero puede producirse en casi cualquier época del año excepto en enero y febrero. Los vientos son muy frecuentes, particularmente en invierno, predominando los fuertes vientos del oeste. El clima es similar a las islas Shetland en el Reino Unido, pero con menos precipitaciones y más largos y ligeramente más severos inviernos.
El archipiélago de las Malvinas está formado por algo más de doscientas islas, donde se destacan dos islas principales: la isla Gran Malvina al oeste, con una superficie de 4.377 km²; y la isla Soledad al este, con 6.353 km². Existen gran cantidad de pequeñas islas e islotes satélites, la más aislada es la pequeña isla Beauchene a unos 55 kilómetros al sur de la punta del Toro o de la Marsopa en el extremo meridional de la isla Soledad, en total el territorio suma 12.173 km². Algunos de esos grupos satélites conforman verdaderos archipiélagos, tales como los de las islas Sebaldes o Sebaldinas al noroeste de la isla Gran Malvina. Al sur de las Malvinas se encuentra a poca profundidad el banco Burdwood o Namuncurá, en el cual las prospecciones indican la existencia de un rico conjunto de yacimientos mineros, incluyendo los de hidrocarburos.
Rodeadas por las frías aguas del océano Atlántico Sur, las islas Malvinas tienen un clima marítimo subantártico muy influenciado por el océano al tener una temperatura anual de rango estrecho. La temperatura máxima promedio en enero es de 12,8 °C, mientras que en julio es de cerca de 3,9 °C. Más de la mitad del año los días son lluviosos, la precipitación media anual es de 574 mm, pero la isla Soledad es generalmente más húmeda que la Gran Malvina. La humedad y los vientos son constantemente altos y el cielo permanece frecuentemente nublado. La nieve es rara y no se acumula, pero puede producirse en casi cualquier época del año excepto en enero y febrero. Los vientos son muy frecuentes, particularmente en invierno, predominando los fuertes vientos del oeste. El clima es similar a las islas Shetland en el Reino Unido, pero con menos precipitaciones y más largos y ligeramente más severos inviernos.
Relato histórico
Las islas estaban deshabitadas cuando fueron descubiertas por exploradores europeos, pero hay indicios de que indígenas patagónicos pudieron haber llegado a las Malvinas en canoas, encontrándose piezas arqueológicas como puntas de flecha y restos de una canoa.
No existe evidencia totalmente comprobada sobre quiénes y cuándo descubrieron las islas, pero sí diversas hipótesis que atribuyen el descubrimiento o visita de las islas a: Esteban Gómez (1520), Simón de Alcazaba y Sotomayor y Alonso de Camargo (antes de 1540), John Davis (1592) y Richard Hawkins (1594). En 1600 un marino holandés, Sebald de Weert, visitó fehacientemente las islas. Es por ello que los mapas holandeses de la época mostraban el nombre de islas Sebald. En enero de 1690 el inglés John Strong habría llegado a las Islas Sebald, navegando entre las dos islas principales y llamó al paso "Falkland Channel" en honor a su mecenas Anthony Cary, quinto Vizconde de Falkland, que como Comisario del Almirantazgo había financiado la expedición. La cartografía británica adoptaría el nombre del canal, para designar a todo el grupo de islas.
Las visitas británicas provocaron con posterioridad una serie de fricciones con España y en 1740 se produjo un enfrentamiento armado entre las flotas de ambos países sin un claro vencedor. En 1764 el conde francés Louis Antoine de Bougainville estableció Port Louis en la isla Soledad y tomó posesión de las islas en nombre del rey de Francia. Ante la protesta española, en 1766 Francia accedió a evacuarlas y reconoció la soberanía española sobre el archipiélago, con la condición de indemnizar a Bougainville. Los 115 colonos franceses quedaron bajo el gobierno de Felipe Ruiz Puente, que procedió a construir una capilla y otros edificios, estableciéndose la Gobernación de las Islas Malvinas. Paralelamente, los británicos fundaron Port Egmont en la isla Trinidad del grupo de las islas Sebaldinas. España logró la retirada de los británicos en el marco de los acuerdos llamados Convenciones de Nutka. En 1811 las Malvinas fueron evacuadas por los españoles, quedando desiertas hasta 1820, siendo sólo visitadas por barcos balleneros de diversas nacionalidades.
En 1820 el gobierno de Buenos Aires envió una fragata a tomar posesión y reafirmar sus derechos en las Malvinas, como sucesión de España. Desde 1823 concedió a Luis María Vernet la explotación de recursos de las islas. Vernet un activo hombre de negocios nacido en Hamburgo y establecido en Buenos Aires desde 1817, le había prestado dinero a Jorge Pacheco. Ante la imposibilidad de restituírselo. Pacheco le comunicó que el gobernador Martín Rodríguez le había ofrecido el usufructo de los ganados alzados existentes en las Malvinas. Aun cuando el proyecto no era de fácil realización, Vernet resolvió asociarse con Pacheco. Finalmente en 1826, después de superar innumerables contrariedades, logró establecerse en Puerto Soledad y reinstalar la base que serviría de asiento a sus futuras exploraciones.
No existe evidencia totalmente comprobada sobre quiénes y cuándo descubrieron las islas, pero sí diversas hipótesis que atribuyen el descubrimiento o visita de las islas a: Esteban Gómez (1520), Simón de Alcazaba y Sotomayor y Alonso de Camargo (antes de 1540), John Davis (1592) y Richard Hawkins (1594). En 1600 un marino holandés, Sebald de Weert, visitó fehacientemente las islas. Es por ello que los mapas holandeses de la época mostraban el nombre de islas Sebald. En enero de 1690 el inglés John Strong habría llegado a las Islas Sebald, navegando entre las dos islas principales y llamó al paso "Falkland Channel" en honor a su mecenas Anthony Cary, quinto Vizconde de Falkland, que como Comisario del Almirantazgo había financiado la expedición. La cartografía británica adoptaría el nombre del canal, para designar a todo el grupo de islas.
Las visitas británicas provocaron con posterioridad una serie de fricciones con España y en 1740 se produjo un enfrentamiento armado entre las flotas de ambos países sin un claro vencedor. En 1764 el conde francés Louis Antoine de Bougainville estableció Port Louis en la isla Soledad y tomó posesión de las islas en nombre del rey de Francia. Ante la protesta española, en 1766 Francia accedió a evacuarlas y reconoció la soberanía española sobre el archipiélago, con la condición de indemnizar a Bougainville. Los 115 colonos franceses quedaron bajo el gobierno de Felipe Ruiz Puente, que procedió a construir una capilla y otros edificios, estableciéndose la Gobernación de las Islas Malvinas. Paralelamente, los británicos fundaron Port Egmont en la isla Trinidad del grupo de las islas Sebaldinas. España logró la retirada de los británicos en el marco de los acuerdos llamados Convenciones de Nutka. En 1811 las Malvinas fueron evacuadas por los españoles, quedando desiertas hasta 1820, siendo sólo visitadas por barcos balleneros de diversas nacionalidades.
En 1820 el gobierno de Buenos Aires envió una fragata a tomar posesión y reafirmar sus derechos en las Malvinas, como sucesión de España. Desde 1823 concedió a Luis María Vernet la explotación de recursos de las islas. Vernet un activo hombre de negocios nacido en Hamburgo y establecido en Buenos Aires desde 1817, le había prestado dinero a Jorge Pacheco. Ante la imposibilidad de restituírselo. Pacheco le comunicó que el gobernador Martín Rodríguez le había ofrecido el usufructo de los ganados alzados existentes en las Malvinas. Aun cuando el proyecto no era de fácil realización, Vernet resolvió asociarse con Pacheco. Finalmente en 1826, después de superar innumerables contrariedades, logró establecerse en Puerto Soledad y reinstalar la base que serviría de asiento a sus futuras exploraciones.
Don Luis Vernet
El 10 de junio de 1829 se creó la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas con asiento en la isla Soledad y jurisdicción en las islas adyacentes al cabo de Hornos nombrado titular de la misma a Vernet. El 17 de junio, Vernet y su familia se embarcaron en el " Bertsey con rumbo a Puerto Soledad, junto con los elementos que llevaba para cumplir su cometido, Vernet transportó cuatro piezas de artillería que le había proporcionado el gobierno porteño. El 30 de agosto de 1829 Vernet fundó Puerto Luis.
Luego le entrego a los capitanes de los barcos pesqueros que se hallaban en las aguas de Malvinas una circular que decía: "El que suscribe , gobernador de la Islas Malvinas, Tierra del Fuego y adyacencias, en cumplimiento de su deber y de lo expresado en el decreto dado por el gobierno de Buenos Aires, el 10 de junio de 1829, para vigilar el cumplimiento de las leyes sobre pesca y del que se le adjunta una traducción, informa a usted por la presente, que la transgresión a esas leyes no pasará desapercibida como hasta el presente. El infrascripto se congratula de que esta advertencia, dada a tiempo, a todos los capitanes de buques en las pesquerías, sobre cualquier parte de la costa bajo su jurisdicción, lo inducirá a no repetir la infracciones, que lo expondrán a convertirse en una presa legal de cualquier buque de guerra de la República o de otros que el suscripto considere conveniente armar, en el ejercicio de nuestra autoridad, para cumplimiento de la leyes de la República.
Luego le entrego a los capitanes de los barcos pesqueros que se hallaban en las aguas de Malvinas una circular que decía: "El que suscribe , gobernador de la Islas Malvinas, Tierra del Fuego y adyacencias, en cumplimiento de su deber y de lo expresado en el decreto dado por el gobierno de Buenos Aires, el 10 de junio de 1829, para vigilar el cumplimiento de las leyes sobre pesca y del que se le adjunta una traducción, informa a usted por la presente, que la transgresión a esas leyes no pasará desapercibida como hasta el presente. El infrascripto se congratula de que esta advertencia, dada a tiempo, a todos los capitanes de buques en las pesquerías, sobre cualquier parte de la costa bajo su jurisdicción, lo inducirá a no repetir la infracciones, que lo expondrán a convertirse en una presa legal de cualquier buque de guerra de la República o de otros que el suscripto considere conveniente armar, en el ejercicio de nuestra autoridad, para cumplimiento de la leyes de la República.
Balleneros norteamericanos
Nadie objetó el comunicado de Vernet; pero tampoco fue debidamente respetado por los barcos pesqueros, porque la depredación continuó en otros puntos de las islas Malvinas. La vida en Puerto Soledad cobró un inesperado dinamismo. Esos escasos pobladores argentinos cumplieron diversas faenas para impulsar la flamante colonia. Se establecieron saladeros de pescados, se esquilaron ovejas, se construyeron saladeros para faenar ganado ovino y vacuno, se plantaron árboles, se cultivaron flores, se construyeron corrales y se incrementaron las relaciones comerciales con los Estados Unidos y Brasil. Además se extendieron las actividades colonizadoras a los territorios adyacentes, llegándose a transportar vacas y novillos a la isla de los Estados. A pesar de los rigores que imponía la existencia en Puerto Soledad, las autoridades nunca pasaron por alto las fiestas patrias. Con modestia pero también con solemnidad, aquel empeñoso grupo de criollos conmemoró el 25 de mayo y el 9 de julio con salvas de artillería, almuerzos, fiestas, bailes y fuegos artificiales.
Mapa de la Isla Soledad documento del archivo de Luis Vernet
Rancho en Puerto soledad, donde se ve un mástil con la bandera argentina.
Gauchos tomando mate en un saladero en Malvinas, de una acuarela de 1850
Imagen de las Islas
Una vista de Puerto Soledad donde nuevamente se logra ver un mástil con la bandera Argentina
Las advertencias de Vernet sobre los excesos cometidos por los pesqueros y balleneros extranjeros no tuvieron el efecto esperado. Pero Vernet no era hombre de amilanarse y se dispuso a hacer cumplir los reglamentos de la pesca de ballenas y cacería de lobos marinos. El 1° de agosto de 1831, por expresa orden de Vernet, fue apresada en la bahía de San Salvador la goleta "Harriet", la tripulación de la nave, incluyendo a su comandante Davison, fue encarcelada, y los víveres y efectos del barco vendidos a los colonos. El 18 de agosto las autoridades argentinas apresaron a la goleta "Breakwater", también de bandera norteamericana, y el 19 le tocó el turno a la "Superior", de la misma nacionalidad. Al día siguiente, la tripulación de la "Breakwater" consiguió reducir al destacamento que la custodiaba y levó anclas rumbo a los Estados Unidos. Luego de unas discusiones en Buenos Aires entre el consulado de Estados Unidos y el ministro de relaciones exteriores de Rosas, el 6 de diciembre de 1831, el agregado estadounidense le comunicó a las autoridades argentinas que deberían dar una respuesta satisfactoria a sus reclamos en el caso contrario la "Lexington" (buque de guerra) saldría rumbo a las Malvinas el dia 9. Un comandante estadounidense, Duncan, se mostró con la misma prepotencia y le envió una nota al ministro de relaciones argentino, Anchorena, que debían entregar a Vernet a los Estados Unidos por "piratería y robo", a pesar de que estuviera satisfecho porque la justicia argentina lo juzgase.
El comandante Duncan embarcó al capitán Davison en la "Lexington" que zarpó rumbo a las Malvinas. Cansado de tantos desplantes, el gobierno argentino le dirigió a cónsul estadounidense una enérgica nota en la que manifestaba su decisión de reclamar ante el gobierno de los Estados Unidos si Duncan o cualquier otro desconocía sus derechos sobre las Malvinas.
El comandante Duncan embarcó al capitán Davison en la "Lexington" que zarpó rumbo a las Malvinas. Cansado de tantos desplantes, el gobierno argentino le dirigió a cónsul estadounidense una enérgica nota en la que manifestaba su decisión de reclamar ante el gobierno de los Estados Unidos si Duncan o cualquier otro desconocía sus derechos sobre las Malvinas.
Corbeta Lexington
En tanto la Corbeta de guerra la Lexington continuaba su viaje hacia Puerto Soledad, donde arribó el 28 de diciembre, enarbolando la bandera francesa, el ardid le permitió a su comandante Duncan sorprender al reemplazante de Vernet(ya que estaba de viaje), Mateo Brisbane, y a los colonos, a algunos de los cuales apresaron. Duncan desembarcó, inutilizó los cañones, destruyó el resto del armamento, incendió los depósitos de pólvora, saqueó las principales propiedades, destruyó las huertas y sacrificó a los animales que encontró. Ante esta inesperada furia destructora y sin elementos para oponerle resistencia, gran parte de los colonos buscó refugio en el interior de las islas. Satisfecho por el escarmiento que les había propinado a los habitantes de Puerto Soledad, Duncan engrilló a Brisbane y a otros pobladores bajo la acusación de haber participado en los actos de fuerza contra los pesqueros norteamericanos, y los remitió hacia Montevideo.
Mientras ocurrían todos estos hechos, Inglaterra ya había reavivado su interés por las islas. Por esos años había cobrado singular importancia la colonización de Australia y Tasmania, cuyo tránsito se hacía habitualmente por el Cabo de Hornos. Los rigores que suponía esa extenuante travesía, que diezmaba a las tripulaciones y dejaba maltrechas a las naves, determinaron la conveniencia de poseer una base en las aguas australes que pudiera servirles de refugio.
Además, según Cailler-Bois, por aquella época el Almirantazgo inglés tuvo buenas razones como para sospechar que Estados Unidos pretendía ocupar la isla.
Mientras ocurrían todos estos hechos, Inglaterra ya había reavivado su interés por las islas. Por esos años había cobrado singular importancia la colonización de Australia y Tasmania, cuyo tránsito se hacía habitualmente por el Cabo de Hornos. Los rigores que suponía esa extenuante travesía, que diezmaba a las tripulaciones y dejaba maltrechas a las naves, determinaron la conveniencia de poseer una base en las aguas australes que pudiera servirles de refugio.
Además, según Cailler-Bois, por aquella época el Almirantazgo inglés tuvo buenas razones como para sospechar que Estados Unidos pretendía ocupar la isla.
Puerto Soledad A mediados de marzo de 1829
El encargado de negocios de Inglaterra en Buenos Aires, Woodbine Parish, se dirigió al Foreign Office, desempeñado entonces por lord Aberdeea, para comunicarle que de acuerdo con las disposiciones del gobierno de Buenos Aires, suponía que éste tenía intención de ocupar efectivamente las islas y ejercer su soberanía en ellas, y agregaba: "no siendo conocido que Su Majestad haya renunciado formalmente a ellas. "El gobierno Inglés se da cuenta de las importancia creciente de estas Islas; los cambios políticos en Sudamérica y la naturaleza de nuestras relaciones con los diversos Estados de que se compone unido a nuestro extenso comercio en el Pacifico, hacen altamente deseable la posesión de algún punto seguro donde los buques puedan abastecerse, si es necesario, ser carenados. Frente a la posibilidad de estar empeñados en guerra en el Hemisferio Occidental, tal Estación sería casi indispensable si es que quisiéramos proseguir dicha lucha con probabilidades de éxito".
En julio de 1829 un sujeto llamado Beckington, según Ferns, "escribió una larga carta al Secretario del Foreig Office, en la que apremiaba al gobierno para que se estableciera una colonia británica en las islas. Creía que las Malvinas eran de muy grande importancia para fortalecer el poder naval británico y porque ofrecían que permitiría eliminar las actividades de corsarios y piratas y facilitaría la pesca de la ballena".
De acuerdo con las instrucciones recibidas, Parish presento su protesta en 19 de noviembre de 1829. El gobierno porteño ejercido por Viamonte, se limitó a recibir la nota y a prometer que oportunamente la consideraría. Poco después asumió el gobierno e Buenos Aires don Juan Manuel de Rosas y la respuesta se diluyó. En 1830, al enterarse de los reglamentos de pesca dados por Vernet, Parish se entrevistó con el capitán Brisbane y le recordó que el gobierno de Inglaterra mantenía sus pretensiones sobre las islas, más tarde partió rumbo a Londres. Su reemplazante, Henry Fox, se hizo cargo de la legislación británica en Buenos Aires de momentos del incidente con los loberos norteamericanos.
La destrucción de la colonia de Puerto Soledad llevada a cabo por el comandante de la "Lexington" favoreció los planes ingleses de reocupar las islas. El Almirantazgo no desperdició la oportunidad y, en agosto de 1832, envió al Foreing Office un proyecto por el cual proponía que una nave de la escuadra estacionada en aguas sudamericanas se trasladara al archipiélago "para ejercer periódicamente el derecho de soberanía de Su Majestad en la islas Falkland". Lord Palmerston aceptó y el proyecto de usurpación de las islas se puso en marcha. El 28 de noviembre de 1832, el jefe de la flota inglesas en esta parte del Atlántico, almirante Baker, le entregó las instrucciones pertinentes al capitán Onslow. En ellas se les ordenaba tomar posesión de la coleta de la isla Occidental, donde se había levantado la base de Puerto Egmont. A los ingleses no parecía interesarles el resto del archipiélago, porque no se hacía ninguna referencia a Puerto Soledad. Al dia siguiente, el capitán Onslow, al mando de la corbeta "Clio", zarpó rumbo a las aguas australes.
En julio de 1829 un sujeto llamado Beckington, según Ferns, "escribió una larga carta al Secretario del Foreig Office, en la que apremiaba al gobierno para que se estableciera una colonia británica en las islas. Creía que las Malvinas eran de muy grande importancia para fortalecer el poder naval británico y porque ofrecían que permitiría eliminar las actividades de corsarios y piratas y facilitaría la pesca de la ballena".
De acuerdo con las instrucciones recibidas, Parish presento su protesta en 19 de noviembre de 1829. El gobierno porteño ejercido por Viamonte, se limitó a recibir la nota y a prometer que oportunamente la consideraría. Poco después asumió el gobierno e Buenos Aires don Juan Manuel de Rosas y la respuesta se diluyó. En 1830, al enterarse de los reglamentos de pesca dados por Vernet, Parish se entrevistó con el capitán Brisbane y le recordó que el gobierno de Inglaterra mantenía sus pretensiones sobre las islas, más tarde partió rumbo a Londres. Su reemplazante, Henry Fox, se hizo cargo de la legislación británica en Buenos Aires de momentos del incidente con los loberos norteamericanos.
La destrucción de la colonia de Puerto Soledad llevada a cabo por el comandante de la "Lexington" favoreció los planes ingleses de reocupar las islas. El Almirantazgo no desperdició la oportunidad y, en agosto de 1832, envió al Foreing Office un proyecto por el cual proponía que una nave de la escuadra estacionada en aguas sudamericanas se trasladara al archipiélago "para ejercer periódicamente el derecho de soberanía de Su Majestad en la islas Falkland". Lord Palmerston aceptó y el proyecto de usurpación de las islas se puso en marcha. El 28 de noviembre de 1832, el jefe de la flota inglesas en esta parte del Atlántico, almirante Baker, le entregó las instrucciones pertinentes al capitán Onslow. En ellas se les ordenaba tomar posesión de la coleta de la isla Occidental, donde se había levantado la base de Puerto Egmont. A los ingleses no parecía interesarles el resto del archipiélago, porque no se hacía ninguna referencia a Puerto Soledad. Al dia siguiente, el capitán Onslow, al mando de la corbeta "Clio", zarpó rumbo a las aguas australes.
HMS Clio
Mientras los ingleses se aprestaban a ejecutar su proyecto, Rosas había resuelto reafirmar la presencia argentina en Puerto Soledad, abandonado desde el saqueo perpetrado por los norteamericanos de la "Lexington". Para ello nombró comandante de las Malvinas, en tanto durara la ausencia de Vernet, al sargento mayor de artillería Estaban Mestivier. El nuevo comandante, la tropa y algunos presos comunes destinados a repoblar la colonia fueron transportados en la goleta de guerra "Sarandi".
Goleta argentina "Sarandí"
Al mando de la goleta se hallaba al mando el teniente José María Pinedo, cuyas órdenes eran terminantes en cuanto a los propósitos de soberanía que abrigaba el gobierno de Rosas respecto al archipiélago: tomar posesión de la isla Soledad y los territorios adyacentes hasta el cabo de Hornos y auxiliar a Mestivier en caso de que fuerzas extranjeras lo atacaran. El 10 de octubre de 1832, Mestivier y Pinedo tomaron posesión de Puerto Soledad, "después de haber jurado la tropa ---escribe Caillet-Bois-- sostener el territorio como parte de la República Argentina y de haber enarbolado el pabellón argentino”. La República refirmaba en esta solemne ceremonia sus indiscutibles derechos a la posesión del archipiélago. La "Sarandi" se encargó de recorrer las costas y de alejar a los pesqueros extranjeros que no respetaban las reglamentaciones sobre pesca. En una de sus recorridas, la "Sarandi" se encontró con el buque bandera norteamericana "Sun", al que sorprendió infligiendo la normas de pesca. Quizás por la indignación que había promovido el atropello cometido por el comandante Duncan, Pinedo no se mostró demasiado tolerante y expulsó a cañonazos al navío norteamericano, que emprendió presuroso regreso a Buenos Aires.
El 2 de enero de 1833 apareció en la bahía de Puerto Soledad la " Clio". El capitán John J. Onslow le anunció a Pinedo que , de acuerdo con las órdenes recibidas, debía tomar posesión de las islas en nombre del rey de Inglaterra. Pinedo debía sorprenderse, pero tampoco atinó a ensayar otra defensa que enarbolar la bandera argentina . Aunque, en realidad, las fuerzas británicas lo aventajaban en número y armamento, Pinedo no se animó a intentar una resistencia heroica. Ante la inoperante vacilación de Pinedo, el 3 de enero desembarcaron fuerza británicas , y arriaron la bandera Argentina y enarbolaron la inglesa. La enseña fue devuelta a Pinedo, que esperaba en la "Sarandi" el desenlace de los acontecimientos. Convencido de la inutilidad de su presencia en Puerto Soledad, Pinedo abandonó las Malvinas y emprendió el regreso a Buenos Aires. Pinedo llegó el 15 de enero y al día siguiente presentó un minucioso informe de lo ocurrido en el Puerto Soledad. La indignación del pueblo porteño por el atentado fue enorme. No sólo el gobierno y los periódicos se expresaron con dureza ante el incalificable atropello, la población exteriorizó sus sentimientos con ruidosas manifestaciones. A nadie se le escapaba que el poderoso Imperio Británico le había arrancado a la Nación una parte de su territorio sin más razón que la arbitraria fuerza que esgrimen los fuertes contra los débiles.
El descontento argentino no tardo en demostrarse; Uno de los gauchos que estuvieron en puerto soledad, Rivero, que trabajo como pastor y esquilador de ovejas, estuvo presente en el asalto de la colonia por parte de los marinos norteamericanos de la "Lexington" a fines de 1831. Junto con otros paisanos se refugió en el interior de las islas y permaneció en ellas hasta la llegada de la "Sarandi" con un nuevo contingente de criollos. Rivero presenció el 3 de enero de 1933 el atropello inglés y debió indignarse al ver cómo los británicos organizaban la colonia con el auxilio de muchos hombres que habían servido a las autoridades argentinas, como Mateo Brisbane, Jean Simon y otros. El 26 de agosto de 1933, Rivero y otros siete gauchos alzados aparecieron en Soledad y asesinaron a Brisbane, a Simon, a Dickson y a otros pobladores.
El 2 de enero de 1833 apareció en la bahía de Puerto Soledad la " Clio". El capitán John J. Onslow le anunció a Pinedo que , de acuerdo con las órdenes recibidas, debía tomar posesión de las islas en nombre del rey de Inglaterra. Pinedo debía sorprenderse, pero tampoco atinó a ensayar otra defensa que enarbolar la bandera argentina . Aunque, en realidad, las fuerzas británicas lo aventajaban en número y armamento, Pinedo no se animó a intentar una resistencia heroica. Ante la inoperante vacilación de Pinedo, el 3 de enero desembarcaron fuerza británicas , y arriaron la bandera Argentina y enarbolaron la inglesa. La enseña fue devuelta a Pinedo, que esperaba en la "Sarandi" el desenlace de los acontecimientos. Convencido de la inutilidad de su presencia en Puerto Soledad, Pinedo abandonó las Malvinas y emprendió el regreso a Buenos Aires. Pinedo llegó el 15 de enero y al día siguiente presentó un minucioso informe de lo ocurrido en el Puerto Soledad. La indignación del pueblo porteño por el atentado fue enorme. No sólo el gobierno y los periódicos se expresaron con dureza ante el incalificable atropello, la población exteriorizó sus sentimientos con ruidosas manifestaciones. A nadie se le escapaba que el poderoso Imperio Británico le había arrancado a la Nación una parte de su territorio sin más razón que la arbitraria fuerza que esgrimen los fuertes contra los débiles.
El descontento argentino no tardo en demostrarse; Uno de los gauchos que estuvieron en puerto soledad, Rivero, que trabajo como pastor y esquilador de ovejas, estuvo presente en el asalto de la colonia por parte de los marinos norteamericanos de la "Lexington" a fines de 1831. Junto con otros paisanos se refugió en el interior de las islas y permaneció en ellas hasta la llegada de la "Sarandi" con un nuevo contingente de criollos. Rivero presenció el 3 de enero de 1933 el atropello inglés y debió indignarse al ver cómo los británicos organizaban la colonia con el auxilio de muchos hombres que habían servido a las autoridades argentinas, como Mateo Brisbane, Jean Simon y otros. El 26 de agosto de 1933, Rivero y otros siete gauchos alzados aparecieron en Soledad y asesinaron a Brisbane, a Simon, a Dickson y a otros pobladores.
El gaucho Rivero
Se apoderaron de la colonia y la mantuvieron en su poder hasta 1934 que llego una goleta de guerra británica y su tripulación los apresó. Rivero y los suyos fueron procesados en el buque "Spartiate", integrante de la fuerza naval inglesa estacionada en América del Sur. Pero las irregularidades cometidas por los británicos debieron ser demasiado gruesas, porque el almirante inglés no lo convalidó y optó por desentenderse del asunto, desembarcando al grupo de criollos en la Banda Oriental. Rosas incorporó a Rivero a su ejército y el entrerriano halló la muerte el 20 de noviembre de 1845 de la Vuelta de Obligado, peleando contra los invasores anglo-franceses. La Academia Nacional de la Historia, fundándose en documentos de origen británico, le ha negado a Rivero y los suyos propósitos patrióticos, y ha hecho hincapié en los discutibles antecedentes del paisano. Asimismo se ha puesto en tela de juicio el final de Rivero por la circunstancia de que en las tropas argentinas que pelearon en Obligado había otros dos hombres con ese apellido. De cualquier forma, la figura de Rivero y sus paisanos se ha convertido en el símbolo de la primera resistencia criolla a la usurpación británica y como tal merece ser recordada.
Inician las reclamaciones
El 17 de junio de 1833 el ministro plenipotenciario de las Provincias Unidas del Río de la Plata ante el gobierno británico, Manuel Moreno, presentó una extensa protesta diplomática, enumerando los derechos de España y la sucesión argentina:
Resulta de lo espuesto que los títulos de la España á las Malvinas fueron su ocupacion formal; su compra á la Francia por precio convenido; y la cesion ó abandono que de ellas hizo Inglaterra (ocupacion derivativa) (...)
La propiedad se adquiere de derecho por una ocupacion sin defecto: ella se conserva por una posesion continua. (Günthers Volkerleht.)
Esta ocupacion española continuó entonces sin inquietud de parte de ningun poder; y es digno de notarse que en los tratados públicos que ocurrieron despues entre Inglaterra y España, ninguna alusion ó referencia se hace á aquellas islas, como que se considerase que la cuestion antigua estaba definitivamente transada(...)
Las Provincias Unidas sucedieron por consiguiente a España en los derechos que esta nación de que se separaba había tenido en aquella jurisdicción (...)
La propiedad se adquiere de derecho por una ocupacion sin defecto: ella se conserva por una posesion continua. (Günthers Volkerleht.)
Esta ocupacion española continuó entonces sin inquietud de parte de ningun poder; y es digno de notarse que en los tratados públicos que ocurrieron despues entre Inglaterra y España, ninguna alusion ó referencia se hace á aquellas islas, como que se considerase que la cuestion antigua estaba definitivamente transada(...)
Las Provincias Unidas sucedieron por consiguiente a España en los derechos que esta nación de que se separaba había tenido en aquella jurisdicción (...)
El 20 de enero de 1888 el ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina, Norberto Quirno Costa, envió una nota de respuesta al gobierno británico debido a la negativa Británica de negociar, expresando:
(...) que hoy como antes el gobierno argentino mantiene su protesta respecto a la ilegítima ocupación de las islas Malvinas, que no abandona ni abandonará sus derechos a esos territorios y que en todo tiempo, hasta que le sea hecha justicia, los considerará como parte integrante del dominio de la República Argentina, fundado en la prioridad del descubrimiento, en la prioridad de la ocupación, en la posesión iniciada y ejercida, en el reconocimiento tácito y explícito y en la adquisición por tratado de estos títulos que pertenecían a España.
En 1979 el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto emitió un documento expresando:
1. La soberanía española de las islas, derivada de la concesión pontificia y de la ocupación de territorios en el Atlántico Meridional que Gran Bretaña reconoció al comprometerse a no navegar ni comerciar en los mares del Sur (Tratados de 1670, 1713 y subsiguientes).
2. La posesión efectiva de Puerto Soledad desde 1764 —como sucesora de Francia— hasta 1811, la cual a partir de 1774 fue una ocupación exclusiva de todo el archipiélago, acreditado mediante múltiples actos de soberanía y confirmada por la aceptación de todas las naciones.
3. El compromiso británico de evacuar Puerto Egmont —como se hizo en 1771— y el nuevo acuerdo en España de no establecerse en las costas orientales u occidentales de América meridional, ni en las islas adyacentes (1790).
4. La incorporación de las Malvinas al gobierno y, por tanto, al territorio de la provincia de Buenos Aires, resuelta por España en 1766 y mantenida luego sin alteración alguna.
5. La continuidad jurídica de la República Argentina con respecto a todos los derechos y obligaciones heredados de España.
6. La ocupación pacífica y exclusiva del archipiélago por Argentina —la provincia de Buenos Aires— desde 1820 hasta el 2 de enero de 1833, en que sus autoridades fueron desalojadas por la fuerza.
7. El traspaso hecho por España a la República Argentina, mediante el tratado del 21 de septiembre de 1863 "de todas las provincias mencionadas en su constitución federal vigente, y de los demás territorios que legítimamente le pertenecen o en adelante le pertenecieren".
2. La posesión efectiva de Puerto Soledad desde 1764 —como sucesora de Francia— hasta 1811, la cual a partir de 1774 fue una ocupación exclusiva de todo el archipiélago, acreditado mediante múltiples actos de soberanía y confirmada por la aceptación de todas las naciones.
3. El compromiso británico de evacuar Puerto Egmont —como se hizo en 1771— y el nuevo acuerdo en España de no establecerse en las costas orientales u occidentales de América meridional, ni en las islas adyacentes (1790).
4. La incorporación de las Malvinas al gobierno y, por tanto, al territorio de la provincia de Buenos Aires, resuelta por España en 1766 y mantenida luego sin alteración alguna.
5. La continuidad jurídica de la República Argentina con respecto a todos los derechos y obligaciones heredados de España.
6. La ocupación pacífica y exclusiva del archipiélago por Argentina —la provincia de Buenos Aires— desde 1820 hasta el 2 de enero de 1833, en que sus autoridades fueron desalojadas por la fuerza.
7. El traspaso hecho por España a la República Argentina, mediante el tratado del 21 de septiembre de 1863 "de todas las provincias mencionadas en su constitución federal vigente, y de los demás territorios que legítimamente le pertenecen o en adelante le pertenecieren".
El caso Malvinas en la ONU
La primera reserva argentina en las Naciones Unidas sobre sus derechos en las Malvinas fue presentada el 23 de mayo de 1945, cuando se realizaba el debate sobre fideicomiso en la reunión de IV Comité de la Asamblea General de la Conferencia de San Francisco, previo a la fundación de la Naciones Unidas el 24 de octubre de ese año.
La delegación argentina formula la reserva de que la República Argentina en ningún caso acepta que el presente sistema de Fideicomiso pueda ser aplicado a/o sobre territorios pertenecientes a la Argentina ya sea que ellos estén sujetos a reclamo o controversia o estén en posesión de otros Estados.
En las dos primeras sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1946 la Argentina expuso sus derechos inalienables a las Malvinas y que no reconocía la soberanía británica sobre ellas. El Reino Unido replicó no reconociendo la soberanía argentina sobre las islas.
De acuerdo a la Resolución 66/1 de la Asamblea General de la ONU del 9 de febrero de 1946, fue confeccionada una lista de territorios no autónomos, cuyo futuro depende del deseo de los habitantes de esos territorios, reconociéndoseles el derecho de autodeterminación. El Reino Unido inscribió en 1946 a las islas en esa lista, en consecuencia, la ONU considera al Reino Unido como el "poder administrador" de las islas, obligado a someter regularmente los informes a que se refiere el artículo 73 (e) de la carta de la ONU. Se trata de informes relativos a las condiciones económicas, sociales y educacionales, que deben ser presentados al secretario general. La Argentina hizo reserva de sus derechos y los reitera cada vez que el Reino Unido presenta los informes. Entre 1947 y 1963 el gobierno argentino efectuó 28 reservas.
El 3 de noviembre de 1947 Argentina hizo una declaración en la ONU expresando:
De acuerdo a la Resolución 66/1 de la Asamblea General de la ONU del 9 de febrero de 1946, fue confeccionada una lista de territorios no autónomos, cuyo futuro depende del deseo de los habitantes de esos territorios, reconociéndoseles el derecho de autodeterminación. El Reino Unido inscribió en 1946 a las islas en esa lista, en consecuencia, la ONU considera al Reino Unido como el "poder administrador" de las islas, obligado a someter regularmente los informes a que se refiere el artículo 73 (e) de la carta de la ONU. Se trata de informes relativos a las condiciones económicas, sociales y educacionales, que deben ser presentados al secretario general. La Argentina hizo reserva de sus derechos y los reitera cada vez que el Reino Unido presenta los informes. Entre 1947 y 1963 el gobierno argentino efectuó 28 reservas.
El 3 de noviembre de 1947 Argentina hizo una declaración en la ONU expresando:
La Delegación Argentina deja también constancia que el nombre correcto de las islas mencionadas con el nombre Falkland en los informes del Reino Unido, es Malvinas, lo cual se encuentra ampliamente justificado por numerosos antecedentes históricos vastamente conocidos, y que no es posible tergiversar ni destruir.
El 28 de mayo 1964 el representante británico ante las Naciones Unidas expresó:
Declarar que mi Gobierno no tiene duda alguna en cuanto a su soberanía respecto del territorio de las Islas Falkland.
Respuesta que desde entonces utiliza el Reino Unido para responder las declaraciones argentinas o favorables al punto de vista argentino.
El 16 de diciembre de 1965 la Asamblea General de la ONU aprobó la Resolución 2065 (XX). La resolución fue aprobada por 94 votos a favor, ninguno en contra y 14 abstenciones (Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Islandia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Portugal, Sudáfrica, Suecia, Reino Unido, Estados Unidos y Australia).
El 16 de diciembre de 1965 la Asamblea General de la ONU aprobó la Resolución 2065 (XX). La resolución fue aprobada por 94 votos a favor, ninguno en contra y 14 abstenciones (Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Islandia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Portugal, Sudáfrica, Suecia, Reino Unido, Estados Unidos y Australia).
La Asamblea General,
Habiendo examinado la cuestión de las Islas Malvinas (Falkland Islands),
Teniendo en cuenta los capítulos de los informes del Comité Especial encargado de examinar la situación con respecto a la aplicación de la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales concernientes a las Islas Malvinas (Falkland Islands) y en particular las conclusiones y recomen¬daciones aprobadas por el mismo relativas a dicho Terri¬torio,
Considerando que su resolución 1514 (XV), de 14 de diciembre de 1960, se inspiró en el anhelado propósito de poner fin al colonialismo en todas partes y en todas sus formas, en una de las cuales se encuadra el caso de las Islas Malvinas (Falkland Islands),
Tomando nota de la existencia de una disputa entre los Gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte acerca de la soberanía sobre dichas Islas,
1. Invita a los Gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a proseguir sin demora las negociaciones recomendadas por el Comité Especial encargado de examinar la situa¬ción con respecto a la aplicación de la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales a fin de encontrar una solución pacífica al problema, teniendo debidamente en cuenta las disposi¬ciones y los objetivos de la Carta de las Naciones Uni¬das y de la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General, así como los intereses de la población de las Islas Malvinas (Falkland Islands);
2. Pide a ambos Gobiernos que informen al Comité Especial y a la Asamblea General, en el vigésimo primer período de sesiones, sobre el resultado de las negocia¬ciones.
1398a. sesión plenaria, 16 de diciembre de 1965.
Habiendo examinado la cuestión de las Islas Malvinas (Falkland Islands),
Teniendo en cuenta los capítulos de los informes del Comité Especial encargado de examinar la situación con respecto a la aplicación de la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales concernientes a las Islas Malvinas (Falkland Islands) y en particular las conclusiones y recomen¬daciones aprobadas por el mismo relativas a dicho Terri¬torio,
Considerando que su resolución 1514 (XV), de 14 de diciembre de 1960, se inspiró en el anhelado propósito de poner fin al colonialismo en todas partes y en todas sus formas, en una de las cuales se encuadra el caso de las Islas Malvinas (Falkland Islands),
Tomando nota de la existencia de una disputa entre los Gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte acerca de la soberanía sobre dichas Islas,
1. Invita a los Gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a proseguir sin demora las negociaciones recomendadas por el Comité Especial encargado de examinar la situa¬ción con respecto a la aplicación de la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales a fin de encontrar una solución pacífica al problema, teniendo debidamente en cuenta las disposi¬ciones y los objetivos de la Carta de las Naciones Uni¬das y de la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General, así como los intereses de la población de las Islas Malvinas (Falkland Islands);
2. Pide a ambos Gobiernos que informen al Comité Especial y a la Asamblea General, en el vigésimo primer período de sesiones, sobre el resultado de las negocia¬ciones.
1398a. sesión plenaria, 16 de diciembre de 1965.
La Argentina consiguió con la declaración que las Naciones Unidas tomaran injerencia en la Cuestión de las Islas Malvinas, reconocieran la existencia de una disputa de soberanía, supeditasen la solución del problema a negociaciones entre los dos países teniendo en cuenta los intereses de los isleños, dejando de lado el principio de libre determinación exigido por la Resolución 1514 (XV), pues no se pidió al Reino Unido que otorgase la independencia a las Malvinas o tenga en cuenta los deseos de los isleños.
El 18 de marzo de 1966 una circular informativa de la Secretaría General de las Naciones Unidas comunicó a los miembros de la ONU que a partir de esa fecha, la denominación de las islas en los documentos oficiales del organismo sería, "Falkland (Malvinas)" en los documentos en inglés y "Malvinas (Falkland)" para los documentos en castellano.
La resolución fue ratificada en 1973 por la Resolución 3160, XXVIII, con 116 votos a favor, 14 abstenciones y ninguno en contra,[42] En 1976 La Resolución 31/49 ratificó las anteriores y agregó:
El 18 de marzo de 1966 una circular informativa de la Secretaría General de las Naciones Unidas comunicó a los miembros de la ONU que a partir de esa fecha, la denominación de las islas en los documentos oficiales del organismo sería, "Falkland (Malvinas)" en los documentos en inglés y "Malvinas (Falkland)" para los documentos en castellano.
La resolución fue ratificada en 1973 por la Resolución 3160, XXVIII, con 116 votos a favor, 14 abstenciones y ninguno en contra,[42] En 1976 La Resolución 31/49 ratificó las anteriores y agregó:
(...) insta a las dos partes a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación mientras las islas estén atravesando por un proceso recomendado en las resoluciones arriba mencionadas (...)
Ese agregado motivó a que el Reino Unido votara en contra, siendo aprobada por 102 votos, con 32 abstenciones.
Otras resoluciones similares fueron: 37/9 de la Asamblea General, con fecha 4 de noviembre de 1982 aprobada por 90 países, 12 votos en contra y 52 abstenciones. La Resolución reconoció que la guerra terminada 5 meses antes no alteró la vigencia ni la naturaleza de la disputa. Anualmente, la Asamblea General y del Comité Especial de Descolonización, continuaron pronunciándose en el mismo sentido. Otras resoluciones: 1983 (38/12) con 87 votos a favor, 9 en contra, 54 abstenciones y 7 ausencias, 1984 (39/6) con 89 votos a favor, 54 abstenciones y 9 en contra, 1985 (40/21) con 107 votos a favor, 41 abstenciones y 4 en contra, 1986 (41/40) con 116 votos a favor, 34 abstenciones y 4 en contra, 1987 (42/19) con 114 votos a favor, 36 abstenciones y 5 en contra y 1988 (43/25) con 109 votos a favor, 37 abstenciones y 5 en contra.
Otras resoluciones similares fueron: 37/9 de la Asamblea General, con fecha 4 de noviembre de 1982 aprobada por 90 países, 12 votos en contra y 52 abstenciones. La Resolución reconoció que la guerra terminada 5 meses antes no alteró la vigencia ni la naturaleza de la disputa. Anualmente, la Asamblea General y del Comité Especial de Descolonización, continuaron pronunciándose en el mismo sentido. Otras resoluciones: 1983 (38/12) con 87 votos a favor, 9 en contra, 54 abstenciones y 7 ausencias, 1984 (39/6) con 89 votos a favor, 54 abstenciones y 9 en contra, 1985 (40/21) con 107 votos a favor, 41 abstenciones y 4 en contra, 1986 (41/40) con 116 votos a favor, 34 abstenciones y 4 en contra, 1987 (42/19) con 114 votos a favor, 36 abstenciones y 5 en contra y 1988 (43/25) con 109 votos a favor, 37 abstenciones y 5 en contra.
Argumentos argentinos respecto a sus derechos de
soberanía
soberanía
Derechos Geográficos:
Continuidad geográfica, las islas Malvinas se encuentran a escasa distancia del territorio continental argentino (a unos 480 km), emergiendo con continuidad geológica de la plataforma continental argentina.
Derechos Históricos:
España basó sus derechos sobre las islas en las bulas Inter caetera del papa Alejandro VI y Dumun Si Quidem del 3 y 4 de mayo de 1493, y en el Tratado de Tordesillas.
Las islas fueron descubiertas por barcos al servicio de España antes del supuesto descubrimiento atribuido a John Davis en 1592, en épocas en que el mero descubrimiento otorgaba derechos de dominio eminente.
Derechos Jurídicos:
Tanto España como la Argentina hicieron ocupación efectiva de las islas, principio que el Reino Unido y los principales países europeos reconocían entonces como título esencial para la adquisición de la soberanía territorial.
La ocupación británica de Puerto Egmont (1765-1774) es considerada con características negativas: ilícita, por ser violatoria de los tratados vigentes; clandestina, por permanecer oculta hasta su descubrimiento por parte de los españoles; tardía, porque ocurrió con posterioridad a la ocupación francesa; contestada, porque España opuso resistencia y reservó sus derechos; parcial, porque se redujo a Port Egmont, a la vez que España poseía Puerto Soledad; breve, porque sólo duró ocho años; precaria, al ser abandonada en 1774.
España al devolver Port Egmont en 1771 lo hizo como un acto de reparación y formuló explícita reserva de sus derechos. En 1777 destruyó los símbolos dejados por los británicos allí, sin que éstos hicieran protesta alguna sobre sus derechos, lo que se interpreta como un abandono físico de la pretensión británica.
La Argentina tras su independencia, heredó los derechos de España en virtud de la doctrina del uti possidetis iuris y de la de sucesión de estados, por lo que ejerció un dominio eminente a partir de 1810. Al reconocer España la independencia argentina, cedió explícitamente esos derechos con retroactividad al 25 de mayo de 1810.
Cuando las Provincias Unidas del Río de la Plata tomaron posesión efectiva de las islas el 6 de noviembre de 1820, el Reino Unido no efectuó protesta alguna. Ni lo hizo el 15 de diciembre de 1823 cuando reconoció a las Provincias Unidas, ni cuando firmó con ellas el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación del 2 de febrero de 1825. Su primera protesta ocurrió recién el 19 de noviembre de 1831.
El Reino Unido ocupó las islas por la fuerza en 1833, expulsando a su población y no permitiendo su retorno, vulnerando así la integridad territorial argentina y su unidad nacional. Los cual es contrario a la Resolución 1514 (XV) de las Naciones Unidas relativa a la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales, la cual establece en su párrafo sexto que todo intento encaminado a quebrar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.
Gran Bretaña abandonó su asentamiento en 1774 y renunció a su soberanía firmando un tratado. Mientras la Argentina siempre ha reclamado su soberanía y nunca ha renunciado a ella (nunca ha hecho de relictio y menos aún ha cedido por tratado alguno su soberanía sobre las islas).
La invasión de 1833 fue ilegal ante el Derecho de Gentes y violó el artículo 4° de la Primera Convención de Nutka firmada el 28 de octubre de 1790. Violó también otros tratados firmados por Gran Bretaña que reconocían a España sus derechos en América del Sur y a la exclusividad de navegación en el Atlántico Sur: Tratado Americano de 1670 y la Paz de Utrecht de 1713 junto con los tratados posteriores que la ratificaron.
Argumentos británicos respecto a sus derechos de
soberanía
soberanía
Las bulas Inter caetera no fueron reconocidas por Gran Bretaña por no ser un país católico romano, ni tampoco el Tratado de Tordesillas, derivado de ellas, al ser celebrado sólo entre España y Portugal.
Cuando abandonaron Port Egmont en 1774 dejaron una placa de plomo y una bandera como símbolo de la continuación de su posesión sobre el territorio, la cual decía: "Conste ante todas las naciones que la isla Falkland con su fuerte, depósito, muelles, (...) pertenecen a Su Muy Sagrada Majestad Jorge III, Rey de Gran Bretaña".
La firma de las Convenciones de Nutka impidiendo colonizar territorios en Sudamérica, no incluía territorios sin control efectivo. Las Malvinas se habían convertido en res nullius nuevamente al abandonarlas los españoles en 1811.
Los intentos argentinos de colonizar las islas entre 1820 y 1833 fueron esporádicos e inefectivos y no reconocidos por otros estados (por ej. los Estados Unidos).
El principio del uti possidetis "no es válido en derecho internacional", sólo vale la ocupación efectiva.
El Reino Unido afirma que la población argentina de 1833 "no era indígena" y que la única población original de esas islas es la actual británica que habita desde el siglo XIX. Los actuales malvinenses son la quinta generación nacida allí.
La posesión continuada de las islas en forma notoria, pacífica y no interrumpida hasta 1982, da al Reino Unido derechos de propiedad sobre ellas mediante la usucapión (o prescripción adquisitiva). La doctrina del Estoppel, o de desinterés del reclamante por inacción frente al actos soberanos de otro estado, lo que se interpreta como una renuncia a sus derechos, quedó desacreditada en 1982.
El derecho a la autodeterminación de los isleños es prioritario sobre cualquier reclamación argentina.
Disputa de las Georgias del Sur y Sandwich del Sur
La soberanía sobre los archipiélagos australes de las islas Georgias del Sur y de las islas Sandwich del Sur es objeto de controversia entre la Argentina y el Reino Unido. El Reino Unido ejerce el control de facto, y así lo ha hecho desde que las islas fueron formalmente anexadas por ese país en 1908, con excepción de un breve período durante la Guerra de las Malvinas en 1982. La Argentina ha reclamado la soberanía sobre las Georgias del Sur desde 1927 y de las Sandwich del Sur desde 1948. Las islas no tienen población indígena y actualmente no hay población permanente.
Islas Georgias del Sur
Islas Sandwich del Sur
Orígenes de la reclamación argentina
La Compañía Argentina de Pesca (CAP), una empresa registrada en la Argentina para la caza de ballenas, dirigida por el noruego Carl Anton Larsen, fue la primera empresa en establecer operaciones en la isla Georgia del Sur en 1904. Esta empresa fundó el establecimiento de Grytviken y de sus empleados (incluido el propio Larsen) se convirtieron en los primeros residentes permanentes de la isla. En 1905, el gobierno argentino autorizó la concesión de una estación meteorológica en la isla.
En 1906, la Compañía Argentina de Pesca firmó un contrato de arrendamiento con el gobierno británico de las islas Malvinas, y después de la anexión de 1908 la empresa empezó a utilizar para la caza de la ballenas licencias británicas y arrendamientos de tierras en Grytviken y Jason Harbour. También en 1908, la CAP comenzó a observar a las islas Sandwich del Sur para la expansión de sus negocios. Larsen adoptó la ciudadanía británica en 1910.
El primer pronunciamiento oficial de reivindicación de las Georgias del Sur por la Argentina fue hecho mediante una comunicación a la Unión Postal Universal el 15 de diciembre de 1927, expresando que la jurisdicción argentina se extiende a las islas Georgias del Sur, Orcadas del Sur y tierras polares no delimitadas. El primero a las islas Sandwich del Sur fue en 1948.
El 1 de junio de 1937 el embajador argentino en Londres respondió a la declaración británica en la Conferencia Ballenera sobre que las Dependencias estaban bajo la jurisdicción del gobierno de las Malvinas, reservando los derechos argentinos a todas las Dependencias.
Cuando el 22 de septiembre de 1938 el presidente argentino promulgó la ratificación de la Convención Postal firmada en El Cairo el 20 de marzo de 1934, hizo una reserva expresa sobre los derechos inalienables a las islas Malvinas y sus Dependencias.
En 1906, la Compañía Argentina de Pesca firmó un contrato de arrendamiento con el gobierno británico de las islas Malvinas, y después de la anexión de 1908 la empresa empezó a utilizar para la caza de la ballenas licencias británicas y arrendamientos de tierras en Grytviken y Jason Harbour. También en 1908, la CAP comenzó a observar a las islas Sandwich del Sur para la expansión de sus negocios. Larsen adoptó la ciudadanía británica en 1910.
El primer pronunciamiento oficial de reivindicación de las Georgias del Sur por la Argentina fue hecho mediante una comunicación a la Unión Postal Universal el 15 de diciembre de 1927, expresando que la jurisdicción argentina se extiende a las islas Georgias del Sur, Orcadas del Sur y tierras polares no delimitadas. El primero a las islas Sandwich del Sur fue en 1948.
El 1 de junio de 1937 el embajador argentino en Londres respondió a la declaración británica en la Conferencia Ballenera sobre que las Dependencias estaban bajo la jurisdicción del gobierno de las Malvinas, reservando los derechos argentinos a todas las Dependencias.
Cuando el 22 de septiembre de 1938 el presidente argentino promulgó la ratificación de la Convención Postal firmada en El Cairo el 20 de marzo de 1934, hizo una reserva expresa sobre los derechos inalienables a las islas Malvinas y sus Dependencias.
Estación meteorológica Argentina en Grytviken (capital de las islas), se ve claramente la bandera nacional - 1923
Orígenes de la reclamación británica
El archipiélago de las Georgias del Sur fue reclamado para el Reino Unido por James Cook el 17 de enero de 1775 a nombre del rey Jorge III, habiendo sido previamente descubierto por diversos navegantes.
El 23 de junio de 1843 y el 28 de abril de 1876 fueron emitidas cartas patentes que daban previsiones a los Establecimientos de las islas Malvinas y sus Dependencias. El 25 de febrero de 1892 una nueva carta patente fue emitida para que el Gobierno de los Establecimientos de las islas Malvinas y sus Dependencias fuera designado como gobierno de una colonia británica. Los nombramientos de gobernadores entre 1847 y 1908 fueron hechos para las islas Malvinas y sus Dependencias. Sin embargo, en ninguna de las cartas patentes, nombramientos y leyes fueron especificados los territorios que constituían las Dependencias de las islas Malvinas hasta que en 1887 The Colonial Office Year Book comenzó a especificar a las Georgias del Sur entre las Dependencias.
En 1908, a raíz de preguntas en relación con la soberanía del área cubierta actualmente por el Territorio Antártico Británico por parte del gobierno de Noruega, el gobierno británico declaró que las islas eran británicas, y emitió una carta patente para incluir "las islas Orcadas del Sur, Georgia del Sur, islas Shetland del Sur, y la Tierra de Graham situadas en el océano Atlántico Sur, al sur del 50º de latitud sur y entre los 20° y 80° de longitud oeste", como Dependencias de las islas Malvinas. Se dejó claro en ese momento que la asociación con las islas Malvinas fue concebida como una conveniencia administrativa.
Como se observó que una interpretación literal de esa reclamación haría incluir partes del territorio continental sudamericano, la Carta Patente se aclaró el 28 de marzo de 1917, redefiniendo los límites al excluir a todos los territorios al norte de 58° S y al oeste de 50° O. Aunque al gobierno argentino se dieron detalles de la Carta Patente de 1908, ni Argentina ni Chile se opusieron activamente a la reclamación.
El 23 de junio de 1843 y el 28 de abril de 1876 fueron emitidas cartas patentes que daban previsiones a los Establecimientos de las islas Malvinas y sus Dependencias. El 25 de febrero de 1892 una nueva carta patente fue emitida para que el Gobierno de los Establecimientos de las islas Malvinas y sus Dependencias fuera designado como gobierno de una colonia británica. Los nombramientos de gobernadores entre 1847 y 1908 fueron hechos para las islas Malvinas y sus Dependencias. Sin embargo, en ninguna de las cartas patentes, nombramientos y leyes fueron especificados los territorios que constituían las Dependencias de las islas Malvinas hasta que en 1887 The Colonial Office Year Book comenzó a especificar a las Georgias del Sur entre las Dependencias.
En 1908, a raíz de preguntas en relación con la soberanía del área cubierta actualmente por el Territorio Antártico Británico por parte del gobierno de Noruega, el gobierno británico declaró que las islas eran británicas, y emitió una carta patente para incluir "las islas Orcadas del Sur, Georgia del Sur, islas Shetland del Sur, y la Tierra de Graham situadas en el océano Atlántico Sur, al sur del 50º de latitud sur y entre los 20° y 80° de longitud oeste", como Dependencias de las islas Malvinas. Se dejó claro en ese momento que la asociación con las islas Malvinas fue concebida como una conveniencia administrativa.
Como se observó que una interpretación literal de esa reclamación haría incluir partes del territorio continental sudamericano, la Carta Patente se aclaró el 28 de marzo de 1917, redefiniendo los límites al excluir a todos los territorios al norte de 58° S y al oeste de 50° O. Aunque al gobierno argentino se dieron detalles de la Carta Patente de 1908, ni Argentina ni Chile se opusieron activamente a la reclamación.
Instalaciones en Georgias del Sur
Buques en total estado de abandono
Petróleo en Malvinas
El área de exploración de las Islas Malvinas se encuentra en el mar al norte de las mismas y cubre una superficie de 400.000 km² la cual contiene varias cuencas sedimentarias del mesozoico. Después de haberse realizado diferentes estudios sísmicos e inspecciones en tres dimensiones se cavaron seis pozos de exploración de los cuales cinco presentaron muestras de petróleo. Sin embargo, ninguno presentó indicios de cantidades comerciales.
De acuerdo a estudios realizados por la British Geological Survey con el liderazgo del geólogo Phil Richards se determinó que la generación de petróleo puede ocurrir a partir de los 2.700 m bajo el nivel del mar, y una generación máxima ocurriría a partir de los 3.000 m. Las principales rocas propensas en contener petróleo todavía no han sido penetradas porque están ubicadas a una profundidad superior a los 3 km bajo el nivel del mar.
Se ha llegado a la conclusión de que es probable de que más de 60 mil millones de barriles de petróleo hayan sido generados en la Cuenca Malvina Norte (de acuerdo a su nombre en inglés: North Falkland Basin). Estos datos están basados en los estudios de pirolisis obtenidos de los pozos y asumiendo la existencia de un intervalo de roca madura de un espesor cercano a los 400 m y cubriendo un área de 40 km por 40 km. Sin embargo, incluso con cifras más conservadoras para el espesor y superficie de la roca fuente, la riqueza y potencial generador de kerosenos, se calcula que cantidades significantes pueden haber sido expulsadas.
Las rocas lacustres de color marrón son similares a las rocas fuente lacustre del Pérmico superior al sur de la Cuenca Junggar al noroeste de China, las cuales son las más ricas y más gruesas rocas fuente en el mundo.
De acuerdo a cálculos del índice potencial de producción (obtenido al multiplicar el contenido orgánico de la roca por su grosor y producción potencial de hidrocarbono) sugieren que las rocas de la Cuenca Falkland Norte están en el segundo lugar después de las rocas generadoras de la Cuenca Junggar, en términos de su potencial para el petróleo.
De acuerdo a estudios realizados por la British Geological Survey con el liderazgo del geólogo Phil Richards se determinó que la generación de petróleo puede ocurrir a partir de los 2.700 m bajo el nivel del mar, y una generación máxima ocurriría a partir de los 3.000 m. Las principales rocas propensas en contener petróleo todavía no han sido penetradas porque están ubicadas a una profundidad superior a los 3 km bajo el nivel del mar.
Se ha llegado a la conclusión de que es probable de que más de 60 mil millones de barriles de petróleo hayan sido generados en la Cuenca Malvina Norte (de acuerdo a su nombre en inglés: North Falkland Basin). Estos datos están basados en los estudios de pirolisis obtenidos de los pozos y asumiendo la existencia de un intervalo de roca madura de un espesor cercano a los 400 m y cubriendo un área de 40 km por 40 km. Sin embargo, incluso con cifras más conservadoras para el espesor y superficie de la roca fuente, la riqueza y potencial generador de kerosenos, se calcula que cantidades significantes pueden haber sido expulsadas.
Las rocas lacustres de color marrón son similares a las rocas fuente lacustre del Pérmico superior al sur de la Cuenca Junggar al noroeste de China, las cuales son las más ricas y más gruesas rocas fuente en el mundo.
De acuerdo a cálculos del índice potencial de producción (obtenido al multiplicar el contenido orgánico de la roca por su grosor y producción potencial de hidrocarbono) sugieren que las rocas de la Cuenca Falkland Norte están en el segundo lugar después de las rocas generadoras de la Cuenca Junggar, en términos de su potencial para el petróleo.
La conexión con la Antártida
Territorio Antártico Británico es la denominación que da el Reino Unido al territorio de la Antártida sobre el que reclama soberanía. Abarca todas las tierras al sur del paralelo 60° S, entre los meridiano 20° O y 80° O con vértice en el Polo Sur, con una superficie aproximada de 1.709.400 km². Esta reclamación se superpone parcialmente con el área reclamada por Chile (Territorio Chileno Antártico), y totalmente con la reclamada por Argentina (Antártida Argentina). Todos estos reclamos están suspendidos por aplicación del artículo 4 del Tratado Antártico de 1959.
El territorio incluye parte de la Tierra de Coats, la Península Antártica, las islas Orcadas del Sur, las Shetland del Sur, la isla Alejandro I, entre muchas otras.
Actualmente el Reino Unido da a esta región la consideración jurídica de Territorio Británico de Ultramar.
El territorio incluye parte de la Tierra de Coats, la Península Antártica, las islas Orcadas del Sur, las Shetland del Sur, la isla Alejandro I, entre muchas otras.
Actualmente el Reino Unido da a esta región la consideración jurídica de Territorio Británico de Ultramar.
Se ve claramente dentro del territorio que reclama Reino Unido el nuestro.
Archivo Filmico de 1965 sobre las Islas
Se trata de un documental sobre la vida diaria en las Islas realizado por Raymundo Gleyzer para Telenoche y el primero de un camarógrafo argentino. En 1965 logro un permiso especial del gobierno británico para filmar en Malvinas. Con 24 años llego a este territorio, portando una cámara de cine, una fotográfica y un grabador de sonidos.
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Cuando casi nos entregan las Islas
En la década de los 70s fue el momento que estuvimos más cerca de recuperar las islas y sin disparar un tiro. Gran Bretaña accede a negociar las islas durante el breve mandato de Perón, esto con algunas condiciones. Para empezar Argentina debía iniciar una política de acercamiento hacia los kelpers, LADE (Linias Aéreas del Estado) construyo un aeropuerto para conectar las islas con el continente:
Un Fokker F-28 de la FAA en las islas, al fondo se ve la bandera britanica y una camioneta de LADE
Al fondo el edifico del aeropuerto
Al mismo tiempo YPF proveía a las islas de combustible y gas. Los hijos de los kelpers iban a tener becas para estudiar en los colegios británicos que hay en Argentina. Entonces durante 25 años la posesión de las islas iba a estar compartida y una vez finalizado este tiempo Argentina tomaba poder absoluto sobre las islas. Pero Perón falleció antes de que se firmara este arreglo y al quedar el país sin un gobierno capaz de aceptar el reto de firmar el tratado debido a que existía rechazo fuerte por parte de los ultras, no se firmó.
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